En el marco del doloroso año que transitamos, tratemos de rescatar ciertos aprendizajes que nos generan valor a futuro. Durante el distanciamiento, las personas se sumergieron en un mundo digital, tanto comprar como para trabajar, liderar equipos de trabajo y colaborar. Una vez más, la creatividad, flexibilidad y resiliencia fueron ingredientes clave con el que las personas y empresas respondieron a la realidad.
Hablando de las empresas, ¿qué aprendimos en conjunto? Las organizaciones tuvieron múltiples impactos: sus modelos de negocio se enfrentaron con cambios de hábitos y una menor demanda de sus clientes, adaptando las logísticas de comercialización, para sostener los ingresos. Los negocios basados en alto tránsito y/o concentración de personas se impactaron negativamente, y necesitan entender su tamaño futuro combinando presencialidad y virtualidad, mientras que otros se resignificaron y expandieron, sobre todo la cadena de valor vinculada al e-commerce.
Tres agendas se pusieron en alta intensidad: las soluciones para la autogestión de los clientes, la transformación digital y una nueva disciplina que llamamos New Ways of Working.
- Las soluciones para la autogestión de los clientes, que permiten llevar las experiencias de nuestra marca hasta el domicilio del cliente, desde el asesoramiento, la compra de bienes y servicios y el ciclo de asistencia, servicios y postventa.
- La transformación digital permite alivianar, simplificar, eliminar burocracia e integrar digitalmente los procesos de la compañía, aplicando inteligencia de la información y dialogando con los canales de comercialización y atención. Las nuevas tecnologías agiles como robots y Microsoft 365 ayudan a acelerar y expandir el cambio.
- Una nueva disciplina que llamamos New Ways of Working, y que adapta la operación en los nuevos espacios de trabajo, que ya definitivamente incluye el domicilio de los colaboradores.
¿Este contexto nos abre oportunidades? Si. La virtualización de los procesos de negocios y la integración con socios estratégicos nos permite expandirnos geográficamente, nacional e internacionalmente. Las soluciones de autogestión nos permiten llevar la propuesta de valor donde este el cliente y, por, sobre todo, la evolución del talento en la organización, más virtualizado, más colaborativo, más digital, nos prepara para nuevas formas de hacer crecer el negocio.
Recorrimos distintas experiencias valiosas este año con nuestros clientes, y quisiera compartir una. Al acompañar el proceso de transformación de Prevención Salud, empresa del Grupo Sancor Seguros, vivimos la combinación de todos estos factores. Una empresa joven en un grupo líder que apuesta por la innovación e impulsa su crecimiento a partir de la experiencia de sus afiliados y sus colaboradores.
En 2019 la empresa inicio un ambicioso proceso de transformación, que involucro a la mitad de sus empleados y el apoyo de las áreas corporativas del Grupo en una agenda de iniciativas con fuerte inversión tecnológica, pero bajo la decisión del liderazgo y protagonismo de sus empleados, distribuidos a lo largo del país. Los modelos de colaboración y virtualización permitieron que, al iniciarse el aislamiento, los proyectos, lejos de detenerse, se aceleraran, y se transformó en una verdadera escuela de participación y liderazgo.
Los equipos de trabajo gestionan el día a día al mismo tiempo que mejoran la experiencia de afiliados y colaboradores, desde la ideación hasta la implementación, aplicando innovadoras tecnologías para su resolución.
¿Quiénes estarán entonces en mejores condiciones de posicionarse hacia adelante? Aquellos que sostienen el negocio y al mismo tiempo respiran innovación, que han acelerado su transformación digital y que se obsesionan con transformar la experiencia de sus colaboradores para potenciar el talento, capital clave para hacer negocios en incertidumbre. Si tenemos foco común en cliente y colaborador, lo que viene va de acelerar los procesos y continuar construyendo valor.
por Gustavo Calveiro
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