Son muchos los sectores del peronismo que se adjudican haber sido factores fundamentales de la remontada electoral en la Provincia entre las PASO y las legislativas del 14 de noviembre. Pero ninguno ha levantado tanto la voz como los intendentes bonaerenses.
Con esa cucarda, irán ahora por su mayor pelea: modificar o judicializar la ley que impide la re-reelección y que se promulgó durante la gestión de María Eugenia Vidal. Esa maniobra ya provoca tensión con La Cámpora. Es que el movimiento que lidera Máximo Kirchner tenía pretensiones de colocar candidatos propios en muchos de los partidos que hoy gobiernan los barones.
Para no ser rupturistas, los intendentes se conformarían con que se considere el mandato en curso como su primer mandato y de esa forma le den, al menos, una posibilidad más. Es decir, que la ley no se aplique de manera retroactiva. Hay nombres reconocidos que serían beneficiados: Alberto Descalzo (Ituzaingó), Gustavo Menéndez (Merlo), Alejandro Granados (Ezeiza), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora, de licencia), Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Juan Zabaleta (Hurlingham, de licencia), entre otros.
Máximo no está en condiciones de provocarlos. Necesita al peronismo calmo, al menos hasta que asuma formalmente como presidente del PJ bonaerense, en una elección que se postergó para marzo.
por R.N.
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