★★★1/2 Últimamente, los programas dedicados al emprendimiento se han puesto de moda. En especial los que muestran el lado más humano de un mundo que, en ocasiones, puede resultar lejano. “The Profit” (El Socio), conducido por el reconocido multimillonario e inversionista Marcus Lemonis, producido por la CNBC, se emite por History Channel, y es más que un envío descriptivo de distintas situaciones. Aquí el poderoso Lemonis representa de forma concreta esa “ganancia” (traducción literal de la palabra “profit”) que obtiene una compañía con potencial, pero que está a punto de morir por culpa de malas gestiones. Es decir, Marcus pone su propio dinero en juego para socorrer a pequeñas empresas que afrontan complicaciones o están al borde de la quiebra, y él cree que se pueden reflotar. Incluso si eso significa despedir al presidente, promover al secretario o hacer el trabajo él mismo; ¡capitalismo puro!
En síntesis, “el socio” que todos desearían tener o, como también se llama, “inversor ángel”. Un tipo de inversionista que, además de poner capital en una empresa start up (o emergente), aporta algo más subjetivo como el conocimiento y los contactos; en tal sentido, Marcus ayudó a diversas empresas con problemas, al apostar capital y saberes sobre gestión corporativa a cambio de un porcentaje. Con su octava temporada ya estrenada, conviene detenerse en saber quién es este hombre: Lemonis nació en la ciudad de Beirut (Líbano) durante el caos de la guerra civil y las invasiones extranjeras, en noviembre de 1973, un inicio de vida bastante particular. Pero lo más trágico de esta historia es que sus padres lo abandonaron y fue adoptado, a los nueves meses de edad, por una pareja griego-estadounidense, residentes de Miami, Florida. Desde muy joven mostró buenas aptitudes para los negocios y, tras una breve incursión en la política, se dedicó a la industria automotriz; hoy es presidente y CEO de “Camping World”, especializada en la venta de vehículos recreativos.
En el episodio de estreno aceptó el desafío que implicaba “Harvest Lane Honey”, una empresa familiar en Utah, ahogada en deudas. Dedicada a todos los aspectos de la apicultura, desde la importación de abejas hasta la venta de lo que un apicultor necesita para su colmena. Con el principio de sus tres “P” (Personas, Procesos, Productos), Lemonis evalúa cada negocio y traza un camino a seguir. En este caso, la familia tuvo que moverse como nunca para cambiar su suerte.
Sin duda, en estos momentos críticos, vale la pena escuchar sus atinados consejos sobre cómo manejar las finanzas.
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