Este jueves, la Legislatura de Santa Fe votó a favor de la reapertura del proceso disciplinario contra la fiscal Cristina Ferraro, relacionada con su actuación en el caso Oldani. En una sesión conjunta, se decidió reanudar el trámite debido a presuntas irregularidades en su desempeño, que podrían constituir delitos dolosos.
El debate reflejó divisiones entre los legisladores: mientras algunos, como Leandro Busatto del PJ, abogan por su expulsión del Ministerio Público de la Acusación, otros, especialmente de la UCR, consideraron que se debía esperar la resolución de la Justicia Federal antes de avanzar en su contra. La decisión de reabrir el caso se fundamenta en la conducta de Ferraro, especialmente en relación al retiro de dinero en la agencia de turismo de Oldani y su posible entorpecimiento de investigaciones posteriores.
El caso a la par se reaviva con nuevas puntas en la investigación. Andrés Kaipl, un relacionista público, ha sido vinculado a la investigación del asesinato de Hugo Oldani, donde se le acusa de haber realizado tareas de inteligencia previas al crimen. Recientemente, un fallo judicial permitió una nueva revisión de videos que la Fiscalía utilizó como evidencia en su contra, tras el descubrimiento de irregularidades en el proceso.
La fiscal Cristina Ferraro y miembros de su equipo fueron procesados por la manipulación de pruebas y la sustracción de dinero de la escena del crimen, que se vinculó con prácticas corruptas en el ámbito político. A la par, el nuevo fallo habilitó a realizar un riguroso examen de registro fílmico para contrastar con el que utilizó la Fiscalía para ligarlo al hecho criminal.
Inicialmente condenado a 22 años, Kaipl fue declarado “partícipe necesario” y sentenciado a prisión perpetua. La defensa, liderada por el abogado Gustavo Abraham, sostiene que Kaipl no estuvo presente en la galería la mañana del asesinato y argumenta que el video que lo incrimina no ha sido analizado adecuadamente. El Ministerio Público no utilizó métodos forenses apropiados para identificarlo, empleando en cambio una aplicación de reconocimiento de imágenes que no mostró un tatuaje distintivo del verdadero individuo en el video.
La Fiscalía sostuvo inicialmente que Kaipl estaba en la galería tomando fotos para preparar el robo, basándose en testimonios de un cómplice. Sin embargo, la defensa cuestiona la validez de estas afirmaciones y sugiere que el hombre filmado podría ser en realidad el testigo que lo incrimina. La defensa se apoya también en un sobreseimiento de policías que fueron mal identificados en el caso, lo que pone en entredicho la integridad del proceso.
El video muestra con escasa claridad el momento en que el asesino de Oldani escapó de la galería Rivadavia. Tal pedido fue efectuado por la defensa de Kaipl, a cargo del reconocido penalista Gustavo Abraham, que pretende exculpar a su cliente de los cargos que le fueron atribuidos durante la causa que tuvo en su inicio a la fiscal Ferraro y que después pasó a manos del fiscal Iglesias, quien llevó a juicio al relacionista público y al chofer que trasladó a la banda, Juan Manuel Ruffino.
El caso ha revelado posibles vínculos entre la justicia, la policía y el ámbito político en Santa Fe, sugiriendo una manipulación en las acusaciones. La muerte del asesino de Oldani, supuestamente por suicidio, añade un nuevo nivel de misterio al caso, que sigue generando controversia y atención pública. La decisión de revisar el video podría ser crucial para esclarecer la verdad y determinar la culpabilidad o inocencia de Kaipl.
por R.N.
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