Esta es la historia de un hombre que ni aún después de muerto encuentra sosiego. El ingeniero Juan Carlos Relats, fallecido en el 2013, enfrenta un juicio por filiación que lo persigue hasta el día de hoy.
El empresario multiplicó sus negocios con la obra pública y las concesiones viales y supo tener vínculos económicos con el Hotel Los Sauces, del matrimonio Kirchner –pagaba más de 100.000 dólares por mes por un establecimiento cerrado la mayor parte del año–, pero hoy su fortuna está en discusión. Sonia Mantilla y su hijo A. se enfrentan al imperio familiar de Relats para lograr el reconocimiento del menor como su hijo legítimo.
Oficialmente, Relats tiene dos hijas que heredaron su apellido, bienes y su círculo de relaciones influyentes, Victoria y S. Continuando el legado de su padre, esta última es directora del Hotel Panamericano, de quien Relats era dueño, y a través de la sociedad Panatel administraba Los Sauces, en El Calafate.
Ambas hermanas están enfrentadas con Mantilla, quien desde la muerte del empresario solicita la exhumación del cadáver para realizar pruebas de ADN. Con esta acción, pretendería confirmar judicialmente la identidad de A.como hijo de Relats, para luego iniciar los procesos correspondientes a los bienes sucesorios.
La relación
A finales de la década del 90, Sonia Mantilla y Relats se conocieron en el aeropuerto de la ciudad de Corrientes. Ambos estaban comprometidos. A pesar de esto, habrían comenzado una relación clandestina de amantes que duró varios años.
Mantilla relata que pasó mucho tiempo junto al empresario, que solía viajar con él al exterior y acompañarlo a compromisos sociales o laborales por diversas provincias del país. La mujer asegura que, como consecuencia de esa relación, en el 2002 nació A., hoy de 14 años.
Según su testimonio, durante el embarazo Relats se habría ocupado económicamente de ella y del niño. Todos los meses le habría depositado una suma de dinero destinada a gastos de vivienda, alimentación y viáticos. La cuota, dice Mantilla, se fue incrementando con el tiempo, y en los últimos años de vida de Relats habría recibido de 25.000 a 40.000 pesos mensuales.
A pesar de ese acuerdo, Mantilla manifiesta que en diversas ocasiones le habría pedido al constructor que reconociera legalmente a A. y le diera su apellido, pero él se habría negado excusándose, entre otras cuestiones, en que la noticia afectaría la relación con sus hijas, quienes, habría manifestado, “nunca lo perdonarían”.
Mantilla dice que Victoria y S. evitaron por todos los medios judiciales el examen de ADN. Con esto, cree que consiguen el tiempo necesario para sustraer el patrimonio del fallecido empresario K. Es sabido que los bienes de Relats, además de la construcción, se extienden a la hotelería, el petróleo, el juego y la ganadería. También se dedicó a la cría de búfalos, con una facturación de 570 millones de pesos.
Luis Zelaya, juez de instrucción de la Ciudad de Buenos Aires, decretó el secreto de sumario y ordenó el allanamiento de la casa de las hermanas Relats, para secuestrar elementos que pudiesen contener rastros biológicos y avanzar con la exhumación para febrero.
Las herederas negaron todo tipo de vínculos con Mantilla y A., manifestando que a la demandante lo único que le interesa son los bienes del fallecido, y por esto habrían impedido todo tipo de contacto.
NOTICIAS intentó localizarlas para obtener su versión de los hechos, pero no hubo respuesta.
por Nadia Dragneff
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