Nadie tendrá la certeza de que Michel Temer, el vicepresidente de Brasil, se haya inspirado en la exitosa serie House of Cards para alcanzar el máximo cargo político de su país, pero no quedan dudas de que, al menos, le está saliendo parecido. Este personaje, que fue aliado del PT y ahora es el peor enemigo, quedará al frente del gobierno si Dilma Rousseff efectivamente es llevada a juicio político.
Solo falta un paso para que Temer sea el primer mandatario de Brasil, que una mayoría simple del Senado le diga sí al impeachment. Pero el actual vice no goza de la empatía de la gente. En una encuesta del diario Folha de San Pablo, el rechazo se hizo evidente. Lo ven como un traidor, sin carisma y demasiado serio. Esas particularidades se ponen de manifiesto más allá del hecho de que el hombre también esté empapado por las turbias aguas del “Petrolao”. Porque en Brasil la máxima ya está instalada: “corruptos son todos”.
El objetivo de Temer será frenar la caída de la economía y enderezar el rumbo del país. Pero al problema económico, se le sumará el político. Habrá manifestaciones del PT en la calle, reclamando que ésto es un golpe de Estado. Porque en el tsunami de corrupción que arrasa con Brasil, la única figura política que no está acusada de enriquecimiento ilícito es la presidenta, cuyo pedido de juicio es por recurrir ilegalmente a prestamos de bancos públicos para equilibrar el presupuesto. Es decir, un tecnicismo fiscal para maquillar cuentas.
Los candidatos. “El gobierno de Dilma terminó”, expresó Aécio Neves tras el resultado en Diputados. El político socialdemócrata, que perdió las elecciones contra Rousseff en un ajustado ballottage en 2014, podría ser uno de los protagonistas en el próximo sufragio.
Mientras tanto, la estrategia de Neves se basa en presionar por el impeachment a Dilma y apoyar el gobierno de transición de Temer. “Daremos respaldo” anunció tras aclarar que no exigiría cargos en el gabinete, pero sí una “agenda mínima” de reformas económicas y sociales.
Neves sigue aspirando a la presidencia. Habiendo estado a menos de tres puntos en 2014, es un candidato natural a obtener el puesto en elecciones.
Por otro lado, quien saliera tercera en las últimas elecciones también sigue con aspiraciones. La política y ambientalista Marina Silva, ex aliada del PT, aseguró que “el impeachment no es un golpe, los delitos de los que se los acusa ocurrieron”.
A diferencia de Neves, Silva va un paso más allá. Su intención es que, si el Senado avanza sobre el juicio político, se llame a elecciones anticipadas en el país. “La fórmula Rousseff-Temer está comprometida; juntos tomaron las decisiones que nos llevaron a esta crisis”, sentenció.
Tras el digno papel de 2014, el liderazgo de Silva continuaría estando firme, ya que según una encuesta realizada por Datafolha dos semanas atrás, la ecologista tiene el 19% en intención de voto y sólo sería superada por un político: Lula Da Silva.
Más allá de las denuncias por corrupción, de su detención fugaz y de ser el líder de un gobierno que naufraga, Lula es el candidato con más adherentes, con un 21% de intención de voto. Si de algo no caben dudas, es que en Brasil siempre es carnaval.
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