Thursday 9 de May, 2024

MUNDO | 25-09-2023 06:59

Biden versus Trump en el barro del lawfare

La presión de la Justicia sobre el ex presidente es traducida como cortina de humo para tapar los escándalos del actual mandatario

La contraofensiva ya comenzó. Las acusaciones contra Donald Trump, quien se encuentra procesado por haber interferido en el traspaso de mando en 2020 tras perder las elecciones con Joe Biden, cayeron como artillería. Ahora, detrás de esas explosiones políticas, enormes ejércitos de abogados han abandonado las trincheras y avanzan hacia el frente rival. Y como sucedió con los viejos generales escleróticos que presidieron la carnicería de la Primera Guerra Mundial, esta guerra declara entre el ex presidente y el actual, puede terminar en desastre, con una crisis de legitimidad y gobernabilidad que pongan en jaque a la democracia estadounidense.  

Empardar

Una vez más, los presuntos crímenes de Trump parecen ser comparables a los de sus rivales, como los delitos imputados a Hillary Clinton en 2016. ¿Trump conspiró para encubrir el hecho de que retuvo documentos? Tal vez. Pero también hay sospechas de que Biden tuvo conversaciones parecidas para borrar su responsabilidad sobre los documentos que se llevó a su casa. 

La estrategia de los republicanos y abogados que responden al magnate es clara: empardar acusaciones. Llevar al barro al rival le ha servido antes. Y a pesar de todo lo expuesto en contra de Trump, Biden apenas lo supera en las encuestas de cara a las presidenciales del año entrante (hay estudios como el de RealClearPolitics que por el contrario dan a Trump ganando por 1,8 puntos). Ambos tienen índices de aprobación abismalmente bajos. Pero Trump está casi 40 puntos por delante de cualquier otro republicano y es casi seguro que obtendrá la nominación entre los republicanos.

Fotogaleria El presidente estadounidense Joe Biden desvela su plan económico durante un acto en el vestíbulo del antiguo edificio de correos en Chicago, Illinois

Razones de sobre para que los demócratas estén preocupados. Biden ha creado en tanto sus propios problemas al tratar de evitar una campaña primaria: quiere ir por la reelección sin disputar la interna. Para ello aplazó las internas demócratas en Carolina del Sur hasta el 3 de febrero de 2024: James Clyburn y la maquinaria del Partido Demócrata en ese estado lo salvaron en 2020. 

Y Biden ya dio señales de que no dará lugar a debates internos que cuestionen su administración, aunque Robert F. Kennedy (hijo de “Bobby” Kennedy y sobrino del presidente asesinado) sigue ganando impulso y aparece como un retador consolidado: una encuesta de CNN le daba un 20 por ciento de apoyo entre los demócratas.

Manchado

A primera vista, intentar evitar las primarias del Partido Demócrata puede parecer astuto al evitar el desgaste de cara al conflicto real. Pero incluso los seguidores de Biden señalan que la estrategia de evasión del presidente es arriesgada. Algunos referentes del espacio han lamentado recientemente la falta de visión del presidente y han instado a inclinarse hacia la izquierda en la renovación del partido. 

Hunter Biden

Pero al evitar tan agresivamente una lucha primaria, Biden pierde la oportunidad de exponer su caso: demostrar que no es senil y dar las explicaciones del caso por los malos manejos de su hijo Hunter cuando él era el vicepresidente de Barack Obama. Evita una posible humillación, pero pierde la oportunidad de pasar la página, y se sigue desangrando frente al ataque del trumpismo, que encontró allí un talón de Aquiles del presidente. 

Claro que el problema de fondo son las políticas. La progresiva privatización del Medicare y las estrategias de vacunas de Biden han sido cuestionadas. Pero lo más grave es lo mal que manejó la guerra en Ucrania, una arena internacional en la que el presidente teóricamente tenía talento. Y la guerra se comió en términos de presupuesto la política ambiental, la educativa, la atención médica y una parte de la política económica. Los costos son enormes, más si de evalúa lo que Estados Unidos podría haber hecho con los 113.000 millones de dólares que se asignaron a Ucrania en gastos militares. 

Lo positivo para Biden es que Bernie Sanders y Ro Khanna han apoyado la guerra, a pesar del daño que causa a las causas que supuestamente aprecian, y eso los ensucia tanto como al presidente. 

Hunter

Pero el conflicto con Ucrania está relacionado también con la cuestión de Hunter Biden, el hijo del mandatario que ganaba 83.000 dólares al mes al formar parte de la junta directiva de Burisma, una turbia empresa energética ucraniana para la que actuó como lobista en 2015 cuando su padre era el hombre clave de la administración Obama y enlace con Ucrania.  El FBI está trabajando ahora mismo en un documento que se rumorea que implica directamente al presidente Biden. Y hay suficiente información en la computadora secuestrada al hijo, para que esto sea un escándalo que le cueste la reelección. 

Fotogaleria El expresidente estadounidense Donald Trump llega para pronunciar un discurso en el Trump National Golf Club Bedminster en Bedminster, Nueva Jersey

En contrapartida, Trump tiene argumentos suficientes aquí para volver creíble su relato: las acusaciones en su contra sirven para excluir noticias que podrían perjudicar la reelección de Biden. El presidente buscará hablar seguramente en los próximos meses de su agenda parlamentaria, del proyecto de ley bipartidista de infraestructura, y sus esfuerzos para la cancelación de las deudas estudiantiles, pero el corazón de la campaña sin duda será la guerra legal contra Trump.

Cierto tipo de votantes republicanos e independientes se enfurecerán por la doble vara de la justicia que baila al ritmo del poder de turno y allí pescará votos Trump, el único hombre que sirvió cuatro años como presidente sin que pareciera envejecer un día, y que está en control de su electorado, planteando constantemente los contraargumentos, entre la figura del mártir y la del ejecutivo que resuelve problemas en un chasquido, prometiendo poner fin a la guerra “en 24 horas”. Una retórica de Trump que corre a los demócratas de su eje tradicional y puede derribarlos en las urnas en 2024. 

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Maximiliano Sardi

Maximiliano Sardi

Editor de Internacionales.

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