"Nuestro único enemigo es el derrotismo, y aquellos que ya bajaron los brazos, pensando que esta elección ya está perdida. Hay compañeros que no saben por donde cargarse de esperanza", manifestó el ministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis, reconociendo lo que muchos otros funcionarios del oficialismo muestran con falta de acción frente a los desafíos de la gestión y en medio de un año electoral. "No hay nada que hacer", marcan casi a coro antes de repartir culpas internas según la columna a la que pertenezcan en el Frente de Todos.
La esperanza en que Sergio Massa encaminara la economía y bajara la inflación parece descartada. Pero el ministro no será reemplazado, fundalmentalmente porque no hay reemplazo. Y si lo hubiese, de todos modos un cambio en el último tramo de la gestión podría ser explosivo. Por el contrario, y aun sin resultados, el líder del Frente Renovador aparece como una de las mejores cartas del Frente de Todos a la hora de buscar otro mandato. "No hay otro", sugieren, "es el único que sigue gobernando".
"Hay cosas que funcionan bien y otras que no tuvimos los resultados esperados. Hay que explicar como vamos a hacer las cosas que no salieron", insiste Katopodis, ex intendente de San Martín, uno de los distritos donde el albertismo anidó tras la derrota en 2015. "Tenemos que seguir trabajando contra la inflación y la recuperación del salario", agrega. Pero el Frente está desgastado por una interna que empuja casi a la ruptura, algo que probablemente ocurra frente a una derrota electoral.
"Trabajamos para que haya unidad, lo que nos rinde es el frente y no los candidatos. Tenemos que volver a lo importante. Lo que sirvió en el 2019 tiene que servir para encarar esa nueva etapa. Tiene que haber unidad, si no hay acuerdo no hay PASO, y no hay condiciones para que evitemos que gane el macrismo. Si todos estamos de acuerdo en que la mejor manera es que haya paso, iremos a las PASO. El orden político nos permitirá orden económico", se queja Katopodis.
El de San Martín es partidario de llegar a un acuerdo que evite las PASO, pero lo ve difícil. Alberto Fernández parece decido a forzar una interna para probarle a Cristina Kirchner que su espacio no es tan fuerte en las urnas. Y que carece de candidatos potentes si ella declina en su candidatura, como ya lo hizo Mauricio Macri. "Quiso seguir en el 2019 y ahora quería seguir siendo candidato pero la gente tiene muy frescas las marcas de angustia de su gobierno y por eso se bajo de una candidatura", apunta Katopodis.
Probablemente valga a la inversa. Una de las razones por las que a los oficialismos se les complica en el mundo la relección. y los ciclos se acortan frente al hastío del electorado con la política tradicional. De allí que ni siquiera los albertistas como Katopodis, agiten con convicción la reelección de Alberto Fernández. "Es un candidato que tiene todas las condiciones para serlo pero creo que tendrá que ser una elección de él", decía el ministro ayer en El Disparador (Delta 90.3).
"El Presidente Alberto Fernández tiene el derecho constitucional de ir a una reelección. Hasta ahora no adelantó ninguna decisión. El Presidente está pensando las condiciones para que el Frente de Todos sea lo más competitivo en términos electorales", agregó con el mismo medio el jefe de Gabinete, Agustín Rossi. "La aspiración es que siga gobernando el Frente de Todos y que la derecha no vuelva a gobernar. No dudo en ese compromiso de ninguno de nuestros dirigentes", agregó el santafecino, corriendo aparentemente al presidente de la contienda.
"Hay una expresión de deseo de Juntos por el Cambio de que no lleguemos a fin de año, pero no se va a cumplir. Cada vez que critican la política económica, los mercados le dan la espalda", siguió Rossi, en función de una duda que se acrecentó la última semana, tras los enfrentamientos del ministro Sergio Berni con choferes de colectivos. Y donde la vocera presidencial Gabriela Cerruti, descartó el clima de un estallido social.
La reprimenda tuitera de la vicepresidenta frente a la impericia en el manejo de la crisis de seguridad, fue un llamado a la tropa propia para que frente a los múltiples conflictos, no colabore en empeorar el escenario. Y es que Cristina Kirchner ya se conforma con el control de daños en un casi seguro repliegue.
por R.N.
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