El despegue del Artemis, en una nueva serie de misiones espaciales de la NASA a la Luna, se vio retrasada por una fuga de combustible. Y revivió las dudas en torno a la seguridad de los viajes espaciales.
“La conquista del espacio merece arriesgar la vida”, decía Guss Grissom, comandante del Apolo 1, cuando la carrera espacial estadounidense competía cabeza a cabeza con la soviética.
Un mes después, un incendio dentro de su cápsula terminaría con su vida y la de Edward White y Roger Chafee, durante una prueba en tierra, el 27 de enero de 1967.
Y la lista de accidentes fatales en la historia de la NASA estuvo a punto de aumentar tres años más tarde, cuando uno de los tanques de oxígeno del módulo del Apollo 13 explotó.
La tripulación, compuesta por Jim Lovell, Jack Swigert y Fred Haise, vivió durante 4 días, uno de los dramas de supervivencia espacial más recordados.
La misión fue calificada como "el fracaso más exitoso" en palabras del celebrado director de Vuelo de la NASA, Gene Kranz. Y es que la lista de fracasos y errores de la NASA es verdaderamente corta, con media docena de fallos documentados.
El más notorio fue el accidente que condujo a la explosión del transbordador espacial Challenger, el martes 27 de enero de 1986.Francis "Dick" Scobee, Michael J. Smith, Ronald McNair, Ellison Onizuka, Gregory Jarvis, Judith Resnik y Christa McAuliffe, perdieron la vida en el despegue.
Una junta en el cohete derecho falló y provocó un desastre estructural. Una comisión especial nombrada por el presidente Ronald Reagan concluyó que la cultura organizacional de la NASA había contribuido sustancialmente al accidente.
El accidente produjo la paralización de los vuelos durante treinta y dos meses. Y fue una de las causas para el descrédito de la agencia espacial estadounidense.
En la que se apuntan las dudas sobre la llegada a la Luna: los registros se perdieron a mitad de los años 80. Descubrieron que los originales de las grabaciones ya no estaban, y que les habían grabado otras cosas encima porque supuestamente había poca cantidad de cintas en ese momento y todas se reutilizaban.
Un error que se suma a otros varios en la puesta en órbita de satélites. El Mars Climate Orbiter, un satélite destinado a estudiar el clima de Marte, se desintegró completamente al llegar a destino.
Y es que los ingenieros usaron la escala de medidas inglesas, mientras el resto del equipo usaba el sistema métrico. La diferencia causó que entrara con una trayectoria menor a la necesaria y sus motores fallaron por el calentamiento.
El NOAA-19, otro satélite que sería usado para enviar información climática, fue dañado antes de que pudiera ser lanzado debido a que los hombres que lo armaron se olvidaron de atornillarlo. El costo de reparación fue de 135 millones de dólares.
El DART, satélite lanzado en 2005 con la intención de reparar a otros satélites en el espacio hizo lo contrario: golpeó al satélite y se perdió en el espacio.
Finalmente, la sonda espacial Mars Polar Lander tenía como misión estudiar si había agua en Marte. Pero al llegar al planeta rojo, se estrelló contra el piso al apagar los motores tempranamente.
por R.N.
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