Tal vez aquellas noches de sábado junto a sus padres viendo a los grandes directores del cine mundial en “Función privada”, moldearon su personalidad. Y en lugar de mirarse al espejo soñando con ser una star inalcanzable, se sensibilizaba ante la mirada poética de los Saura, Buñuel y Fellini. Lo cierto es que sus primeros trabajos en Pol-ka con “RRDT” y “Campeones”, le pusieron la alfombra roja hacia el Olimpo pero ella decidió catalogarse como “obrera del arte” y así alejarse definitivamente de la divinidad. Y no por cuestiones de éxito, ya que tiene en su haber más de una decena de éxitos televisivos, y en teatro la rompe personificando a Lili en “Toc Toc”, una mujer con el síndrome de palilalia.
Noticias: Cumplieron dos mil cien funciones con “Toc Toc”, un éxito nunca visto.
Laura Azcurra: Yo a la obra la llamo “la nave espacial”. Lleva siete temporadas pero yo estoy desde el 2015. Y cuando me llamaron para reemplazar a Melina Petriella me dio miedo porque entrar en una obra que ya es un éxito te llena de responsabilidad. A mí me habían llamado muchas veces para construir una balsa y surfear las tempestades, pero manejar este crucero lo tomé como un desafío. Encima tenía que reconstruir el personaje porque la directora no quería que imite.
Noticias: ¿Todos esos trastornos obsesivos compulsivos son reales?
Azcurra: Todos los Toc de la obra existen. Son trastornos que hacen que esas personas la pasen realmente mal. Hay gente que no puede salir de su casa porque no para de chequear que todo esté cerrado. Lili, mi personaje, repite todo lo que habla. Dice las cosas dos veces. Acá le ponemos una cuota de humor pero son problemáticas muy graves para los que lo padecen y para su entorno.
Noticias: ¿Tuvo que hacer una investigación?
Azcurra: Vi documentales, hablé con gente que tiene los Toc de la simetría y la religión. Muchas veces hay un mix de los que necesitan limpiar todo y a su vez, que todo esté alineado. Por eso la obra tiene mucho éxito, porque son enfermedades reales y nuestro público es el que no va al teatro; que sólo viene a vernos porque le contamos de modo gracioso un problema cada vez más frecuente.
Noticias: ¿Nunca nadie se enojó?
Azcurra: Hay de todo. La mayoría de la gente nos agradece. Ayudar con nuestro trabajo es un plus de todo lo que ya nos da esta hermosa profesión. Otros se ofenden porque dicen que no podemos reírnos de las desgracias ajenas. Pero creo que el poder reírse de lo que nos sucede es sanador.
Noticias: Se perciben horas de psicoanálisis.
Azcurra: En todos estos años tuve tramos de mucha terapia, pero en muchos momentos mi catarsis la encontré en la improvisación, que también es muy terapéutica. Y lo hice, por lo general, en los momentos de mayor exposición. Hacía treinta puntos de rating a la noche pero los fines de semana actuaba en un teatro para veinte personas en el off de lo off. Esas cosas a mí me equilibran. Pero sí creo en el psicoanálisis y me sirvió mucho en los momentos donde mi vida cambió radicalmente, como cuando tuve a Marco o las dos veces que me separé.
Noticias: Tenía todo para ser una estrella.
Azcurra: No lo creo, pero igual siempre me chocó el aura de la estrella. Pero no sólo en el actor, sino en todos los que trabajan con la respuesta de la gente y que se nutren de su aprobación. Nosotros interpretamos emociones y no concibo que una persona que ame la pureza de las emociones, ponga una distancia abismal con una persona que quiere sacarse una foto. Me pasó con Mariano (Martínez). Comenzamos juntos en “RRDT”, seguimos en “Campeones” y él viró para un lado súper fuerte, con otros condimentos, ponderando su fisic du rol de hombre guapísimo y deseable; y yo no, todo lo contrario. Y a mí también me decían que era hermosa y que podía tener todo a mis pies. Pero sabía que tenía formación, que iban a ser momentos de una larga carrera pero que no sería así.
Noticias: No todos se bajan de eso.
Azcurra: Nunca nada me deslumbró. Claro que los chicos más lindos de quinto año me empezaron a buscar y todo se me empezó a facilitar con apenas diecisiete años, pero también supe desde siempre que es un medio engañoso, sobre todo para la mujer. Donde el ego está súper ponderado y donde si aceptás las reglas de ese juego, tenés que estar todo el día impecable con el ego en un nivel donde yo no lo podría manejar.
Noticias: Se le notan las ideas muy claras. ¿Qué le genera miedo?
Azcurra: ¿Miedo? Nada. Pero sí me preocupa el futuro. Me genera ansiedad porque es incontrolable e inaccesible. Aquí también hay horas de terapia (sonríe). Otra cosa que me angustia es el medio ambiente. Pero no te hablo de China o Estados Unidos con nuevas bombas nucleares. Sino del que no clasifica su basura, del que tira los papeles en la calle.
Noticias: ¿No le angustia ver el noticiero?
Azcurra: No miro televisión porque hace tres meses me cortaron el cable porque no sé quién me lo cortó en un arreglo que hicieron en el edificio, pero miro todos los diarios por internet y Twitter. La inseguridad, la inflación y todo lo que pasa en nuestro país me genera un sentido de alerta distinto. No es algo a lo que le tenga miedo, pero sí atención.
Noticias: Un hijo exacerba los sentimientos.
Azcurra: Un hijo es un aluvión de sensaciones. En mi caso, no llevaba mucho tiempo de conocer a su papá y nos separamos al año. Y yo me dediqué por completo a él, pero era todo nuevo, porque desde chiquita venía trabajando sin parar y me encontré con tiempo de sobra pero para cuidar a un hijo que demanda todo de la mamá y nada del papá. Recién ahora se habla de lo no idealizado que es la llegada de un hijo. El patriarcado se encargó de que el marketing de la maternidad sea esplendido, hermoso y divino. Que para una mujer lo mejor que le puede pasar es ser madre. Por suerte ahora se muestran más cosas que antes se omitían.
Noticias: ¿Por ejemplo?
Azcurra: Lo que la publicidad te muestra con el nene sequito toda la noche, en realidad es levantarte cada dos horas y que su pañal rebalse de todo. No dormir de corrido nunca más. Por eso muchas parejas no superan ese primer tiempo, porque nada de lo que pasa te lo anticipan. Y te hacen sentir culpables. Encima las abuelas de ahora no son las mismas de antes. Mi mamá trabaja todo el día, hace cursos, estudia idiomas. Es una abuelaza pero tiene su agenda casi completa. Fue un surfeo en solitario, hasta que me di cuenta de que podía ser la mejor madre del mundo y trabajar. Pero esas cosas las entendés mientras transitás la crisis.
Noticias: ¿Sigue creyendo en el amor?
Azcurra: Claro que sí. Ahora estoy conociendo a alguien y siento que puede venir un hermanito para Marco.
Noticias: ¿Cómo se dascuenta de que no se le acercan por interés?
Azcurra: Es una careta que se cae fácilmente. Yo soy muy social, de preguntar y de generar vínculos rápidamente. Pero mis verdaderos amigos son pocos y la gente que está en mi círculo íntimo, los de siempre. Fui muy noviera y los momentos de más exposición los viví en pareja y mis pies estaban sobre la tierra. Soy de dejar la carpa del circo en la puerta y en mi casa soy yo.
Noticias: Sigue con “Toc Toc”, comienza su obra “Salir del ruedo” en El Portón de Sánchez y estrena “Cuéntame cómo pasó” en la TV Pública. ¿Le dejamos una foto a su hijo en la mesita de luz?
Azcurra: No, ninguna foto. Me levanto todos los días a las seis y media de la mañana, le preparo el desayuno, lo llevo al colegio, le dejo su mochila, hablo con los padres y estoy muy presente en su día a día. Ya tiene diez años y hace sus planes. Comparte mucho tiempo conmigo y también con su papá.
Noticias: Solucionada la cuestión SAGAI, el conflicto se centró en el INCAA.
Azcurra: El cine es un gueto. Por eso yo no hago tanto. Creo que hay cosas que hay que replantearse, pero no en el INCAA solamente, sino a nivel instituciones que quedaron antiguas ante los nuevos tiempos. Quiero creerles a nuestros políticos cuando afirman que ponderan la educación y la cultura como semilla principal para un país digno a futuro. Pero que sean muy claros con las nuevas propuestas porque todo se presta a malas interpretaciones en este país. Pero hay que abrir los oídos para escuchar, para confiar, para soltar, para animarse a lo nuevo; porque lo nuevo, puede ser peor, pero también puede ser mejor.
Mariano Casas Di Nardo
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