El 2016 fue el año del desembarco en Argentina, y sobre todo en la Ciudad de Buenos Aires, de múltiples servicios de taxi, todos con sus apps para smartphones, en consonancia con una tendencia mundial que apunta sobre todo a mejorar las prestaciones: brindar más seguridad al pasajero y chofer, elevar la calidad de viaje, y bajar los precios.
El primer paso lo dio Easy, que tras un proceso legal de adecuación, empezó a funcionar hace ya algunos meses. Luego llegó Uber, que aún pelea en tribunales (a principios de diciembre tuvo un fallo favorable en la justicia porteña), y tiene a sus directivos acusados de evasión impositiva.
Más tarde se sumó a este escenario el gobierno porteño con TaxiBA, aplicación para celulares que tras su paso por la Legislatura, fue aprobada para empezar a operar en octubre. Con rechazos de parte de los radiotaxis, BA Taxi tardó en llegar, y tuvo bastantes críticas de los usuarios por la precariedad de la app.
La experiencia más reciente es la de Cabify, una empresa española que logró posicionarse como la única propuesta que tuvo el visto bueno de las autoridades porteñas al ofrecer un servicio que se adecua a la normativa de tránsito de la Ciudad. Ofrece viajes en autos con choferes con licencia profesional, en un modelo que emula a una agencia de remises desde una aplicación móvil disponible para teléfonos Android y iPhone.
El servicio. Cabify, que tiene presencia en 12 países (España, México, Chile, Perú, Colombia, Portugal, Brasil, Ecuador, Panamá, Republica Dominicana, Uruguay y Argentina) y en más de 33 ciudades, cuenta con conductores distribuidos por diversos puntos de la ciudad y continúa reclutando choferes.
Creada en 2011, la empresa europea brinda servicio de “remís” a través de un Smartphone o la web las 24 horas los 7 días, y tiene una categoría ejecutiva con autos de alta gama (sedán 4 puertas con baúles más amplios para viajes largos o ir al aeropuerto) y conductores de saco y corbata que bajan a abrir y cerrar puertas.
El servicio ejecutivo es un 18% más caro respecto al “Lite” (autos de gama media y choferes vestidos “semi formal”), pero el preferido del sector corporativo, donde Cabify se ha consolidado como líder.. La aplicación que es 100% legal permite que el pago de los trayectos se pueda realizar con todas las tarjeta de crédito, incluso las locales.
Precios. ¿Cuánto sale viajar en cada servicio? Uber se posiciona como la alternativa más económica, seguido por la oferta de Easy. Pero el servicio de Cabify es el mejor puntuado (y va de la mano con el precio, que es un poco más caro).
Cada app tienen una forma diferente de obtener el precio final de cada viaje. Uber estima el costo de sus viajes con un precio base de $ 15, que combina las variables de tiempo y distancia: el minuto a $ 1,75 y el kilómetro, a $ 4,5. Por su parte, Cabify se rige por una modalidad basada sólo en la distancia recorrida, sin importar el tiempo.
Easy es el que más se asemeja al transporte oficial de la ciudad, ya que los conductores son taxistas que usan las tarifas oficiales y por lo general sólo cobran el viaje en efectivo (las otras sólo cobran con tarjeta). La bajada de bandera (que equivale a diez fichas) es de $ 23,20 de día y 27,80 de noche. Además, la ficha diurna es de $ 2,32 y la nocturna, de $ 2,78, que rige entre las 22 y las 6.
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