Luces y sombras en el conjunto de fotografías blanco y negro de las reconocidas Graciela Sacco, Adriana Lestido y Matilde Marín. La fotografía en blanco y negro, que incluye toda la gama de grises, goza de un enorme prestigio, incluso porque tienen algo de cinematográfico y aparecen como atemporales. Y aún cuando las vistas son irreales -puesto que nadie ve en blanco y negro, a no ser que se padezca de acromatopsia-, comandan toda la atención del observador. Sin la distracción del color, las envolventes representaciones asoman como más íntimas, permiten concentrarse en las formas y transmiten una atmósfera de misterio.
Las obras de estas artistas sensibles y comprometidas con su tiempo, el contexto y la preocupación sobre el pasado y el presente del país, en este caso coinciden no sólo en la utilización del blanco y negro. Acuerdan también en el abordaje, por distintos caminos, de cuestiones que remiten a la crítica social, el territorio y la reflexión cultural.
En blanco y negro
“Entre nosotros” es la muestra de Graciela Sacco (Rosario, 1956- 2017) que revisita la obra con la que representó a la Argentina en la 49 ° Bienal de Venecia, hace 20 años. Entonces, fue elegida por la recordada curadora Irma Arestizábal (Bahía Blanca, 1940-Roma, 2009), que sumó al envío a Leandro Erlich, con su ahora famosa “Piscina”, en el Fondaco dei Tedeschi. Allí, Sacco realizó una instalación con pares de ojos heliografiados sobre acrílicos, suspendidos en el aire. El proyecto surge de un sitio Web, habilitado por aquellos tiempos por la artista, para que los visitantes pudieran enviar fotos de sus miradas, incluidas en esta pieza y en diferentes formatos que realizó posteriormente. La instalación en Venecia se convirtió en obra participativa e interferencia urbana, cuando la artista decidió pegar “miradas” en muros, escaleras, puentes e invitar a los visitantes a llevarse ojos impresos sobre adhesivos transparentes para multiplicar la acción por toda la ciudad. La interferencia, con 30 mil ojos de personas desconocidas y de diversas culturas, interpeló a los transeúntes, transformando a la ciudad de los canales en un escenario.
La exhibición en Rolf Art toma su título de la serie desplegada en Venecia: “Entre nosotros”. Sintetiza diversos lenguajes y soportes transitados por Sacco durante gran parte de su destacada trayectoria. Serigrafía, video, instalación, fotografía -con los inéditos registros fotográficos de su interferencia urbana, como la del Puente de los suspirospueblan el espacio de la galería. Antes que evocar nostalgia, estas tomas dejan en claro por qué utilizaba la palabra interferencia. Es que esas miradas anónimas interfieren el deambular del paseante, que es compelido a detenerse. ¿De qué “otro” son esas miradas? ¿Migrantes, excluidos, desaparecidos? ¿Qué (me) quieren decir? Al 6/3; visitas contactar [email protected].
“Antártida Negra” es la serie de fotografías analógicas tomadas por Adriana Lestido (Buenos Aires, 1955) en el continente blanco, con la intención explícita de “comprender lo que la naturaleza podía decirme sobre la inmensidad, sobre la vida y la muerte, a través de la austeridad del paisaje, de la pureza y la desolación”. Ahora, dos de ellas participan hasta fin de marzo de la notable exhibición “Crear Mundos”. Al observar los negros, blanco y grises de las vistas registradas por la artista, en las bases argentinas Decepción y Cámara, parece un contrasentido hablar de la blancura del confín de la tierra. Lestido permaneció entre febrero y marzo 2012 en las islas Media Luna y Decepción, y también se desilusionó al no ver hielos y nieves durante la época estival.
La base Decepción se llama así porque su apariencia engaña: la isla es un anillo de tierra con forma de herradura que rodea la cima de un cráter volcánico inundado. Estas estremecedoras imágenes capturan la forma caprichosa del terreno, acentúan cierto dramatismo pero también la belleza de la naturaleza.
La elección del uso del blanco y negro viene de sus años de reportera gráfica. Ella es la autora de la perturbadora foto “Madre e hija de Plaza de Mayo” (1982), mujer con una niña en brazos con pañuelos blancos e idéntico gesto de reclamo por un desaparecido. Tras varios ensayos fotográficos con protagonistas mujeres, y en los que los hombres están ausentes, miró al amor y a los portentosos paisajes de la costa argentina y de distintos lugares de México, que son más bellos a través de su mirada. Las fotos de “Antártida Negra” confirman el poder de síntesis de la artista, revelan una luz sobrenatural y un imposible vuelo de un solitario pájaro. En Fundación Proa, al 31/3, reservas en www.proa.org/esp/ tu-visita.php.
La preocupación de Matilde Marín (Buenos Aires, 1948) por los temas centrales del ser humano y sus múltiples viajes alrededor del mundo enriquecen su obra; la llevan a percibir al artista como testigo. Desde hace tiempo que reconoce que “todo me ha sido dado en los viajes”. A punto de volar a Francia para cumplir una residencia en el Instituto de Estudios Avanzados de Nantes, Marín tuvo que suspender su viaje cuando la pandemia paralizó a gran parte del planeta. Artista inquieta pero aislada en su taller, para cumplir con el texto e imágenes solicitadas por sus frustrados anfitriones, realizó entonces una travesía por su archivo y recuperó las imágenes de “Tiempo Suspendido”, publicado por Ediciones Manuela López Anaya. Este bello libro, repleto de variopintas emociones a menudo contenidas, habla del pavoroso y amenazante tiempo vivido en 2020. Las 16 fotos en blanco y negro están acompañadas por un medular texto de la artista y la penetrante y delicada poesía de la escritora y también crítica Adriana Almada. Previas a la crisis sanitaria, las imágenes presentan contrastes y descubren persistentes soledades preexistentes. Recorren diversas geografías -Tokio, Berlín, Punta del Este, Buenos Aires, y más- y confirman la maestría de la artista. Libros y fotos consultar en Del Infinito: [email protected].
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