El día de Navidad se cumplió el 120° aniversario de la apertura del Museo Nacional de Bellas Artes. En un país acostumbrado a las discontinuidades este hecho es digno de celebrarse.
El más importante del país y uno de los principales de la región, el museo tiene sedes en Buenos Aires y Neuquén. La muestra conmemorativa “120 años de bellas artes” se suma a las exhibiciones en curso en las salas permanentes y a las exposiciones temporarias. La de Ernesto de la Cárcova, en ocasión del 150° aniversario del nacimiento del artista argentino, con retratos, bodegones y más, repite la organizada por su viuda en Amigos del Arte en 1928, a un año de su muerte.
Fue también durante la Navidad de 1980 –en la última dictadura militar (1976-1983)– cuando se cometió el mayor y misterioso robo en el Museo; se perdieron 16 obras de Paul Cézanne, Edgar Degas, Paul Gauguin, Henri Matisse, Auguste Renoir, Auguste Rodin, entre otros.
El MNBA cuenta con un patrimonio artístico de más de 12.700 piezas y contempla en el futuro cercano su expansión edilicia para permitir el mayor despliegue de su acervo. El edificio actual –la antigua Casa de Bombas de Recoleta– fue refuncionalizado por el arquitecto Alejandro Bustillo e inaugurado en 1932.
La celebración. El Museo fue creado en 1895 por un decreto de José Evaristo Uriburu y abrió sus puertas en 1896 en cinco salas del edificio del Bon Marché (tienda por departamentos, con espacios culturales) de la calle Florida (hoy, Galerías Pacífico). Su creador, Eduardo Schiaffino, se propuso construir la memoria visual del país. Viajado y sensible, este crítico, historiador del arte, fue también un notable artista; una de sus obras, “Reposo” (1889), está desplegada en la planta baja. Las primeras donaciones que recibió el Museo fueron las colecciones de Adriano Rossi y José Prudencio de Guerrico, en 1895, además de obras pertenecientes a artistas y coleccionistas amigos de
Schiaffino; el patrimonio inicial del Museo estuvo compuesto por 163 obras.
A tono con las propuestas actuales en instituciones de este tipo, invitando a los visitantes a percibir experiencias envolventes y convocando a la mirada pero también a otros sentidos y a diversas disciplinas, el MNBA ofreció un intenso programa durante diciembre. Incluyó visitas guiadas a través de los grandes momentos que marcaron su historia y su colección, recorridos especiales con escritores, la representación / teatralización de ciertas obras exhibidas, la música tocada por el Sexteto Irreal, conciertos del Cuarteto de cuerdas Gianneo, la presentación en el auditorio de Asociación Amigos del MNBA de “Apátrida, doscientos años y unos meses”, obra de teatro dirigida y protagonizada por Rafael Spregelburd.
Con el director del MNBA Andrés Duprat a la cabeza, varios investigadores e historiadores del arte –Laura Malosetti Costa, Florencia Galesio, Ángel Navarro, Cristina Rossi, Rodrigo Alonso, María José Herrera– dedicaron una intensa jornada a repasar momentos importantes del Museo, durante sus orígenes, el peronismo y el desarrollismo, recordando las gestiones de algunos de sus directores como Schiaffino, Jorge Romero Brest, Jorge Glusberg, y otros.
La exposición “120 años de bellas artes”, curada por Ángel Navarro, celebra el grupo fundacional de obras, a los donantes de entonces, a la acción de Schiaffino. Duprat incluso señaló “el rol central del Estado en la consolidación institucional y como promotor de la cultura, y el trabajo realizado desde hace 85 años junto con la Asociación Amigos”.
Con una ambientación abigarrada al modo de fines de siglo XIX, en el segundo piso se exhibe la pintura de tema histórico “Asesinato de Maza” de Prilidiano Pueyrredón; describe el asesinato de Manuel Vicente Maza, episodio ocurrido el 27 de junio 1839 y atribuido al régimen rosista. A esta donación de José Prudencio de Guerrico se sumó el “Retrato de Manuelita Rosas (estudio)” del mismo autor. Se destaca “La vuelta al hogar” de Graciano Mendilaharzu, donada por su viuda; se trata del retorno de una hija que vive en la ciudad a su casa natal, donde acaba de morir su padre.
“Adoración de los pastores” (Copia de Gerrit van Honsthorst, Galería de los Uffizi) es el óleo de Mariano Agrelo, quien lo vio y trabajó en Florencia en 1861. Entre otras, las piezas de Guido Reni y taller y de Gérard de Lairesse, son Legado de Adriano E. Rossi.
Si bien “La vuelta del malón” (186,5 x 292 cm,) de Ángel Della Valle, 1892, “Le lever de la bonne” (“El despertar de la criada”), 1887, de Eduardo Sívori y “Sin pan y sin trabajo” de De la Cárcova (1892-1893) no estuvieron en la exposición inaugural, están señaladas en el recorrido del MNBA por su jerarquía y por ser piezas fundacionales del arte nacional. La muestra puede verse hasta el 26 de febrero.
Entretanto, el museo está preparando una antológica del excepcional artista e inventor Alejandro Xul Solar –con museo propio y cuyo Catálogo razonado acaba de publicarse–, que inaugura a mediados de febrero.
por Victoria Verlichak
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