Cada vez escuchamos más hablar sobre la salud mental en nuestra casa, en nuestro trabajo o en nuestra vida social, especialmente a partir del aislamiento por Covid-19.
Hasta hace no mucho tiempo, este concepto quedaba asociado sólo a patologías graves. Cuando en realidad, tal como lo define la OMS, entendemos por “salud” al estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad. Y si bien siempre tendemos a priorizar nuestra salud física, los avances en Neurociencia demuestran rotundamente que, sin salud mental, no hay salud.
La salud mental nos brinda herramientas para nuestro bienestar integral. Implica aprender a manejar el estrés y la ansiedad en nuestra vida diaria, estar físicamente saludables, tener vínculos sanos, trabajar con una mente productiva pero serena, y hacer nuestro aporte al mundo que compartimos como humanidad.
Hoy vivimos en un mundo VICA: volátil, incierto, complejo y ambiguo, que nos atraviesa y nos enfrenta a un gran desafío como personas y como sociedad. Y a esto se suma el momento histórico de pandemia que nos envuelve. Cierto es que los cambios de paradigma implican un gran desafío, pero también son enormes oportunidades para reinventarnos y reestructurar nuestra vida.
La clave para esto es hacer foco en nuestros hábitos diarios; aquellos que nos ayudarán a cuidar de nosotros mismos. ¿Por qué hablamos de hábitos? En los últimos dos años, nuestras rutinas se vieron interrumpidas, y nos vimos forzados a crear nuevos hábitos saludables para sentirnos sanos y en equilibrio con nuestra vida.
Los hábitos saludables son nuestro refugio en épocas de tormenta. Son conductas automatizadas, que nos ayudan a tener una mente más serena y más productiva. Los hábitos son la manera más natural y efectiva que tenemos los humanos de lograr un estado de serenidad mental.
La evidencia científica nos muestra que fomentar el buen descanso, las prácticas contemplativas como Mindfulness o Atención Plena, la conexión emocional, la actitud lúdica y el humor, la actividad física y una nutrición consciente son claves para desarrollar nuestra salud mental.
Es cierto que a veces nos cuesta cambiar hábitos o generar nuevos, porque es incómodo salir de nuestra zona de confort. Pero fin de año es un buen momento para proyectarnos hacia 2022 con deseos y nuevos hábitos a incorporar. Hábitos que nos ayuden a sumar el bienestar como diferencial en nuestra casa, en nuestro trabajo o empresa, y que nos animen a lograr una vida más plena y consciente.
DELFINA DE ACHÁVAL
Psicóloga Cognitiva
PhD en Salud Mental (UBA)
Instructora de Mindfulness
M.N: 45.043/ M.P: 98.428
e-mail [email protected]
Instagram @delfinadeachaval
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