El organismo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) surgió después de la Segunda Guerra Mundial, el 14 de diciembre de 1950. A partir de esa fecha, esta entidad, en más de siete décadas, ha ayudado a decenas de millones de personas, que fueron movilizadas por distintos conflictos bélicos, a reiniciar sus vidas.
A dos años de la invasión rusa a Ucrania, el organismo dio a conocer distintas cifras sobre los desplazados por el conflicto en el país europeo. Según los datos de la Agencia de la ONU, más de 6.4 millones de personas han abandonado Ucrania en busca de seguridad en países vecinos desde el inicio de la guerra hace dos años.
Nueve de cada diez refugiados de Ucrania, son mujeres o niños y niñas en edad escolar. Como resultado del enfrentamiento y de la huida de sus hogares, los menores no están accediendo a ninguna institución de educación formal.
El 92% de los refugiados se encuentran en países europeos, mientras que ya hay 470.000 refugiados en países no europeos, entre ellos Argentina. Los países que más refugiados ucranianos recibieron son: Polonia con el 15% de los refugiados totales, seguido por República Checa, República de Moldavia, Eslovaquia y Rumania.
En la actualidad, 14,6 millones de personas en Ucrania (el 40% de la población) necesitan urgentemente ayuda humanitaria. Mientras que 3,6 millones de personas continúan desplazadas de sus hogares al interior del país eslavo. Algunos ya llevan alrededor de dos años separados de sus familias y lejos de su hogar.
El nuevo aniversario encuentra a ambas naciones en distintas situaciones, en una suerte de guerra de trincheras invernar, donde los drones cobraron protagonismo con ataques a ambos lados de la frontera. El presidente ucraniano Volodímir Zelenski sigue buscando apoyo de las potencias occidentales, prometiendo imponerse en el conflicto.
En el resto del continente europeo crece el pesimismo: solo uno de cada diez europeos cree que Kiev pueda salir victoriosa, según datos del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR). Mas allá de los primeros reveses, Rusia redobla el esfuerzo en el plano militar y continúa con su avance hacia el oeste tras hacerse con el control de la ciudad ucraniana de Avdiivka.
Ucrania necesita la asistencia militar de Estados Unidos, ayuda que se ve frenada por una pugna entre demócratas y republicanos, en plena carrera para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. Vladimir Putin, por su parte, parece más holgado tras orientar gran parte de su economía a la industria bélica. El conflicto está muy lejos de terminar.
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por R.N.
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