Jorge Lanata está solo y aburrido. Se la pasa escribiendo y pensando con qué temática encarará su próximo libro y así ocupar la cantidad de tiempo libre que tiene desde que se mudó a Miami, en diciembre del año pasado. A pesar de los consejos médicos y de realizarse un control periódico, debido al trasplante cruzado de riñón al que se sometió en marzo del 2015, sigue fumando y no respeta la estricta dieta que tiene que seguir. Cuando el clima húmedo de la isla en la que vive se lo permite, abandona los 232 metros cuadrados de su lujoso departamento para salir a caminar por un malecón frente al mar. Los días se le hacen interminables, cuentan sus allegados, e intenta llenarlos con reuniones y yendo a cenar a los restaurantes de su nuevo vecindario: el Brickell Key, uno de los barrios más cool de Miami.
Así trascurre la nueva vida del periodista más popular de la Argentina que ya tiene categoría de celebrity. Entre proyectos laborales, encuentros con empresarios y escasa vida social.
Quienes lo conocen aseguran que su buen humor está apagado por el aburrimiento. “Pasa muchas horas encerrado, porque el clima de Miami no es muy bueno para su salud. Se aburre. Jorge es un tipo que necesita estar trabajando todo el tiempo”, reveló un allegado que lo visita seguido. No debe ser fácil para una persona como Lanata, a quien su esposa, Sara Stewart, calificó de “adicto al trabajo”, pasar el día a día sin una intensa rutina laboral como la que tenía en Buenos Aires y que deterioró su estado de salud.
Su nuevo departamento con vista al mar –que compró por 2,5 millones de dólares– está ubicado en una isla a la que se accede por un solo puente desde el continente. Se encuentra en una torre construida dentro de un distrito financiero que no para de crecer. Es una zona residencial, tranquila y segura, elegida por empresarios, banqueros, cónsules e importantes productores artísticos y musicales. Los agentes inmobiliarios, la llaman “la pequeña Manhatan”.
Como no tiene servicio doméstico que le cocine ya que en los Estados Unidos es muy caro, Lanata se convirtió en habitué de los diferentes restaurantes del cayo Brickell. Su preferido, el Graziano's, propiedad del argentino Mario Graziano, que en Miami es sinónimo de carne argentina. Lanata concurre a este lugar entre dos y tres veces por semana y pide carne con ensalada. “Fuma todo el día y se la pasa haciendo turismo gastronómico. Creo que ya se conoce todos los restaurantes de Brickell, que son muy buenos”, le confesó a NOTICIAS una de las personas de confianza del periodista.
Sin embargo, pese a lo dificultosa que resulta la adaptación a un nuevo lugar, el periodista avanzó en sus proyectos laborales. Originalmente, se instaló en Miami para concretar una idea que viene masticando desde hace largo tiempo: un megaproyecto digital, al que llamará Ducto.com, que ya comienza a tomar vuelo. En la búsqueda de financiamiento se reunió con el multimillonario mexicano Carlos Slim y hasta con Haim Saban, el dueño de la cadena de habla hispana más importante de Miami: Univisión. A este último le interesó muchísimo la propuesta de Lanata, cuentan en su entorno. Además, le ofrecieron realizar una serie de charlas sobre política y corrupción en el centro Cultural Argentino –que preside por Guillermo Lousteau, padre de Martín Lousteau, el embajador argentino en Estados Unidos– y hasta recibió ofertas de la CNN en español (sus estudios que quedan muy cerca del nuevo departamento de Lanata) para realizar un programa de televisión. Presente y futuro del periodista más odiado por el kirchnerismo, que en su nueva tierra es adorado e idolatrado.
Nueva vida. ”Privacidad y lujo”. Fueron las palabras que, según el agente inmobiliario que representó a Lanata, Hernán Golod, utilizó el periodista para describir lo que él estaba buscando. Así fue como apareció la unidad 1804 del edificio Asia, ubicado en el 900 de Brickell Key Boulevard, departamento que, según indican los registros de Miami-Dade, el periodista y su esposa, Sara Stewart Brown, le compraron a Paulo Zottolo (ex CEO de Nivea Brasil y Phillips América Latina) por la suma de 2,55 millones de dólares.
La difusión de esta información hizo estallar al periodista, quien salió al cruce, disparando contra todos los portales de noticias de nuestro país cuando, en realidad, la noticia la había dado a conocer el medio estadounidense “The Real Deal” luego de entrevistar al agente inmobiliario que le vendió el departamento, Hernán Golod. “Este tipo es un boludo. No lo llamo porque si lo hago lo tengo que mandar a la mierda”, se descargó Lanata una y otra frente a sus allegados, refiriéndose a Golod.
Él está convencido de que, en la Argentina, se quiso utilizar esta información para desacreditarlo, sobre todo por parte de medios K, cuando es cierto que un periodista tan exitoso como él, que es líder en la radio y condujo un programa como “PPT” de alto rating, puede tener ahorros para comprar un departamento en Miami. Fue el propio Lanata quien contó en Radio Mitre que había pagado 600.000 dólares de su bolsillo y el resto, con un crédito hipotecario de 2 millones de dólares otorgado por un banco.
Lanata llegó a Miami a mediados de diciembre. Pasó allí las fiestas junto a su esposa Sara y a sus hijas, Lola y Bárbara. Y a principio de año, cada uno siguió su camino, al punto de que se habló de una crisis de pareja ya que Sara no aceptó mudarse definitivamente con él y dejar sus proyectos artísticos en Buenos Aires. Bárbara volvió a Nueva York (donde vive hace unos años) y el periodista se instaló en su nuevo departamento, al que cambió algunos detalles de la decoración que tenía (como cuadros y ciertos muebles). Se llevó su colección de cuadros de artistas argentinos que tenía en su departamento de Avenida Libertador y descolgó los óleos de pintores brasileños que estaban en el living. Lo curioso es que no puso ningún cuadro pintado por Sara. En febrero volvió a visitarlo Lola, quien regresó a Buenos Aires el jueves 18 de febrero al mediodía.
Graziano's es el restaurante predilecto de Lanata. El lugar se destaca por tener cortes de carne y comidas típicas de Argentina. “Llega cerca de las 22, se sienta y siempre pide lo mismo: carne con ensalada. Come y 22.40, como muy tarde, se va porque, según comentó él, tiene que escribir”, relató un empleado del lugar. Pero la realidad es que su rápida huida se debe a dos cosas: trata de evitar ser fotografiado por algún paparazzo y no aguanta más de 40 minutos sin prender un cigarrillo. Fue allí donde se lo vio más de una vez comiendo con Roberto Macho, el director del Centro Cultural Argentino en Miami y socio de la consultora contable internacional UHY, quién lo asesora sobre su proyecto, le consiguió algunas reuniones con posibles inversores locales y con quien está negociando la posibilidad de hacer charlas de política en el Centro que preside Lousteau padre.
Trabajo y aliados. Lanata llegó a Miami apoyado por el Grupo Clarín, empresa de medios para la que trabajó los últimos cuatro años. Sin ir más lejos, su contrato fue modificado para que el periodista pudiera irse manteniendo el vínculo laboral. Pero la partida del ex conductor de “Periodismo Para Todos” tenía otros fines: activar su proyecto personal de una web global.
Los compromisos que tiene asumidos hasta el momento son escribir una columna para el diario Clarín los fines de semana y una hora de salida telefónica al aire en su programa radial “Lanata Sin Filtro”, hoy conducido por el joven periodista Diego Leuco. A fines de marzo y principios de abril se instalará unos días en la Argentina para comenzar a grabar el ciclo de entrevistas que tiene comprometido con el Grupo. Pero como eso no le alcanza para contener su aburrimiento, sigue golpeando puertas.
Según pudo saber NOTICIAS, la cadena CNN en español está muy interesada en sumarlo a su plantel y le habría ofrecido hacer un programa para Miami, a lo que el periodista les habría respondido que tenía que consultarlo con los responsables del Grupo Clarín. “El contrato que tiene con nosotros no le impediría hacer un programa con otro grupo en Miami”, le confesó a esta revista uno de los gerentes de Clarín. Sucede que la relación entre ambos grupos de medios es buena e, incluso, el amigo de Lanata, el conductor estrella de CNN, Ismael Cala, le habría ofrecido al periodista utilizar los estudios y el equipamiento de la cadena para grabar las entrevistas para El Trece.
Respecto del proyecto digital Ducto.com, Lanata tuvo reuniones con importantes empresarios. En noviembre se reunió con Daniel Hadad quien aseguró a NOTICIAS que “el proyecto es muy tentador y tiene una estructura similar a la de Infobae, pero es mucho más visual”. Igualmente, negó que haya alguna posibilidad de sumarse ya que su portal tiene cinco años en el mercado y está instalado, mientras que el de Lanata está recién en búsqueda de inversionistas.
Ya en Miami, el periodista estrella de Clarín se juntó, entre otros empresarios, con el multimillonario Carlos Slim y con los responsables de Univisión, la cadena más importante de habla hispana, propiedad del egipcio de origen judío Haim Saban. Estos últimos se mostraron muy interesados y se encuentran analizando el proyecto. Estas reuniones las logró gracias a la gestión de dos empresarios que están colaborando con él: el dueño de laboratorios Richmond, Marcelo Figueiras, y Roberto Macho. El primero es uno de los posibles socios del periodista, con quién ya estuvo asociado en el quebrado Diario Crítica de la Argentina. Macho, por su parte, le confirmó a NOTICIAS que conoce a Lanata y que ambos se reunieron para coordinar las charlas para el Centro, pero que “sólo le dio su opinión respecto del proyecto digital”. En realidad, Macho no sólo lo asesoró sobre Ductos.com, también lo contactó con posibles inversores en Miami y hasta fue quien gestionó la entrevista que el conductor Jaime Bayly le hizo a Lanata el 4 de enero en su programa que se emite por MegaTV.
Amor a distancia. El exilio le puso distancia a una pareja que parecía inseparable, ya que el trasplante cruzado que le cambió la vida a Lanata fue posible porque Sara donó uno de sus riñones como un acto de amor inigualable. Sara pasó fin de año en Miami y a los pocos días de iniciado el 2016, volvió a Buenos Aires y desde entonces no se ven. Incluso, no tiene pensado viajar a visitarlo, ya que está completamente abocada a Punto Kiwi, la tienda de arte que inauguró en diciembre del 2015 en el barrio de Retiro. “Kiwi apuesta a que Jorge va a viajar seguido y así Lola no tendría que viajar para verlo”, confesó un allegado a Sara.
Cuando los consultan a Lanata o a Sara sobre cómo está la relación, ambos aseguran que “está todo bien”. Según los allegados a la pareja, “ellos no son como cualquier otro matrimonio” ya que tienen sus propios códigos de convivencia a la distancia.
La idea de ambos es verse según dispongan los tiempos. Sara acaba de participar del Cruce Columbia 2016, el maratón que une Chile y Argentina y que larga desde San Martín de los Andes –donde salió 284 de entre más de 500 competidores–, y no planea ningún viaje al país del Norte. Ella sabe que a mediados de marzo, Lanata vendrá a visitarlas a ella y a Lola. “Mientras Jorge viaje seguido, no hay necesidad de que Lola viaje a verlo”, le aseguró Sara a un íntimo amigo. La frase pasaría desapercibida si no fuera que Sara sólo habla de su hija. A ese mismo amigo le confesó que nunca había visto a un Lanata tan enojado como cuando salió a la luz la compra del departamento de Miami.
“Ustedes imagínense que si a alguien vigiló la AFIP es a mí. Es plata blanca que yo puedo gastar en lo que quiera. Pagué 6 gambas y saqué un crédito a 30 años. O sea lo va a terminar de pagar Magoya porque yo voy a estar recontra muerto en 30 años”, se descargó Lanata por Radio Mitre luego de que todos los medios argentinos publicaran la compra de 2,55 millones de dólares. Fue un ex socio del periodista quien le confirmó a NOTICIAS los dichos de Sara: “Nunca vi tan enojado a Jorge, estaba sacado porque está absolutamente seguro de que se trató de una campaña para intentar ensuciarlo”.
Quizá, el enojo es el resultado de su nueva vida, la misma que en lo laboral le sonríe y en lo sentimental lo ahoga. En otras palabras, el costo de vivir encerrado en un barrio donde conviven financistas y productores de televisión y música; con pileta y canchas de tenis que no le alcanzan para compensar el dolor que significa vivir lejos de su familia.
Por Pablo Berisso, Daniela Bianco
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