Thursday 21 de November, 2024

ESPACIO NO EDITORIAL | 13-11-2024 07:13

Cómo lograr los objetivos que te propones

La actitud es una pequeña cosa que define todo.

Como Coach de empresas e individuos, soy una fiel creyente que el ser humano siempre va a tender a evolucionar, crecer e ir por más. Es anti-natural quedarnos quietos y no buscar tener un mejor año que el anterior, pero sabemos bien que eso no siempre se dá como queremos. Hay veces en que los objetivos no se logran en el tiempo y forma que planificamos. Existen los eventos que están fuera de nuestro control, que es imposible contemplar con antelación y muchas veces estas cosas son las que nos llevan a abandonar, haciéndonos creer que ese objetivo es imposible o que simplemente está disponible para otros, pero no para nosotros. ERROR.

Cuando enfrentamos contratiempos, caemos en la realidad de la vida: “el mapa no es el territorio”, uno de los principios más importantes de la PNL. Aquí lo utilizo para expresar que muchas veces lo planificado no termina siendo lo que realmente sucede, y cuando eso pasa ¿Quién sos frente a los desafíos? ¿Cuánto tiempo te toma levantarte del piso? ¿Qué herramientas tenes para reinventar tus decisiones y “diseñar un nuevo mapa”? A esa capacidad yo le llamo actitud ganadora.

Siempre estamos habitando una determinada actitud. Ahora estás habitando una determinada actitud y podés verlo a través de tu cuerpo, tu postura, tu mirada, tu tono de voz y claro, de tus palabras. La actitud es la energía que vos le pones a lo que haces, es la disposición corporal y energética que encarnás a la hora de actuar, de hacer lo que sea. Podemos estar en una actitud vencida, derrotada, desganada; también podemos estar en una actitud piloto automático, dormida, desinteresada o podemos estar en, lo que yo llamo, una actitud ganadora, con la frente en alto, la mirada afilada como un sniper y con el “si” disponible frente a lo que surja ese día. Esta disposición corporal y energética, condiciona todo lo que hacemos. Puede servirnos de acelerador de logros de objetivos o frenos de mano que nos mantienen quietos donde estamos.

¿Tener una actitud ganadora significa que no vayamos a experimentar miedo, ansiedad, nervios por una situación? Claro que no, significa habitar un estado mental que nos permita avanzar a pesar del miedo, a pesar de los contratiempos, sin olvidar que va a haber cosas que sucederán que no planificamos, que están fuera de nuestro control.

La actitud es el condimento vital para transitar cualquier proceso. Si empezas un objetivo, como puede ser un negocio independiente, un proyecto de mudarte con tu pareja o ir al gimnasio ¿Cómo crees que va a influir la disposición emocional y energética con la que lo encares? ¿Cuántas más chances tenes de lograr tu objetivo desde la actitud ganadora versus la actitud vencida?

A veces, sin darnos cuenta, comenzamos a crear desde la sensación de que DEBEMOS hacer algo. Debo ir al gimnasio, debo comer más sano, debo entregar un reporte, debo conseguir clientes, pero esa sensación de obligación genera en nuestro inconsciente un mensaje mucho más potente: no queremos hacerlo. Y, por ende, terminamos cayendo en el circulo vicioso de la procrastinación, la frustración y la resignación, creyendo que en realidad eso es demasiado difícil para nosotros. El problema en realidad es la actitud con la que yo hago lo que hago.

Si queres resultados diferentes, tu actitud debe estar alineada con la sensación de logro y de bienestar, que lograr ese objetivo te va a dar.

¿Cómo podemos entonces habitar una actitud ganadora? Incluyendo palabras que expresen potencial como, por ejemplo: “no conseguí ningún cliente” versus “no conseguí ningún cliente todavía”. Probalo y verás como un simple cambio de lenguaje puede ayudarte a habitar una actitud totalmente diferente. También podemos hacerlo a través del cambio de postura. Así como nuestras emociones influyen en el cuerpo, también funciona a la inversa. Podemos modificar lo que sentimos simplemente encarnando la postura de la emoción que queramos sentir. Y, por último, podemos hacerlo a través de la fe, de los sueños, de imaginar todo lo que podemos lograr, pero aún no está. Los sueños son el motor, la actitud el vehículo. Soñá en grande y vas a ver que vas a despertarte con la energía vital que creías haber perdido.

por CEDOC

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