Fue como una bola de nieve. La primera denuncia la hizo su última pareja, y luego aparecieron varias mujeres más. Las acusaciones, en todos los casos, son gravísimas: chantaje, celos obsesivos, escenas de violencia psicólogica y física, incluyendo una violación. El supuesto culpable es Dante Palma, periodista de 678 y una de las caras del progresismo K, quien nega todas las incriminaciones. La historia es tremenda.
Al frente. Fue J. G.(a partir de ahora y por pedido explícito de la víctima la identificaremos con sus iniciales), una joven estudiante que empezó en marzo del 2015 una relación con Palma que duró menos de un año, quien rompió el silencio. “Estaba cegada por una relación intensa que me hizo feliz, pero que tuvo maltratos que no reconocí”, relata la univesitaria. Según su testimonio, con el correr de la pareja, Palma empezó extorsionarla psicológicamente y la inducía a tener sexo cuando no quería. También recuerda una anécdota: cuando, en su cumpleaños, el periodista la obligó a irse porque “no toleraba estar con la familia”, luego de burlarse de los miedos de la abuela de la joven, víctima de una violación, a que la vuelvan a atacar sexualmente. “Si a su edad se la violan debería estar contenta”, habría dicho el ex panelista K. También hubo escenas de infidelidad: G. encontró mensajes subidos de tonos con otras mujeres -algunas menores- y, ante la evidencia, Palma la amenazó con dejarla porque “podía encontrar minas que cogían mejor”.
Según G., luego de que Palma la dejara, ella comenzó a darse cuenta de lo que había vivido y decidió exponerlo. En junio presentó una denuncia penal contra su ex novio, por maltrato físico, psicológico y extorsión, lo que, como medida cautelar, ya estableció una orden de restricción.
Pasado. El relato de Silvina Camino, quien rompió el silencio luego del testimonio de G., es estremecedor. En noviembre del año pasado, el panelista, de quien se había separado cuatro años atrás, se instaló tres pisos arriba de donde habitaba. Ella no sabe si fue casualidad, pero no lo soportó y se mudó poco después. Era más que incomodidad: según Camino, el hombre que vivió durante cinco meses a metros suyo, era una atormentada persona que la manipuló y violentó en varios sentidos, incluida una violación.
“Fue un infierno. Vivía con miedo de verlo”, cuenta Camino. La macabra coincidencia es el último capítulo de una historia tremebunda. Desde que comenzaron a salir, Palma -quien, dice Camino, estuvo siempre medicado por orden del psiquiatra- actuó de forma intimidante. También le descubrió conversaciones subidas de tonos con varias mujeres -algunas habrían sido menores-, recibió innumerables descalificativos y era inducida a tener sexo aún cuando no quería. La última vez que se vieron fue cuando ocurrió la supuesta violación, a fines del 2010. “Me violó aunque yo lloraba y me resistía. Tenía miedo. Después se durmió como si nada. Al otro día me fui y hasta que se mudó a mi edificio nunca más lo ví”, relata Camino.
En problemas. Lucía Colombo, una ex alumna de Palma en la UNSAM, también lo acusó. Según ella, durante un cuatrimestre, el periodista la quiso avanzar en tres ocasiones, a pesar de las negativas de Colombo. Palma, que se negó a hablar con NOTICIAS, sacó un comunicado en su blog, donde negó las acusaciones y las atribuyó a “redactores de tercera línea, grupos de ultraizquierda y medios hegemónicos”. “Buscan mi destrucción psicológica”, dice Palma, en referencia a que G., junto a agrupaciones universitarias, lograron que el periodista sea suspendido de sus clases en la UBA y la UNSAM.
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