La música era agradable, como para bailar. La concurrencia estaba compuesta, en su mayoría, de jóvenes. Y el resultado podía preverse bueno. Esos condimentos formaban un cóctel perfecto para que el Luna Park fuese una fiesta. Sin embargo, el búnker de Javier Milei tenía un aura distinta: mucha euforia, pero mezclada con ira. La descarga masiva de los indignados. El lugar donde los desencantados encontraron un espacio para carajear a la política, desde Cristina Kirchner a Horacio Rodríguez Larreta.
El clima en el búnker de Milei, la máxima sorpresa de estas legislativas, fue construido por su figura excéntrica, pero no lo hubiese logrado solo: es que fue entronizado por influencers que llevaron su imagen a miles de personas en todo el país. Así como Jesús tuvo sus apóstoles, el liberal encontró en un grupo de militantes famosos en las redes a sus pescadores. Un equipo que propagó su mensaje por la Argentina.
Hacedores
“El acierto de Milei fue que detectó, como ninguno, que había una gran cantidad de jóvenes conectados y con información global que suelen ser políticamente incorrectos”, analiza la doctora en Ciencias Sociales Adriana Amado. Los nombres de los propagadores son muchos, pero la mesa chica está conformada por El Presto, Tipito Enojado, El Negro Almeida, Álvaro Zicarelli, Emmanuel Danann y Lilia Lemoine.
“Nosotros fuimos propulsores suplementarios al crecimiento de Javier, que es el gran responsable de su éxito. Lo hicimos llegar a jóvenes y a personas de clases sociales y zonas a las que el liberalismo no había llegado”, revela Zicarelli, el influencer y asesor de Amalia Granata, que ya trabaja en acercar las posiciones de ambos dirigentes.
Emmanuel Danann tiene tres millones de seguidores entre Facebook y Youtube. El músico, que se transformó en un habitual orador de los actos libertarios, fue elegido como una de las 100 personalidades más influyentes del país en 2020, según la encuesta que publica anualmente NOTICIAS. De hecho, era el más joven de esa lista. “Cuando nadie se animaba a cuestionar al feminismo ni a la utilización política de los homosexuales, nosotros lo hicimos”, le dice a esta revista. Y agrega: “En cuarentena, fuimos de los pocos en hablar de las ideas de la libertad, advirtiendo que se estaban violando nuestros derechos constitucionales. Ni la oposición salía a manifestarse”.
Controversia
La mesa chica de Milei no está exenta de polémicas. Como la que protagonizó Lila Lemoine durante el 2020, cuando atacó a huevazos a un móvil de C5N: “Fui yo, vengan a buscarme”, provocó luego en redes. La mujer, que se transformó en la maquilladora y fotógrafa de Milei, tiene como leitmotiv que “los políticos mienten” y llegó a asegurar que “el Covid-19 fue responsabilidad del comunismo”.
Lo de El Presto, Eduardo Prestofelippo, llegó aún más lejos. El youtuber fue denunciado por Gregorio Dalbón, el abogado de Cristina Kirchner, por amenazar a la vicepresidenta. “Vos no vas a salir viva de este estallido social”, le había escrito. Estuvo detenido por resistencia a la autoridad, cuando intentaban allanar su casa.
Ese episodio no lo calmó: volvió a cometer exabruptos en sus redes.
Los apóstoles, identificados por muchos dirigentes como “los odiadores”, protestan cuando los asocian con ideas violentas. “Son acusaciones ridículas”, argumentan. Más allá de eso, lograron encantar a los desencantados y se transformaron en artífices del batacazo liberal. La incógnita, ahora, será develar cómo atacar el sistema, si su candidato acaba de ingresar en él. “¿Se puede ser outsiders ya estando adentro? ¿Milei va a seguir siendo atractivo para estos chicos que hoy están tan entusiasmados?”, se pregunta Adriana Amado. Las respuestas aún no pueden adivinarse.
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