Thursday 21 de November, 2024

POLíTICA | 19-01-2017 14:19

Jorge Macri cuenta los secretos de la famiglia: "Mi padre se rebeló contra Franco"

El primo del Presidente revela las intimidades desconocidas del clan. La relación con Mauricio y su hijo Antonio, militante PRO.

Faltan sólo días para que Antonio Macri fallezca. Es la madrugada de un día frío de agosto del 2002. Convaleciente en una cama del Hospital Italiano, con una comida casera sobre sus piernas, el hermano menor de Franco le ruega a su hijo que se acerque. “Me cagaste”, le dice, por lo bajo, en su idioma natal. Jorge, su primogénito, lo mira estupefacto y con cierto pavor. “Cocinás mejor que yo”. Es la primera vez en décadas que “Tonino” da el brazo a torcer y se admite ante su sucesor como inferior en algo. Jorge se emociona: sabe que, por la quimioterapia, el hombre que lo engendró no siente gustos ni aromas hace rato.

Quince años después la realidad es otra. El primo de Jorge es Presidente, y él es intendente de Vicente López hace un mandato y medio y posiblemente encabece una lista en las próximas elecciones en Buenos Aires. Jorge estuvo en la gestación del partido que hoy está en la Casa Rosada, es de máxima confianza del jefe del Ejecutivo y tiene proyección dentro del espacio. Pero algunas cosas no cambian nunca, al menos para los descendientes de Roma: Antonio, de 18 años, enorme, heredero del nombre de su abuelo, se suma a la entrevista, no tiene miedo en hablar y hasta admite haber organizado una partida de 3.000 chicos del Colegio Cardenal Newman –donde estudió su tío Mauricio– para fiscalizar para el PRO durante las últimas elecciones. El hijo acompaña al padre, como lo hizo Jorge con Antonio, y como lo hizo Mauricio con Franco. “Es que somos demasiado italianos”, explica Jorge.

Noticias: ¿Que heredó de Antonio?

Jorge Macri: El compromiso social y el espíritu emprendedor, el no tener miedo al desafío. Todos tenemos eso en la familia: Mauricio también.

Noticias: En su momento, Antonio se peleó fuerte con Franco.

Macri: Tuvieron diferencias. La más grande era que mi viejo no creía, como Franco, que lo más importante de la vida era el laburo. Eso creó tensión muchas veces.

Noticias: ¿No estuvieron varios años peleados?

Macri: No, siempre se hablaron. Separar los negocios fue traumático. Llegaron juntos al país: Franco tenía 17 y mi viejo 13, fue una mezcla de hermano mayor y de papá. Franco es una figura... intensa. Creo que mi viejo sintió que tenía que alejarse para estar mejor, y después Mauricio hizo algo parecido: alejarse para buscar su lugar. Papá quería encontrar un equilibrio para no laburar tanto y dedicarse a la comunidad italiana. Esa decisión se hizo mucho más marcada cuando mi viejo sufrió su primer infarto importante. Ahí hubo un quiebre en su cabeza y terminó de separar los negocios.

Noticias: ¿Cómo vivía la pelea entre su padre y su tío?

Macri: Con dolor. Seguíamos siendo una familia unida, y esa tensión... Mauricio y yo hicimos mucho para mantener la unión: los primogénitos tenemos esas cosas delegadas. A Franco siempre le costó dejar que alguien decida por sí mismo. Mi viejo se rebeló contra eso y Mauricio también, y de forma sana: cuando hay padres tan fuertes terminan en conflicto con sus hijos, cosa que hubiera ocurrido si Mauricio seguía a la sombra de Franco. A mi tío le costó mucho, durante mucho tiempo. Lo tenía que dejar ir. Creo que eso ya sanó, Franco ahora disfruta el crecimiento de Mauricio, y Mauricio puede volver a la relación con su padre con otra sabiduría. Hoy los veo bien.

Noticias: La tapa de NOTICIAS del 2010 en la que Franco dijo que Mauricio le “robó la empresa” no fue hace demasiado.

Macri: Sí, pero... esa conflictividad jamás estuvo planteada desde el lado de Mauricio.

Noticias: ¿Es verdad que, cuando usted era chico, le ganó al tenis a su padre y él jamás quiso volver a jugar?

Macri: En realidad fue distinto: casi le gano. Cuando terminamos, se acercó a la red y me dijo (Jorge lo reproduce en un italiano perfecto): “Te felicito. Nunca más te juego”. ¡Y nunca más me jugó! Pasé a ser su compañero de dobles. Era un tipo generoso y un luchador. Diez veces nos tuvimos que despedir, porque diez veces entró a operaciones que quizás no salía. Eso construyó una relación íntima, de mucha confianza.

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