“La orden de la gobernadora es investigar todas las denuncias y avanzar contra aquellos que la Justicia considere culpables. Sin contemplaciones”, afirman fuentes del Gobierno bonaerense. Sin embargo, cada vez aparecen más denuncias que siembran dudas sobre el accionar de la policía bonaerense, sus mafias internas y la capacidad para controlarlas. Ahora, la familia de Federico Jurado -el subcomisario que estaba involucrado en la causa de los sobres en la Departamental La Plata y que apareció muerto en la Unidad 9-, asegura que en este caso la gestión de María Eugenia Vidal no investiga como corresponde.
Uno de los pilares de gestión que la gobernadora bonaerense suele lucir es la lucha por sanear a la siempre cuestionada Policía Bonaerense. El ministerio de Seguridad encabezado por Cristian Ritondo llevó adelante una purga que separó de la fuerza a casi 3 mil efectivos en pos de cumplir con la promesa de la gobernadora de “no convivir con el delito dentro de las fuerzas”.
Sin embargo, la Bonaerense no logra salir del ojo de la tormenta. A poco de asumir, la propia Vidal mandó a relevar a más de diez efectivos que habían ayudado a los hermanos Lanatta y Víctor Schillaci durante su frustrada huída. Según el gobierno, la triple fuga fue una seña de ciertos sectores de la fuerza para marcar terreno.
La gestión de Cambiemos tampoco ayudó mucho nombrando como jefe de la fuerza a Pablo Bressi, quien no sólo fue vinculado con el narcotráfico por Elisa Carrió, sino que además son varios los efectivos que realizan la misma acusación.
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