Su nombre es sinónimo de Juegos Olímpicos, competencia que lo obnubila desde chico: “Atraviesan la historia de la humanidad en los últimos 120 años”, dispara Gonzalo Bonadeo, con el tono de las verdades trascendentes. Su flamante primer libro se llama “Pasión olímpica” y no sólo recopila curiosidades, también sirve para releer, desde los ojos de uno de los periodistas más experimentados del rubro, el contexto mundial en que se dio cada certamen. La de Río de Janeiro es su sexta cobertura y aún siente la adrenalina de los primeros tiempos. El despliegue es grande: dos semanas en la pantalla de TyC, con jornadas de hasta 16 horas seguidas eligiendo en vivo qué deporte transmitir desde un panel lleno de televisores encendidos, al frente de un equipo de 60 personas. Afirma que si puede aguantar esa presión es porque en casa lo bancan su mujer Carmela (39) y sus hijos Catalina (24), Martina (21), Valentina (20), Joaquina (9) y Fermín (4). Filoso y polifacético –además de en TyC, es conductor de “Buscador en red” por la TV Pública, comanda “Arqueros, ilusionistas y goleadores” por AM 750 y es columnista del diario Perfil–, estuvo a minutos de ser secretario de Deportes en la gestión K, explica que es difícil pensar como Marcelo Tinelli (con quien trabajó en el “VideoMatch” de 40 puntos de rating) y afirma que si en el tema AFA “no se habla de la violencia en el fútbol, nada cambiará”.
Noticias: Diga la verdad, habiendo tantas disciplinas en los Juegos Olímpicos, ¿nunca mandó un poquitito de fruta?
Gonzalo Bonadeo: Fruta, errores en la terminología... En judo las puntuaciones mayormente son por técnica, y las técnicas tienen un nombre en japonés, no tengo ni idea los nombres. Pero decir ciertos términos para jactarme... Soy un gran crítico y me cago de risa de los periodistas, en especial de algunos que hablan de básquet para que los entienda “Manu” Ginóbili. Ginóbili no me escucha ni espera que diga nada que él no sepa. El que espera que diga algo que él no sepa es el público y para eso tengo que hablar castellano, no como un economista o un médico, tengo que ser directo y práctico. Es enorme la cantidad de errores que hay en la transmisión de un juego olímpico. Pero la media suele estar elevada y es una transmisión dinámica: sabemos cómo hacer para que la gente no se pierda nada que vale la pena.
Noticias: Entonces a veces vale más saber transmitir que lo que uno transmite.
Bonadeo: Sentido común. Desde el '96, los primeros juegos que transmití, lo hice pensando qué me gustaría ver. Había visto los juegos del '88 a través de la TV brasileña, entonces llegué al '96 medio solo en la idea y pensé: “Voy a hacer de cuenta que estoy solo en casa. ¿Qué me gustaría ver? La mayor cantidad de deportes, las leyendas, los argentinos”. Después me enseñaron cosas: los únicos animales que hay son los caballos; entonces hay que mostrarlos, también hay que mostrar agua: por suerte siempre tuvimos buenos remeros.
Noticias: ¿Hay abstinencia después del último día?
Bonadeo: Al contrario, me da nostalgia, un vacío grande, pero es un vacío raro, no tengo ganas de que siga al otro día. Por algo son 16 días y cada 4 años. El dilema es el agente motivador de saber que te identifican con algo poderoso y eso me da orgullo. Después tenés que honrarlo. Una cosa es el sonido distintivo de Mariano Closs, el de Víctor Hugo Morales, o el que fue de José María Muñoz, y otra es cuando lo distintivo es un tono estable y monocorde, que es lo que más me han destacado.
Noticias: Cuenta con un importante archivo personal. ¿Compró material que tiró ATC?
Bonadeo: Compré material de Canal 11; de Canal 7 la anécdota es que me robé el archivo. Siento profundamente no habérmelo robado. Digitalicé tres días para hacer una serie que nunca salió, en tiempos de la Alianza, y lo devolví.
Noticias: Su libro es una forma de conocerlo a usted. ¿Es celoso de su intimidad?
Bonadeo: No me expongo demasiado. Me convertí en un tipo cuidadoso a partir de mi divorcio porque fue una situación de mierda. Me encontré con que me querían hacer jugar un rol que no era el mío. Entendí que a veces no hace falta demostrar que tenés razón. No tenemos que estar todo el tiempo explicándole a la gente que sos mejor o peor de lo que dicen. Mi prioridad eran mis hijas y la prioridad para ellas era que yo no abriera la boca. También aprendí que cuando no hay dos, no hay polémica. Si alguien contesta, quedás expuesto a una zona de mierda, lo sé como periodista. Me gusta que sepan que soy familiero, que tengo cinco hijos, pero tampoco hice un clamor popular de que hace ya 14 años que vivo con mis hijas y que Carmela, mi actual mujer, se hizo cargo de las chicas cuando tenían 6, 8 y 10 años. Es una gran coartada esa, pero ¿para qué lo voy a estar contando? No es un diferencial. Mi diferencial lo hago sabiendo cómo me siento en mi vínculo con mis hijos. Si puedo salir a un juego olímpico y laburarlo tranquilo es porque me bancan en casa, y si me bancan es porque alguna cosa bien habré hecho.
Noticias: Menciona su divorcio como un quiebre.
Bonadeo: Sí, de golpe te encontrás expuesto. No laburo en un banco ni en una obra, no soy arquitecto ni empresario. Soy periodista. En medio de un quilombo tenés que seguir poniendo la cara. No sé laburar con la cabeza rota, necesito estar lúcido para hacer mi trabajo, que considero intelectual, más o menos. No sé trabajar en el caos. Fue un desafío, aprendí y me vino muy bien, pero no se lo recomiendo a nadie.
Noticias: Dijo que “sin dos no hay controversia”. La paciencia no es su principal virtud, ¿es así?
Bonadeo: No y me hago cargo, no siempre tengo registro del lugar que ocupo. Soy celoso de algo que pasa: a partir de los "desejemplos" mucha gente cree que uno cumple un rol y no que uno es como es. Entonces, como mucha gente cree que el periodismo es un juego de roles, debe haber un amarillo, un corrupto, uno de Boca, uno de River. No hago de serio ni creo serlo al extremo. Soy responsable, me gusta respetar al deporte, aprendí cosas y me da placer sentir que la gente cree que sé. No sé tanto, pero sí sé cómo acercarle cosas para que disfrute del deporte que está mirando.
Política. Tenía el traje puesto. Había avisado a la gente de confianza. Ya estaban familiares, amigos y funcionarios de alto rango esperándolo en la Casa Rosada. En minutos se convertiría en Secretario de Deportes del gobierno de Néstor Kirchner. Pero hizo un llamado y frenó la ceremonia. Algo no terminaba de convencerlo.
Bonadeo: Hubiese quedado claro que no estoy en condiciones de hacerlo porque explotaría todo al toque. Me lo ofrecieron en parte porque le estaban sacando el poder de Turismo y Deportes a Daniel Scioli y a su gente. Había hablado toda la semana con Alberto Fernández y Miguel Núñez, estaba listo para asumir en una oficina que estaba a siete cuadras de la Casa de Gobierno. Pero le dije que no a Núñez porque no podía conocer a Kirchner y que Kirchner no supiera quién era yo ni cómo pensaba. Llamé a mi amigo Guillermo Montenegro, que también estaba en la Casa de Gobierno, y le dije “Venite, vamos a tomar un whisky tranquilos”. La presión que sentía era gigante. Nunca más me llamaron.
Noticias: Frente al problema en AFA, ¿sirve tener a un Presidente que viene del fútbol?
Bonadeo: Hasta acá no me parece mejor ni peor. Mauricio Macri lo mira con una lógica que no tiene para otras cosas, siente que tiene una opinión más formada al respecto. No coincido con buena parte de esa opinión, no me parece bien que esté Fernando Marín ni que hayan sostenido el Fútbol Para Todos, mucho menos cuando tuviste que hacer cirugía gruesa con las tarifas y la inflación es alta. Me hubiese parecido un buen gesto marcar territorio rápido, sobre todo porque es incoherente emitirle un cheque a la misma entidad de la que estás averiguando qué hizo con siete mil millones de pesos. Y no veo la parte de la violencia. Mientras no haya una acción concreta y firme, no le creo al fútbol.
Noticias: Conoce mucho a Marcelo Tinelli. ¿Habló con él del tema?
Bonadeo: Bastante. Tengo mucho aprecio por él, es recíproco. Pensé que después de la votación 38 a 38 en AFA, se iba a ir. Hay mucho negocio alrededor, Marcelo estuvo cerca de adueñarse de la producción general del fútbol, no es un tema menor. Es difícil pensar como él. No soy ni exitoso ni millonario como él. No sé qué es ser el tipo más popular de Argentina durante 25 años, ganar fortunas, vender una empresa en millones, meterme en el deporte, en un club y cumplir el sueño de la Libertadores, estar cerca de ser el presidente de AFA. Marcelo es un poder paralelo permanente. He visto fotos de él con Cristina y Néstor y te das cuenta de que el que manda es él. Estuve ahí cuando los políticos que terminaban con Bernardo Neustadt pasaban por el estudio de Marcelo solamente para que él dijera “¡Cómo está mi amigo...!”. Era eso sólo lo que querían. Eso es ser poderoso.
Juan Bautista Torres López.
@jbtorreslopez
por Juan Bautista Torres López
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