Tuesday 7 de January, 2025

PERSONAJES | Ayer 06:09

Joan Cwaik: “La tecnología es el gran escultor invisible de nuestras vidas”

Autor, docente, conferencista y especialista en la intersección de las tecnologías emergentes y la sociedad.

“Mi nombre remite a Joan Manuel Serrat, ese músico que fue parte del soundtrack de mis padres. De hecho, en la casa de mamá, hay más fotos de Serrat que mías, lo cual siempre me pareció divertido. Mi apellido, Cwaik, en verdad es un viaje lingüístico: el original es Zweig, como el escritor austriaco Stefan Zweig. Creo que es un reflejo de mi familia: una mezcla de raíces argentinas por parte de mis abuelos paternos y un linaje ruso-polaco por el lado materno. Y, para sumarle un dato curioso, tiempo después, me hice un test genético que reveló que soy 90% judío ashkenazí. Cuando tenía unos 22 años entré en el mundo Bitcoin sin saber hacia dónde me iba a llevar. Estaba algo obsesionado con esa tecnología y quería entenderla desde adentro. Convencí a mi papá que me prestara plata para comprar una computadora para minar bitcoins y la instalé en mi habitación. Para mi padre era un idioma nuevo, pero entendió que no era solo un capricho. Lo que no anticipé fue el calor infernal que generaban las placas de video, mis padres me obligaron a mover la computadora afuera de la vivienda. Esa anécdota se convirtió en una metáfora para mí: a veces, para explorar nuevas ideas, hay que aceptar incomodidades. Esa computadora no solo minó bitcoin, minó mi curiosidad por entender cómo las tecnologías emergentes podían cambiar las reglas del juego. En esos días también colaboré en la organización de Labitconf, la primera conferencia latinoamericana sobre Bitcoin. Fue un punto de inflexión en mi carrera”, dice este joven locuaz, protagonista -para muchos- de una dimensión desconocida.

Noticias: Colegios primario y secundario. ¿Le hacían bullying por nerd? 

Cwaik: Mi educación fue como una serie de capítulos escritos en distintos idiomas. Empecé la primaria en el Colegio Delfín Jijena, en Villa Crespo. A los 9 años me mudé con mi familia a la ciudad de Raanana en Israel, donde completé la primaria y cursé los primeros años de secundaria. Esa experiencia fue como aprender a nadar en un mar desconocido: nuevo idioma, nuevas costumbres, otro mundo. Regresé a Buenos Aires y terminé la secundaria en la Escuela Scholem Aleijem. ¿Bullying por nerd? Sí, pero nunca fue una gran sombra en mi vida. Fui un chico curioso, con la cabeza en las nubes tecnológicas y los pies en un aula llena de códigos sociales que no siempre entendía. Mis compañeros podían verme como “el raro”, pero yo lo veía como una oportunidad: si te destacás, es porque estás haciendo algo diferente. Hoy sé que esa rareza fue mi motor para explorar nuevas frecuencias y conectar mundos aparentemente desconectados.

Noticias: Y llegamos a la UADE donde se graduó…

Cwaik: Terminé la Licenciatura en Gestión de Medios y Entretenimiento en 2012, un punto de encuentro perfecto entre mis tres grandes pasiones: el cine, la tecnología y la administración. Mi vínculo con la UADE es muy especial, no solo porque me formó, sino porque me dejó seguir vinculado desde distintos roles. Después hice un posgrado en Convergencia Multimedial en la FADU de la UBA. Y más recientemente completé mi Maestría en Administración de Empresas en el IAE Business School de la Universidad Austral. En paralelo, me nutrí con cursos y programas. Para mí, la educación no es solo una etapa de la vida, es un proceso permanente. 

     Autor de tres libros, “Las 7 R. Las 7 revoluciones tecnológicas para comprender el impacto económico de las tecnologías disruptivas” (2020); “El dilema humano. Del Homo sapiens al homo tech” (2021) y “Post tecnológicos: Habilidades para recuperar lo humano”, Joan dio cientos de conferencias con un valor agregado: explica lo complejo con admirable simpleza. 

Noticias: Defina tecnologías emergentes, cultura digital y su intersección.

Cwaik: Estas tecnologías son como horizontes que aún no alcanzamos, pero que ya están transformando nuestra forma de mirar el mundo. Son herramientas, sistemas y conceptos que no solo resuelven problemas existentes, sino que muchas veces los inventan. Hablamos de IA, blockchain, biotecnología y otras innovaciones que, más que respuestas, nos plantean nuevas preguntas. La cultura digital, en cambio, no es una herramienta. Es el agua en la que nadamos. Es el espacio en el que nuestras prácticas culturales, sociales y hasta emocionales se redefinen a través de lo digital. Es el lugar donde la identidad se convierte en un perfil, donde el amor pasa por un swipe (golpe fuerte) y donde la creatividad se mide muchas veces en likes. Y la intersección entre ambas es el terreno más fascinante y peligroso que habitamos. Es donde la tecnología no solo se adopta, sino que moldea nuestros valores, comportamientos y hasta la forma en que percibimos el tiempo y el espacio. Nos encontramos en un punto donde lo emergente y lo cultural no se limitan a coexistir. Se potencian, se reinventan y, a veces, se destruyen mutuamente. Esta intersección no es neutral: lleva el peso de nuestras intenciones, sesgos y esperanzas. Es ahí donde debemos ser más críticos y conscientes, porque cada tecnología que adoptamos redefine quiénes somos como individuos y como sociedad. 

Noticias: “La tecnología redefine nuestras prácticas culturales y sociales, desde el arte hasta las relaciones interpersonales”. ¿Impacta en el amor, por ejemplo?

Cwaik: La tecnología es el gran escultor invisible de nuestras vidas. En el arte, redefine el acto creativo. En las relaciones interpersonales, la transformación es aún más profunda. El amor, por ejemplo, ya no ocurre solo en plazas, cafés o bibliotecas; ahora también sucede entre algoritmos que deciden quiénes somos compatibles y entre pantallas que median nuestra vulnerabilidad. Pero este cambio no es lineal ni neutral. Si bien la tecnología nos permite conectar más rápido y con más personas, también puede deshumanizar el vínculo, convertirlo en un producto del catálogo infinito. Lo fascinante y a la vez inquietante es que las mismas herramientas que prometen acercarnos también nos obligan a reflexionar sobre lo que realmente significa estar cerca. El amor, como el arte, ahora vive en una tensión constante entre lo humano y lo tecnológico.

Noticias: Ha dicho que existe el sedentarismo cognitivo en la era digital con sus implicaciones en la creatividad y el pensamiento crítico…

Cwaik: El sedentarismo cognitivo es la inercia mental que nos impone un mundo donde las respuestas están a un click de distancia. Es el equivalente a vivir intelectualmente en un sillón: dejamos de explorar, de cuestionar, porque la tecnología nos da soluciones antes de que formulemos las preguntas. Esto afecta nuestra creatividad y pensamiento crítico de forma alarmante. Vivimos en una paradoja: nunca antes tuvimos tanto acceso a información, pero rara vez la usamos para construir algo nuevo. Salir de este sedentarismo implica algo revolucionario: recuperar el hábito de preguntarnos “¿por qué?” y “¿para qué?” en lugar de solo “¿cómo?”.

Noticias: ¿De qué forma la automatización y la IA están transformando el mercado laboral?

Cwaik: Imaginate un tablero de ajedrez donde cada pieza está siendo reemplazada por máquinas. Esa es la transformación que estamos viviendo: los trabajos predecibles, repetitivos, están siendo devorados por la automatización. Pero las máquinas no saben jugar en los márgenes, no entienden la improvisación ni el contexto emocional. Las habilidades humanas irremplazables son ésas que no se pueden programar: la creatividad, porque las ideas revolucionarias no nacen de patrones; la empatía, porque ninguna máquina puede sentir lo que siente otra persona; y el pensamiento crítico, porque cuestionar lo que damos por sentado es una cualidad única nuestra. En un mundo donde las máquinas hacen tanto, lo humano será lo más valioso. Necesitamos una educación que nos enseñe a adaptarnos, a aprender de manera continua, a abrazar la incertidumbre. La seguridad laboral será la capacidad de reinventarnos, una y otra vez.

Noticias: Además, ¿tiene una vida más allá de la tecnología? 

Cwaik: Vivo solo en Pilar, rodeado de plantas. Uno de mis hobbies más particulares es mi colección de cartas Pokémon. Es algo que me conecta con mi infancia y, a la vez, con mi lado competitivo. Participar en subastas y buscar piezas únicas se ha vuelto un hobbie que mezcla muchísima nostalgia y estrategia. Mi playlist es un viaje entre el rock escocés y el inglés. Mi vida, más allá de la tecnología, está llena de pequeños rituales que me ayudan a equilibrar lo digital con lo físico, lo acelerado con lo pausado.

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Sissi Ciosescu

Sissi Ciosescu

Periodista.

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