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CIENCIA | 28-08-2023 13:51

Obesidad medicada: remedios contra la diabetes autorizados para adelgazar

Fármacos que están aprobados para descender los pesos, como la semaglutida y la liraglutida. Los que aún están bajo investigación. El sobreúso, la necesidad de indicación médica y los efectos secundarios.

Un fármaco que hasta fines de julio estaba admitido solo para su uso en personas con diabetes tipo 2 fue aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para emplear en personas con obesidad. La droga madre (semaglutida) ya se comercializa en el mercado con el nombre Ozempic y el remedio que vendrá la contiene en gramajes más elevados (2 y 4 gramos) bajo el nombre comercial Wegovy. Ambos remedios son manufacturados por el laboratorio danés Novo Nordisk, y forman parte de una clase de fármacos denominados receptores agonistas GLP-1, que desde 2017 han cambiado radicalmente el tratamiento tanto de la diabetes como de la obesidad. Con sus claros y oscuros.

Medicamentos inyectables contra la diabetes.

Y es que por los resultados obtenidos en estudios científicos, comenzaron a venderse (primero el Ozempic, el segundo data del 2021) inclusive sin prescripción médica y sin diabetes de por medio, al punto que Ozempic llegó a escasear de las farmacias en los países en los que fue aprobado y las personas diabéticas no podían comprarla porque ya habían arrasado con ella quienes solo querían bajar unos kilos de peso. Empresarios billonarios (Elon Musk, actual dueño de Tesla, SpaceX y la ex red social Twitter hoy denominada X), artistas, influencers, cantantes y famosos de toda laya le están dando un uso cotidiano, a punto tal que solo en 2022 el laboratorio productor declaró un aumento del 50 por ciento en sus ganancias

De hecho, la demanda global es mucho más elevada que la capacidad de producción del laboratorio, a punto tal que Wagovy no llegaría a la Argentina antes de mediados del 2024

Hallazgos

Hace algo más de dos décadas se hizo una experiencia en la que a individuos sanos se le daban 50 gramos de glucosa por vía oral, mientras que  otro grupo recibía 50 gramos de glucosa por vía endovenosa. La presunción inicial era que ambas vías elevarían de igual forma la cantidad de insulina que producía el páncreas. Los investigadores hallaron, sin embargo, que los voluntarios a los que se les daba glucosa por vía oral producían un 60% más de insulina que aquellas personas sanas a las cuales se le daba la glucosa por vía endovenosa. A partir de ahí se comprobó que había algo, a nivel intestinal, que intervenía en el incremento de los niveles de insulina.

Diabetes.

“Se detectaron dos sustancias producidas en el intestino: a una se la denominó GLP-1 y a la otra GIP. Los científicos comprobaron que estos análogos (técnicamente, incretinas intestinales), en particular en el caso del GLP-1, ayudaban a producir mayor cantidad de insulina por parte de las células beta en presencia de glucosa a nivel intestinal. Estas sustancias se producen naturalmente en el organismo, pero la duración no excede normalmente de los 3 a 5 minutos -explica el diabetólogo Gabriel Lijteroff, director del comité científico de la Federación Argentina de Diabetes (FAD)-. A partir de ahí se empezó a buscar una estrategia que prolongara la vida de esta sustancia que se llama GLP-1 o bien que se inhibiera su rápida destrucción. Fruto de la investigación, surgieron dos tipos de fármacos. Unos, los análogos de GLP-1, pudieron ser sintetizados en el laboratorio para tener una duración más larga administrados por vía subcutánea”.  

En los diversos estudios con los análogos de GLP-1, los investigadores comprobaron que las sustancias, además de ayudar a producir glucosa a través de un mecanismo denominado glucoso dependiente (si la persona no come no actúa), ayudan a incrementar el descenso de peso. “Y también, con el correr de los años, los estudios demostraron que estos fármacos tienen una acción a nivel preventivo tanto sobre el sistema cardiovascular como en la patología renal asociada a la diabetes”, agrega Lijteroff, miembro del comité ejecutivo de International Diabetes Federation para Región Sud América y Caribe (SACA).

El primer análogo de GLP-1 presentado en Argentina fue el exenatide, que se da en forma subcutánea cada 12 horas, y después surgieron otros que también se están comercializando en la Argentina, como la liraglutida y la lixisenatida. Ahora hay una nueva generación de análogos de GLP-1 que tiene la ventaja de que se puede dar, en lugar de cada 12 horas o a diario, de manera semanal, como la semaglutida o la dulaglutida. Una caja de alguno de estos remedios no baja, en promedio, de los cien mil pesos

Actuación

 La acción de la semaglutida, que se está comercializando para diabetes tipo 2 en dosis de 0,5 a 1 gramo, se da a través de varios mecanismos. En el caso de la diabetes, y en presencia de glucosa, estos análogos de GLP-1 se activan, ayudando a la producción de insulina por parte de las células beta remanentes que quedan en el páncreas de una persona con diabetes tipo 2. Pero además la semaglutida tiene una acción también a nivel encefálico, es decir cerebral, al inhibir el apetito. Ese mecanismo está relacionado con que las personas, tanto las que tienen diabetes tipo 2 como las que son obesas, tienen un aumento de una sustancia que se llama grelina en el techo del estómago, que reduce o frena la sensación de saciedad. 

Obesidad y diabetes.

“De tal modo que con estos análogos de GLP-1 se puede inhibir la acción de la grelina, y por lo tanto la persona vuelve a tener una una percepción normal de la saciedad. En consecuencia, ingiere menos de lo que estaba ingiriendo hasta el momento, el apetito se normaliza de esa forma y por un mecanismo no anfetamínico la persona logra bajar de peso. Con el beneficio de que, al ser lo que nosotros llamamos glucosa dependiente, es decir, que si la persona no come, no actúa, el medicamento minimiza las chances de que esta persona tenga una hipolucemia”, explica Lijteroff, que además es jefe de diabetología del Hospital Santamarina de Monte Grande, provincia de Buenos Aires.

Otro de los efectos que tienen estos análogos de GLP-1 es que enlentecen el vaciado del estómago. Normalmente el vaciado gástrico toma unas dos horas entonces, pero si ese proceso se ralentiza la persona tiene una sensación de saciedad que también colabora a disminuir el apetito y a descender de peso.

Además, en los Estados Unidos y en la Unión Europea ya existe una presentación de semaglutida en forma de comprimidos que se toman una vez al día, con un dosaje de tres, siete y hasta 14 miligramos, bajo el nombre Rybelsus. 
La pérdida de peso promedio que se logra con estos medicamentos, siempre acompañados por una dieta saludable y actividad física, es del 10 por ciento a lo largo de al menos seis meses. Pero ese porcentaje de reducción de peso depende de la cantidad de fármaco que reciba la persona.

En el último congreso estadounidense sobre diabetes realizado en junio se presentaron más fármacos. Las tirzepatidas que actualmente se utilizan para el tratamiento de la diabetes (y que combinan GLP-1 con otra sustancia) podrían tener aprobación para ser usadas contra la obesidad el año próximo en los Estados Unidos, y de acuerdo con los estudios presentados por su laboratorio productor (Ely Lilly), permite obtener una pérdida de peso del 15,7% en adultos.

Y otro más, la retratutida, que se administra por vía oral y está todavía en fase 2 de estudios, combina tres neutransmisores. “Se presentó en este congreso americano con un descenso de peso a las 48 semanas muy importante, de casi el 28% en mujeres y un porcentaje cercano al 22% en hombres con un promedio de un descenso de 24%”, resume Lijteroff. 

Precauciones

Y advierte: “Es importante tener en cuenta que estos medicamentos, para uso en diabetes tipo 2 o para obesidad tienen que ser  prescriptos por un médico, porque con respecto a diabetes tipo 2, la asociación con cierto tipo de fármacos pueden generar hipoglucemias. Además, es importante tener en cuenta que están autorizados solamente para mayores de 10 o 12 años, según distintas legislaciones, y solo para diabetes tipo 2 y no para diabetes tipo 1 o insulino dependiente”.

Mujer haciendo ejercicio.

El efecto de este tipo de medicamentos es dosis dependiente, es decir, que se ha visto que a mayor dosis más descenso de peso, pero por la disminución en la velocidad de vacío gástrico, también estos efectos colaterales como náuseas y sensación de plenitud se incrementan con la dosis. Por eso hay que comenzar la dosis en forma paulatina hasta llegar a la dosis útil o clínicamente tolerada. 

“Si bien la experiencia clínica no dio problemas, en experimentación con animales (ratas, específicamente) los investigadores comprobaron que aumentó el cáncer de tiroides -concluye Lijteroff-. De manera tal que a personas que tienen, si bien eso no se vio en seres humanos, sí está la recomendación que en personas que tienen antecedentes de cáncer de tiroides en la familia hay abstenerse de usarlo o usarlo bajo prescripción médica”.

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Andrea Gentil

Andrea Gentil

Editora de Ciencia, Medicina y Tecnología. Coordinadora carrera de Comunicación Digital, UNaB.

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