Crear contenidos con sentido, la verdadera revolución en la era del clickbait

La comunicación ya no es lo que era. De fuertemente unidireccional, se transformó en un conglomerado de opiniones e interacciones al instante. Todo y todos -marcas, medios de comunicación, periodistas y agencias de prensa- quedamos a expensas del escrutinio constante de la opinión pública. Los usuarios pueden verificar, objetar, descalificar o ensalzar la información en el momento en que la reciben y exponer masivamente su punto de vista. Los influencers parecieran conocer la pócima de entregar mensajes en bandeja, en miles (y miles de miles) de bandejas. Incluso, los medios tradicionales se retroalimentan con las redes sociales, poniendo en primera plana noticias que surgen 100% del mundo digital. En consecuencia, si algo que una empresa hace o dice llama la atención u ofende a un consumidor o a un grupo influyente en redes, puede tener un impacto significativo en varios niveles. Conquistar el centro de la escena está en el horizonte de lo posible, tanto como quedar exiliados en la cancelación o desdibujados en la indiferencia de la gente.

En medio de la fascinación y obsesión que generan los clicks, la pregunta es: ¿cómo seguimos haciendo prensa? ¿Qué podemos brindarles a las marcas que nos eligen para posicionarlas de la mejor manera? La urgencia por destacarse incrementa la tentación de atraer engagement a cualquier precio. Sin embargo, es ahí cuando echamos mano a la vieja escuela y creemos que apostar por la creación de contenidos con sentido puede ser una estrategia mucho más valiosa a largo plazo.

La revolución de volver a las fuentes

En este maremoto de información volátil, caótica y, muchas veces, superficial, construir mensajes e historias con una mayor profundidad y apostar al respeto por el ecosistema de la comunicación puede ser nuestra tabla de salvación.

Todo aquello que parece oxidado es parte de la fórmula: tenemos la mirada educada para saber qué le resulta relevante a cada medio en particular, qué está en sus agenda, cómo hacer una nota interesante, qué le interesa a la comunidad a la que le queremos hablar, cómo fortalecer el lazo con los periodistas y revalidar el vínculo de confianza. Así, podemos convertir un lanzamiento en información relevante para los medios, concebir esa información junto con ellos o posicionar a los voceros de nuestros clientes como referentes autorizados en un tema.

Lo nuestro no es una campaña de marketing o de publicidad, es la construcción de sentido en sus diferentes dimensiones, lo que implica un plus. Recordar y poner en valor esas capacidades, nos permite darle volumen a la propuesta e incluso elaborar contenidos multiplataforma bien nutridos.

Más que palabras

Cuando hablamos de contenido con sentido, nos referimos a información que no solo busca captar la atención inmediata, sino que ofrece un valor real al lector. En ese capital está el verdadero futuro de los profesionales que hoy se insertan en el mercado. Este tipo de contenido se caracteriza por su profundidad y rigor informativo, aportando investigaciones bien fundamentadas, datos precisos y análisis detallados. Además, debe ser información que realmente importe e impacte en la vida diaria de las personas. Y, por supuesto, requiere de una narrativa atractiva, ya que no es solo qué decimos sino también cómo lo contamos, manteniendo vivo el interés sin sacrificar la veracidad ni la profundidad.

La oportunidad está en el desafío

En definitiva, en un mundo donde la métrica parece marcar el éxito, apostar por contenidos con sentido puede parecer una tarea titánica, pero es precisamente lo que nos pondrá en ventaja y permitirá fortalecer una impronta genuina y bien diferenciada. Quienes lideramos agencias de prensa tenemos la oportunidad de generar un cambio hacia una comunicación más responsable y valiosa. Porque la creación de contenidos con sentido eleva el estándar de la información que circula en la esfera pública. Hoy más que nunca, es esencial recordar que la verdadera victoria reside en la confianza y el respeto que se ganan con el tiempo, mediante el compromiso con la calidad y la relevancia informativa.