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SOCIEDAD | 09-09-2020 15:54

El producto más rentable de la temporada fue el tapabocas

Lo reconocen los fabricantes mientras analizan la aplicación de las nuevas normas IRAM, que empujan a reemplazar por medidas en centímetros los talles expresados con letras.

La norma IRAM 75300 plantea reemplazar a las letras para identificar a los talles de la ropa. El S, M, L, XL y XXL serán sustituidos por las medidas en centímetros, como lo hace la sastrería. Así, si se trata de una prenda superior, como una remera, la medida corporal principal que la identificará será el contorno del busto o tórax. Si es una prenda inferior, como un pantalón o pollera, la medida será la de la cintura.

La medida tiene el visto bueno de la Ciudad de Buenos Aires y Rosario, pero no hay una ley nacional que obligue a los fabricantes: son de adhesión voluntaria, pero parte de su contenido ha sido contemplado en ciertas leyes provinciales. Lo que establece la serie IRAM 75300 es que las prendas para hombres, mujeres y niños se deben identificar según las medidas corporales de las personas a las cuales está destinada la indumentaria.

Estas medidas principales se combinan con una medida secundaria (contorno de cadera, altura, etcétera) para completar el talle de la prenda en su totalidad. Esta información se vuelca a su vez en un pictograma en la etiqueta de la prenda con un tamaño tal que sea legible. La idea es solucionar una demanda insatisfecha: el 46,9% de la gente reconoce que el no encontrar talles acordes se cuestionan su cuerpo.

“Lo que se busca lograr es poder estandarizar las medidas y volver a algo que ya se aplicaba en la sastrería, reemplazando a las letras”, refuerza Martín Manini, fabricante textil. Pero advierte: “yo fabricó para diferentes marcas, y lo que ya está hecho es imposible cambiarlo en dos días, una temporada se planifica con 5 meses de anticipación”.

Manini cree que la readecuación “es un proceso que seguramente va a ser largo, y es fundamental que para eso funcionan los controles”. Y apunta, como muchos fabricantes, que el mercado local “no está para todas las variantes de anchos y largos que ofrecen mercado gigantes como el estadounidense”.

Fuera de toda ley, la idea es poder cumplir con todo el mundo, y que se puedan ponerse la ropa que quieran. Muchos fabricantes tenemos una conciencia de inclusión y una ética, pero hay que llegar a un equilibrio con el negocio, que tiene que responder a lo comercial. Nosotros sumamos esta temporada el doble XL y tenemos una línea qué es anti género”, agrega Manini que reconoce que hay ciertas prendas que compensan la pérdida en otras: “el producto más rentable sin dudas de esta temporada fue el tapaboca”, cierra.

por R.N.

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