La Fórmula 1 (F1) ha experimentado una transformación significativa en los últimos años, pasando de un estado de estancamiento a convertirse en un fenómeno global renovado y atractivo, especialmente entre las audiencias jóvenes. Este renacimiento puede atribuirse a la combinación de tecnología avanzada, estrategias de marketing innovadoras y la capacidad de conectar con nuevas generaciones a través de contenidos en plataformas de streaming, especialmente la serie documental “Drive to Survive” de Netflix, que ha jugado un papel fundamental en reposicionar la F1 y atraer a una nueva ola de aficionados.
Durante las décadas anteriores, la F1 enfrentó una situación complicada. Los altos costos de producción, las políticas rígidas y un enfoque excesivo en el mercado europeo la llevaron a una crisis de identidad. Los jóvenes se mostraban menos interesados en el deporte, y las barreras de acceso para comprender las complejidades técnicas de la F1 la alejaban de potenciales nuevos seguidores. Además, el dominio de equipos selectos (como Ferrari y Mercedes) y el exceso de carreras previsibles redujeron la emoción en la pista y, por ende, el atractivo para los espectadores. Sin embargo, la entrada de Liberty Media en 2017 marcó el inicio de un cambio drástico en la visión de este deporte.
Reavivó la pasión
Liberty Media, un conglomerado estadounidense de medios, adquirió los derechos comerciales de la F1 en 2017, comenzó a reestructurar la categoría con una estrategia orientada hacia el entretenimiento y el engagement digital. Viraje hacia el público joven, aprovechando las redes sociales y los servicios de streaming, en contraste con la administración anterior, centrada más en las retransmisiones de tevé y los patrocinadores clásicos.
Liberty buscó fue romper con el aura elitista y, en cierto modo inalcanzable que caracterizaba a la F1, haciéndola más inclusiva y abierta al público global. Esto implicó modernizar las estrategias de marketing y la creación de contenido en torno a la F1, para que los fans pudieran sentirse más conectados con pilotos, equipos e historias detrás de cada carrera. El lanzamiento de la serie documental “Drive to Survive” (Netflix) en 2019 fue el punto de inflexión. La serie no solo mostró carreras y logros técnicos, sino que se enfocó en las historias personales de los pilotos y los conflictos detrás de cada equipo.
“Drive to Survive” llevó a millones de personas a interesarse por la F1, convirtiendo a pilotos como Lewis Hamilton, Max Verstappen y Charles Leclerc en estrellas reconocidas a nivel mundial, a la altura de celebridades del deporte como Lionel Messi o LeBron James. El éxito fue inmediato y para 2022 la F1 experimentó un incremento notable en la audiencia juvenil, particularmente en Estados Unidos, un mercado que tradicionalmente había sido poco receptivo a la F1.
Interacción digital
Liberty Media también impulsó un enfoque integral de redes sociales, utilizando plataformas como Instagram, Twitter y TikTok para mostrar contenido exclusivo, entrevistas y avances de las carreras. Este cambio permitió que la F1 se volviera una conversación continua, que no termina cuando las carreras lo hacen, sino que se extiende y se amplifica en redes sociales durante toda la semana. Los equipos, además, empezaron a invertir en sus propios canales y en campañas de redes, humanizando la imagen de los pilotos y acercándolos al público.
Este social también contribuyó a una mayor transparencia, ofreciendo contenido como vistas de los boxes, detalles de la estrategia de cada carrera y entrevistas en directo. Contenidos que han sido claves para reducir la brecha entre los fanáticos y los elementos técnicos del deporte, ayudando a los nuevos aficionados a comprender la complejidad de cada competencia, al tiempo que aumenta la fidelización.
Además, la F1 ha adoptado tecnologías que mejoran la experiencia de visualización. Liberty Media impulsó el uso de datos en tiempo real, gráficos avanzados, y cámaras en los autos que ofrecen una perspectiva única. La transmisión de información como la velocidad, el desgaste de los neumáticos y la estrategia de los pilotos durante la carrera permite a los espectadores experimentar la acción desde múltiples ángulos, una innovación tecnológica que atrajo quienes valoran interactividad y dinamismo en las experiencias deportivas. En paralelo. el avance de simuladores y videojuegos de F1 también ha sido una extensión importante, permitiendo que los fans vivan una experiencia similar a la de los pilotos, lo cual les ayuda a comprender mejor las habilidades y los desafíos que enfrentan en cada carrera.
Nuevos rostros
Otra de las estrategias fue la renovación del perfil de los pilotos. Figuras jóvenes y carismáticas como Lando Norris y George Russell comenzaron a ganar popularidad, ayudando a rejuvenecer la audiencia. Norris, por ejemplo, es un activo participante en redes sociales y Twitch, donde interactúa directamente con sus seguidores. La frescura y cercanía de estos pilotos jóvenes, combinada con la interacción digital, ha sido vital para captar el interés de audiencias menores de 30 años.
Allí pivotea también Franco Colapinto, que con tan solo 21 años se ha convertido en una figura relevante, generando un resurgir de la pasión por el automovilismo en Argentina pero también en Latinoamérica (fue tapa de la edición mexicana de Forbes).
La atención mediática y la repercusión social muestran que su figura es clave en la conexión de la F1 con una audiencia juvenil, especialmente en países sin tradición reciente en la categoría, y sumando también al público femenino, coincidente con la estrategia de Liberty, que ha promovido una visión de inclusión en la F1: impulsa actualmente programas para mujeres y minorías en la F1, y campañas para promover la diversidad en un deporte históricamente cerrado a ciertos sectores. Esta apertura ha ayudado a que más personas se sientan identificadas con la F1, reforzando su atractivo y su renovado potencial.
por R.N.
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