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POLíTICA | 24-12-2019 14:28

Los dos Papas: cruces y polémica en la Iglesia por el film de Netflix

En el mundo eclesiástico, gran protagonista de la película, el estreno causó debates internacionales. Enojo entre los cercanos a Benedicto.

La película causó furor. Se viralizó en las redes y fue causa de conversación y debate durante todo el fin de semana en Argentina y en varias partes del mundo. No es para menos: era la primera vez que una multinacional del pochoclo, como es Netflix, lanzaba una apuesta arriesgada para seguir desde el sofá: mostrar la intimidad de un proceso complejo, tortuoso e histórico como fue la renuncia de Benedicto XVI y la entronización del Papa del “fin del mundo”, el argentino. El estilo con el que el director brasileño Fernando Meirelles, autor de la célebre “Ciudad de Dios”, encaró el tema fue fruto de críticas y elogios en igual medida. Y la Iglesia, gran protagonista del film “Los dos Papas”, no se iba a quedar afuera. En el mundo eclesiástico también hubo polémica.

Desde el vamos, la Santa Sede evitó pronunciarse sobre el tema. Es verdad que la institución que comanda a 1200 millones de fieles no tiene por qué emitir comentario sobre este o las decenas de films sobre Jorge Bergoglio que ya se han emitido –y que amenazan con convertirse en un género cinematográfico en sí mismo-, pero, a diferencia de los anteriores, “Los dos Papas” fue un boom marketinero con dos célebres actores internacionales –uno ganador del Oscar- y un reconocido director. La apuesta fue tan grande que hasta incluyó un gigantesco poster en una de las entradas al Vaticano. El único alto cargo de la Iglesia que habló al respecto fue el Cardenal Peter Turkson, de Ghana. Tampoco fue premeditado: en una conferencia de prensa por otro tema, el 12 de diciembre, un periodista le consultó si había visto el film, y él reveló que había estado invitado a un avant premiere. Parece que al prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano del Vaticano no le gustó demasiado la película. Aseguró que se trata de “una interpretación” y que, aunque Jonathan Pryce –que interpreta al argentino- tiene “un gran parecido físico” y logró una buena actuación, no opinaba lo mismo de Antonhy Hopkins con respecto a Benedicto. El actor galés parece que sintió el golpe. “No quise ofender a nadie, soy un actor”, aclaró días después Hopkins. Desde el Vaticano no se esperan más opiniones sobre el tema. “No es correcto que un cardenal se rebaje a hablar de ficción”, cuentan a NOTICIAS desde allá.

A los que están más cerca del pensamiento del Papa emérito, previsiblemente, la película no les cayó bien. En declaraciones a ACI prensa, un medio católico relacionado con las posiciones más tradicionales de la Iglesia, dos titulares de la Universidad Pontificia de Roma criticaron con dureza el film. Jorge Milán, profesor de Comunicación Audiovisual, se quejó de la “polarización política, por lo que todo se coloca a la derecha (Ratzinger) o a la izquierda (Bergoglio)” y aseguró que “no recomienda a un católico verla”. Enrique Fuster, que también enseña comunicaciones, fue más duro: dijo que es obvio que se supone que Francisco es el “buen Papa”, mientras que Benedicto “no es tan bueno”, y que “esa representación no le hace justicia al Papa emérito”. “La película llevó sus estereotipos demasiado lejos con su tratamiento débil y superficial de la participación de Benedicto en la lucha contra el abuso sexual en la Iglesia”, aseguró Fuster. El director del medio especializado “Catholic-link”, el peruano Mauricio Artieda, también la criticó desde aquel sitio. “La película, aunque en líneas generales es respetuosa y positiva, caricaturiza a personajes muy complejos (especialmente a Benedicto) y aborda la crisis de la Iglesia con la mirada, la hermenéutica y hasta la terminología del periodismo secular. Fue algo así como leer una viñeta papal en “El País” o en el “New York Times”, dijo, aunque sí recomendó verla. El que la defendió fue el sacerdote jesuita James Martin. El mediático estadounidense, asesor de Bergoglio, comentó en Twitter que “le había encantado” la película. “Perfectamente actuada y muy bien escrita. Movilizante, sorpresiva, sensible. Además, tiene la cantidad necesaria de chistes jesuitas”, aseguró.

 

Desde el Episcopado local evitaron pronunciarse, aunque a NOTICIAS le aclaran en off que la película “es ciencia ficción” y “no muy divertida”. El único obispo argentino que comentó el film fue Sergio Buenanueva, a cargo de la diócesis de San Francisco, Córdoba. “La genial interpretación de Hopkins no alcanza para justificar que el Benedicto de este film es una caricatura grotesca e injusta de este gran Papa”, dijo en un tweet.
 



Alicia Barrios, periodista e íntima de Bergoglio –tiene un libro sobre él, “Mi amigo el padre Jorge”-, le dice a NOTICIAS que la película, a diferencia de lo que anuncia, “no se basa en hechos reales”. “Es una obra de ficción, magistral, pero no real. Reproducen algunas noticias falsas como imágenes, en las que otro obispo que no era Bergoglio, le daba la comunión al dictador Jorge Rafael Videla. En honor a la verdad, en la década del 70 el padre Jorge no era obispo. El argumento central del guion es la reunión de Bergoglio y Benedicto en la residencia papal de verano en Castel Gandolfo, encuentro que nunca existió”. El director de la edición argentina de L’Osservatore Romano –el medio oficial del Vaticano, que se está publicando en Perfil-, Marcelo Figueroa, también habló en el mismo sentido. “La película está montada en una ficción, y muy bien realizada, pero es un poco superficial en algunos puntos, sobre todo en la visión teológica y geopolítica de Francisco. La caracterización de Bergoglio está muy bien lograda, con muchos dichos de él que son textuales, y muestra bien su relación con los curas villeros. También vi un Benedicto demasiado rígidio y débil, y los motivos de su renuncia no se explayan bien, hay un reduccionismo”, dijo. 

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Juan Luis González

Juan Luis González

Periodista de política.

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