El 9 de diciembre no solo fue el último día de Cristina Kirchner en la Casa Rosada. Ese día también estuvo Cristóbal López. Era una de las pocas veces que visitaba la sede del Gobierno argentino y era para homenajear a su amigo: Néstor Kirchner.
Llegó temprano, antes que muchos ministros y se ubicó en un costado, detrás de todos los asistentes que fueron convocados al salón de los bustos para el homenaje al ex presidente. Ese día, CFK, descubrió junto a Evo Morales el busto de Néstor Kirchner. Fue el último acto institucional antes de dar su discurso en la Plaza de Mayo frente a miles de militantes.
Cristóbal López se acercó junto a su entonces socio Fabián De Sousa quien, a su vez, estaba acompañado por su novia, Julieta Camaño. Estuvieron parados en un costado hasta que un empleado de presidencia los fue a buscar para llevarlos a una mejor ubicación, cerca de los funcionarios. Cristóbal se quedó parado a un costado y dialogó con Diego Bossio, e incluso se cruzó un saludo con un viejo conocido de la patagonia: Ricardo Barreiro, el histórico secretario de los Kirchner en El Calafate, que pasó a la historia como "El Jardinero".
Cuando terminó el homenaje a su amigo Néstor, López se fue y De Sousa hizo lo mismo. No acompañaron a Cristina al momento de hablarle a la militancia como la mayoría de los presentes.
por Rodis Recalt
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