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PERSONAJES | 18-10-2013 11:00

Vera Fogwill: “Más que escritora, soy una escuchadora”

Actriz, guionista, productora, directora de cine, la hija de Rodolfo Fogwill debuta como novelista. Jet set, pobreza y niñez fabuladora.

Hay que tener unos ojos como esos, capaces de detenerse en todo y hacer foco justo en lo que nadie (empezando por uno mismo) quiere ver. Hay que tener un padre como ése (Rodolfo Enrique Fogwill, para muchos el mejor escritor argentino de los últimos años) y sobrevivirlo, y hasta poder escribir más allá de un apellido que pesa, y cómo. Pero Vera (“por la verdad”, le explicaron un día) Eugenia (“por la génesis del genio”) Fogwill se eligió a sí misma hace rato.

Se escribió de cero y no le fue mal, no: el primer premio le llegó hace años, por su protagónico en la película “Buenos Aires viceversa”. Y con “Las mantenidas sin sueños” (film que escribió, interpretó, co-dirigió y produjo, a puro talento y pulmón) se llevó el premio a la mejor película nada menos que en el Festival Internacional de Cine de Los Angeles.

La lista de distinciones es larga, y admirable. La verdad y el genio, en eterna y complicada tensión con un mundo atropellado que no se lleva con sus tiempos de gavota. Años de escribir, corregir, tirar o dejar la cosa ahí, cuando la historia se muere sola y ya no hay demasiado que hacer. O no. Como en el caso de ésta, su primera novela, finalista del famosísimo premio Herralde y a la que le dedicó “casi siete años. Juntaba material y lo iba tirando adentro de una caja. Yo soy una gran escuchadora de diálogos en bares y en la calle, y también me encanta que las personas me cuenten qué les pasa, qué hacen, y por qué hacen lo que hacen. Tomo la realidad siempre como disparador. Y tenía el principio y el final de esa historia, pero nada más. Entonces en medio de mis otros trabajos, escribía, iba pensando los personajes y la trama. Llegó un momento en el que tenía tantas cosas acumuladas que me paralicé. Era…inmanejable. Pero al final me lo propuse y terminé la novela en el 2011”, comienza. “Igual, yo no me considero una escritora sino más bien una escuchadora. Yo tengo que oír eso que escribo, y por eso también estoy todo el tiempo escuchando, anotando y volviendo a escribir”.

Noticias: Entonces, ¿qué es, usted?

Vera Fogwill: Soy una persona que busca tener sentido propio y no común. Que sólo produce cuando tiene algo que decir. Si no, me mantengo al margen, observando. Mi primera obra de teatro la monté a los 17 años, en Babilonia. Yo escribía mis escenas para mis clases de teatro con Cristina Banegas y ella fue quien se dio cuenta que eran una obra. Le estoy muy agradecida. Eso fue el debut.

Noticias: ¿Es normal escribir una obra de teatro a los 16?

Fogwill: Para mi el mundo que vivimos no es normal. Es perverso. Me parece más sano y normal haber escrito esa obra a esa edad. Y además fue una etapa de mucho aprendizaje, porque nos hacíamos los vestuarios, la escenografía, todo, y después salíamos a la calle adentro de un ataúd a promocionar la obra. Por eso nunca dejé de hacer de todo y para mí producir es hacer, no “estar”.

Noticias: ¿“Estar”?

Fogwill: Claro, estar en el circuito nunca me interesó por el hecho de estar en si. Lo que pasa es que el actor (con justa razón dado el sistema) siempre tiene terror a desaparecer, a que no lo llamen más, etc. A mí nunca me pasó nada de eso porque no me conforma estar si no siento que tengo algo que aportar, que decir. Siempre lucho con eso. Cuando trabajo si algo me parece una porquería, lo digo sin vueltas. Siempre estoy intentando mejorarlo.

Noticias: Esa es su parte Fogwill…

Fogwill: Si, es mi parte Fogwill. Trato de ser sincera y no obsecuente para seguir en el medio. El problema es que ésta es una época en la que eso mucho no va, y además nadie quiere esperar nada. Todo tiene que ser ya, y trabajar bien lleva su tiempo. La gente que yo más respeto tarda quizá tres o cuatro años en terminar un guión de cine. Pero hoy todo el mundo corre en búsqueda de resultados, todo el mundo escribe en equipo, el autor resulta que son quince. Hay que sobreadaptarse para sobrevivir. Y no estoy preparada para eso, admiro mucho a quienes pueden hacerlo.

Noticias: ¿No?

Fogwill: No. Está bueno quedarse afuera porque estamos afuera. Mientras sirvamos no nos expulsan, pero sino si, somos cosas, no personas. Yo estoy diciéndome desde chica que nada de todo esto está bien pensado. Que lo absurdo se toma como normalidad.

Noticias: ¿Fue una nena complicada? ¿Una niña monstruo?

Fogwill: Y, era un poco complicada. Era compleja. Bueno, yo siempre estuve enferma. Pero con una gran ventaja: siempre lo supe. Hay gente que está enferma y no lo sabe.

Noticias: ¿Y recuerda alguna anécdota? A mí me echaron del jardín de infantes, por ejemplo.

Fogwill: Yo no era peleadora para nada, pero tuve una familia muy particular. Porque la gente conoce a mi papá, pero mi mamá es un personaje con mucho más peso que él, en mi vida al menos. Admiro mucho más a mi mamá, Janín Demanet. Era una modelo top en los años 70 y era actriz de cine underground. Trabajó en películas que fueron censuradas por la dictadura. Hoy es psiconalista y escribe (tiene tres libros y está escribiendo una novela increíble). Entonces  ya mi vida y el entorno en el que nací y la cosa esa de ser hija de padres separados o de ser un bebé que se va al mes con el padre en moto, no sé... Todo era un delirio. Además, los míos eran padres que tenían miradas absolutamente distintas sobre la educación. Entonces, de lunes a viernes y con mi mamá las cosas eran de una manera, y el fin de semana y con mi papá eran exactamente de la manera opuesta. Mi mamá no tenía un mango y mi viejo tenía chofer, una colección de autos antiguos y hasta veleros. Y cuando vivía en Brasil, era amigo de Caetano Veloso y de quien se te ocurra. Yo el jet set me lo viví de chica, pero después mi papá perdió todo y tuve que ir a verlo a la cárcel. Entonces, fue siempre la dicotomía.

Esta es una versión digital adaptada. Para leer la entrevista completa, adquiera online la edición 1920 de la revista NOTICIAS, o encuéntrela en los principales quioscos del país.

Fotos: Marcelo Escayola. Producción y maquillaje: Esteban Vedia. Ropa: Vevu Prive. Peinó: Sebastián Gómez para Estilo Sebastián. Agradecemos al Museo Fotográfico Simik. 

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por Fernanda Sandez

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