Hay una negociación en curso que hasta hace poco era impensada: emisarios del gobierno de Javier Milei y del kirchnerismo duro se sentaron a hablar sobre cómo completar las dos vacantes que tiene la Corte Suprema. La reunión fue entre Sebastián Amerio, actual secretario de Justicia de Milei, y Juan Martín Mena, ex número dos de la AFI durante el cristinismo y último viceministro de Justicia de Alberto Fernández.
En la charla se discutió un posible acuerdo de intercambio: el Gobierno propondría a Mariano Llorens —presidente de la Cámara Federal de Comodoro Py— y el kirchnerismo pondría sobre la mesa a Anabel Fernández Sagasti, senadora de Mendoza y figura de confianza absoluta de Cristina Kirchner.
Pero, ¿quiénes son los operadores de un lado y otro a cargo de la negociación?
Sebastián Amerio ocupa un lugar central en la estructura del gobierno de Javier Milei. Como secretario de Justicia, es el articulador entre el Poder Ejecutivo y el sistema judicial: traduce las estrategias políticas de Santiago Caputo al lenguaje institucional de los tribunales. Con pasado en la Corte Suprema y vínculos aceitados con jueces federales y camaristas, Amerio se convirtió en el interlocutor confiable del oficialismo con la Justicia.
Del lado K, su interlocutor es Juan Martín Mena, que fue viceministro de Justicia de Alberto Fernández y antes segundo de la AFI durante la presidencia de Cristina Kirchner. Es el cuadro con mayor conocimiento de los resortes del Poder Judicial que conserva el kirchnerismo y mantiene la llave del Senado para cualquier acuerdo institucional. Funciona como garante de la estrategia de Cristina Kirchner en los Tribunales y como contrapeso frente a las maniobras del oficialismo.














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