Vuelve el autor croata Ivor Martinić (1984), creador de la aplaudida “Mi hijo sólo camina un poco más lento”. Lo hace con la dirección de su última pieza, “Sería una pena que se marchitaran las plantas”, que estrenó en Barcelona y Croacia, donde aborda la ruptura de una relación amorosa. La crisis aparece cuando uno de los personajes no logra acordarse del acontecimiento más importante de la relación en los ojos del otro. Cuenta con actuaciones de la catalana Júlia Ferré y el argentino Victorio D’Alessandro y tiene una estructura abierta: cada función es diferente, los actores usan sus propios nombres, edad y biografía y, al estilo de Tadeusz Kantor (gran creador polaco), Martinic se involucra en escena. Hará funciones del 1 al 13 de marzo en Buenos Aires, y luego en Vicente López y La Plata.
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