En moda y tendencias ya no se puede decir cuál es el color de la temporada, ni siquiera se puede indicar un solo estilo. Las razones son variadas y se encuentran, por un lado, en la forma de producir que adopta masivamente la industria (en particular, el llamado “fast fashion”, que no establece temporadas sino que continuamente propone series de productos al mercado). Por otro, la extraordinaria democratización de la moda, en parte una consecuencia positiva del fácil acceso a las prendas que proporciona lo anterior.
Sin embargo, en Uruguay miramos las temporadas boreales recién finalizadas para adoptar los guardarropas que vienen. Esto lo saben bien las casas de moda locales y globales establecidas aquí.
Mirado de esta forma, podemos decir que esta primavera que ya corre, pero en particular el verano que llega, el color amarillo se verá mucho más que años anteriores. Un color bastante impensable para los gustos locales será visto con frecuencia a partir de ahora en sus diversas tonalidades, más cercanas al flúo con destellos verdosos, otros cercanos al mostaza y los dorados y otros volcados al pastel y muchos, decididamente amarillo sol.
Las “fashionistas” lo llevarán con fucsia, rosa pastel, naranja y rojos en varias versiones. Las más cautas con beige y blanco, y aún con plateado, en la presentación más elegante.
Para quienes aún no se animan, un argumento: el amarillo empuja hacia arriba la energía, el optimismo, las ideas de felicidad.
En esta producción mostramos algunos ejemplos de lo que el mercado ya está ofreciendo y cómo lo llevan algunas mujeres que lo adoptaron ni bien apareció la primavera.
Producción: Andrea Telechanski. Fotos: Diego Ituño y Majo
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