El ex secretario de Cultura, José “Pepe” Nun, murió hoy a los 86 años. Abogado y politólogo, se desempeñó como funcionario del área cultural durante el gobierno de Néstor y Cristina Kirchner, entre 2004 y 2009. Durante su gestión sobresalió el impulso al proyecto de la Ley Federal de Cultura y se creó SINCA, el Sistema de Información Cultural de la Argentina.
Fue investigador del Conicet, Fundador y Rector del Instituto de Altos Estudios Universitarios de la Fundación Banco Patricios y director del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad de San Martín.
Recibió la beca Guggenheim en los '90, el premio Konex y el premio Mención de Honor del Senado de la Nación, entre otras distinciones.
Entre sus libros más leídos están “Marginalidad y exclusión social”, “La desigualdad y los impuestos”, “El sentido común y los políticos” y “Democracia: ¿gobierno del pueblo o gobierno de los políticos?”.
Muy crítico del kirchnerismo después de abandonar la cartera de cultura, Nun supo pronosticar: “Estamos en la Argentina en una situación en la que no se puede apelar a la línea de izquierda y derecha sino a dos esferas. Una es la que ocupa el kirchnerismo, que es un movimiento autoritario, que confunde Estado y gobierno, que no dio solución a la pobreza y la desigualdad sino que hizo distribucionismo con la enorme renta de la soja sin afectar la concentración económica. Es una esfera a favor de la reforma de la Constitución y la Justicia. En la otra esfera hay mucha gente de diversa orientación a favor de la República, la división de poderes, algunos preocupados por la desigualdad y otros que se conforman con reducir la pobreza. En esta esfera ahora se impuso Macri al que le hago fuertes críticas por neoliberal, pero es republicano y no autoritario. Difícil que surja la tercera opción: tenía un pie en una esfera y otro en la otra. Gane quien gane, serán años difíciles”.
“Conocí por intermedio de José Pablo Feinmann a Néstor Kirchner en el primer momento de su gobierno -le contó el año pasado a Jorge Fontevecchia en una de las últimas entrevistas que dio-. Nos invitó a una cena en Olivos y nos quedamos hasta la madrugada conversando. Ese fue el momento de la convergencia. Nunca fui peronista, pero a partir de ese encuentro me llamó varias veces Kirchner para ofrecerme cargos. Ninguno me interesaba, incluido un cargo realmente muy ingenuo como fue el de crear, dentro de la SIDE, un instituto de formación democrática. Le contesté que no tenía sentido reunir a los espías una hora por semana para que escucharan cosas que no les interesaban”.
“Si hay alguna certeza sobre el coronavirus es que no hay certezas. Nadie sabe nada, ni siquiera tienen certezas los epidemiólogos o los infectólogos, como lo demuestra que hay en este momento 400 patentes en curso muy diferentes entre sí para inventar un antídoto para el coronavirus”, declaró en esa misma entrevista.
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