De manera intempestiva, María Becerra decidió cerrar su cuenta de X, antes Twitter. La cantante adujo que la presión y el impacto negativo por los comentarios que se publican en torno a su figura en la red social hicieron mella en su salud mental. Es que la artista era criticada por cualquier publicación. Desde su vestimenta a su vida personal, ningún punto escapaba a los internautas que daban rienda suelta a las críticas y ataques. Pero más allá de los haters, trolls y bots que pueblan el ciberespacio y que, escudándose en el anonimato e impunidad de las redes, aprovechan para sacar a relucir su violencia, lo cierto es que Becerra, al igual que muchas otras personalidades, es víctima, además, de la toxicidad de sus propios fanáticos.
Es que en tiempos de vínculo directo entre seguidores e idolatrados a través de las plataformas, los fandoms se sienten con la potestad de achacar, criticar y cuestionar cada acción de sus ídolos. Así, gran parte de los comentarios contra Becerra provenían por parte de quienes se identifican como seguidores de ella.
Críticas
“Me voy de esta red social. He luchado mucho con mi salud mental en esta gira por Europa, se siente horrible todo esto, experimenté desde ataques de llanto hasta ataques de ansiedad y pánico”, confirmó Becerra en X. Sin embargo, la cantante no hizo lo mismo con su cuenta de Instagram. Los motivos de esta decisión son dos. Por un lado, la audiencia de X es más propensa a mostrarse hiriente con sus publicaciones, y por el otro, Becerra sabe que Instagram es, hoy por hoy, una gran fuente de ingresos a través de la monetización de contenidos, por lo cual perder ese espacio no es conveniente.
La decisión de Becerra, lejos de aplacar los ánimos, dejó al descubierto la cara tóxica de la idolatría. Sin ir más lejos, en su Instagram se siguen multiplicando los comentarios que opinan sobre su cuerpo, sus relaciones personales y hasta las decisiones artísticas. Escudados en ser comentarios constructivos, los fans se encargan de seguir dañando de manera psicológica a quienes dicen idolatrar. “Antes estabas bella y ahora no”, o “te quedó fea la última operación”, son algunos de los comentarios que recibe la joven artista de quienes dicen ser sus seguidores.
Becerra no es la única. Su colega Nicky Nicole experimentó algo similar cuando estaba en pareja con el cantante mexicano Peso Pluma. Cada vez que la joven publicaba algo junto a su entonces novio, proliferaban los comentarios que afirmaban que él era muy feo para ella. “No sé qué le ves” fue uno de los comentarios que más “me gusta” acumulaba.
Otra cantante que sufre las inclemencias de sus seguidores es Lali Espósito. Durante el 2023 tuvo que salir al cruce de sus propios fans luego de que se trenzaran en peleas virtuales con admiradores de otros artistas. Pero ahora, luego de confirmar su romance con Pedro Rosemblat, los fanáticos también la critican a ella. “A ver cuándo cambiás de chongo”, o “él no es para vos”, se lee entre las interacciones de sus seguidores, quienes reprueban su relación y no dudan en hacerlo público. La filiación K de Rosemblat enoja a parte de su fandom.
Más casos
Otra que tiene problemas controlando a quienes la idolatran es Juliana “Furia” Scaglione, reciente participante de Gran Hermano. A raíz de su controvertida participación en el reality, la joven ganó una troupe de fanáticos que, sin embargo, no dudan en criticarla y opinar sobre sus decisiones. La reciente desvinculación de Telefe y su llegada al streaming libertario Carajo fueron los últimos ejemplos de esto, ya que decenas de seguidores criticaron su decisión profesional. Más aún, Scalgione mantiene una relación de amor-odio con “los furiosos” y ya les llamó la atención por “meterse” en sus decisiones.
Nati Jota fue la última en sumarse a esta lista de fuego amigo, ya que, luego de querer hacer un chiste durante una emisión de “Sería increíble" por Olga, la propia audiencia salió a criticarla a través del chat del programa. Así, los seguidores de la emisión cargaron contra ella en vivo a tal punto que la joven influencer salió a defenderse por X. El hate en redes crece a pasos agigantados y el fuego amigo sólo contribuye a acrecentar los ataques a diversas personalidades.
por R.N.
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