El jueves 4, a las 17, el piso 19 de la torre del Banco de la Provincia de Buenos Aires, ubicado en San Martín al 100 de la Capital Federal, fue testigo de una reunión clave. Allí se encontraron la gobernadora, María Eugenia Vidal; el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, y el hasta entonces jefe de la Policía Bonaerense, Pablo Bressi. El motivo era concreto: Vidal estalló al enterarse que el fiscal Fernando Cartasegna había sido atacado tres veces en cuatro días, a pesar de que le habían reforzado la custodia. Y entonces dio su sentencia: Bressi quedaba afuera de la Bonaerense.
“‘No estamos para soportar estos bochornos’”, le contó a NOTICIAS una alta fuente del Gobierno sobre el enojo de Vidal. Pero tenían un problema: no demostrar debilidad política, echando al funcionario que habían defendido a capa y espada frente a varias denuncias. Por un lado, la aliada de Cambiemos, Elisa Carrió, lo había acusado de ser cómplice del narcotráfico y, por el otro, en agosto del año pasado, NOTICIAS publicó el testimonio de cinco policías que lo acusaron de ser parte de la recaudación ilegal de la Bonaerense, mientras que su ex esposa, Alejandra Monastysky, y su ex pareja, Viviana Figueroa, lo denunciaban por violencia de género. La mejor salida que encontraron las máximas autoridades bonaerenses fue que Bressi pidiera su pase a retiro. No lo echaban, se iba solo.
La reunión se selló con un pacto: nadie diría nada hasta el miércoles 10, cuando el pedido de Bressi sería anunciado por la gobernadora. Pero, 24 horas antes, NOTICIAS adelantó el desplazamiento del jefe policial y todo se aceleró.
Un parto. Nueve meses después de la tapa de este medio titulada “La historia negra del jefe de la Bonaerense”, Bressi fue desplazado. Había llegado al máximo cargo policial de la provincia recomendado por el ex ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados, porque era uno de los hombres de confianza del jefe policial de la gestión Scioli, el cuestionado Hugo Matzkin. Lo reemplazó quien lo secundaba en el mando, el comisario general Fabián Perroni, también del riñón de Matzkin que, según pudo saber NOTICIAS, tiene dos denuncias en Asuntos Internos.
¿Cómo piensa el gobierno de Vidal cumplir con la promesa de campaña de hacer una limpieza en una Policía que tiene décadas de corrupción y que nadie se animó a frenar? Desde que asumió Vidal se investigan a casi 20.000 efectivos. Entre apartados, suspendidos y aprehendidos suman un total de más de 8.000 hombres. Así y todo, los hechos de corrupción siguen apareciendo periódicamente en la Bonaerense. Y en el resto de las fuerzas de seguridad.
Pacto de cordialidad. “El ministro y la gobernadora van a seguir hablando bien de Bressi públicamente, pero lo cierto es que estaba echado por ella desde hace meses. Encima, en los últimos días, tuvieron varios roces con Perroni, porque este último sabía que a su jefe lo corrían y hacía la de él para sumar puntos”, confesó un integrante de la mesa chica de Vidal.
En enero, mientras Perroni comandaba lo que más adelante la gobernación bonaerense definiría como “el Operativo Sol más exitoso de la historia”, Vidal se reunió con Ritondo para informarle que el ciclo de Bressi al frente de la Bonaerense estaba cumplido. El ministro de Seguridad partió con la tarea de tener que informarle al jefe de la fuerza provincial que tendría que dejar su cargo en marzo.
Según fuentes del ministerio bonaerense, cuando Ritondo se juntó con Bressi para contarle sobre la decisión de la gobernadora, el comisario convirtió el pedido en plural: “Me voy yo, te vas vos”, le habría dicho desafiante. De la misma manera que en el estacionamiento de la Editorial Perfil, cuando el año pasado se acercó a contar su versión sobre las denuncias que NOTICIAS había publicado, tomó de la mano a uno de los periodistas y mirándolo a los ojos le dijo: “No me vas a arruinar”.
Retiro postergado. Se suponía que la salida de Bressi debía ser en marzo, pero se pospuso porque “decidieron sobre la marcha que no era conveniente sacarlo tan pegado al final del Operativo Sol”, confesó una fuente cercana a Vidal. A pesar de que, en febrero, Bressi fue denunciado por el comisario mayor Marcelo Di Pasqua por tener vínculos narcos, denuncia que fue archivada en un trámite express, en menos de 24 horas. Y de que, en marzo, ocurriera el trágico incendio en la comisaría de Pergamino donde murieron siete detenidos “sin que se haya hecho lo suficiente para rescatarlos”, sostuvo entonces el fiscal local, Nelson Mastorchio, luego de ordenar la detención de cinco policías bajo el cargo de “abandono de persona seguida de muerte”.
El viernes 28 de abril, Ritondo y Bressi coincidieron en público en la primera Convención Nacional de Asuntos Internos. Ese mismo día, la noticia policial fue el desplazamiento de tres oficiales de la Bonaerense, uno de ellos, Elián Ismael Ávalos, hermano de dos de los seis detenidos por la muerte de Araceli Fuller, la joven que apareció enterrada en San Martin después de 25 días de búsqueda. Todos sospechados de “falta de rigurosidad en los rastrillajes y posible filtración de información” que permitió la huida de su asesino, Darío Badaracco. La situación con Bressi se hacía cada vez más insostenible.
Fuerzas corruptas. La Bonaerense siempre fue la fuerza más cuestionada, desde aquel “pacto de gobernabilidad” que hicieron el entonces gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde, y su amigo y jefe policial, Pedro Klodczik, denunciada por NOTICIAS en su tapa “Maldita policía”. Esto derivó en una primera gran purga. Pero lejos está de ser la única fuerza sospechada de corrupción estructural.
A nivel nacional, hay gendarmes, prefectos y policías federales que se encuentran detenidos y acusados de formar parte de una banda narco que ingresaba desde Paraguay la mayor parte de la marihuana que se comercializa en el país. Y lo hacían por la localidad correntina de Itatí, en complicidad con el intendente local, Natividad Roger Terán, y su vice, Fabián Aquino, según lo indica la causa que lleva adelante el juez federal Sergio Torres.
El miércoles 10, las malas noticias llegaban al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. El jefe de la Policía de la Ciudad, José Pedro Potocar, impulsado en ese cargo por Daniel Angelici, el alfil del presidente Mauricio Macri, era procesado y acusado por el juez Ricardo Farías de “integrar una asociación ilícita” en la causa que investiga el cobro de coimas de agentes de la comisaría 35° a comerciantes y “trapitos” de Núñez y Saavedra. Bressi no quería terminar como su par, aunque él también enfrenta denuncias que podrían complicar sus planes.
En la mira. El 1 de abril de 2016, una investigación de Asuntos Internos detectó 36 sobres con dinero que estaban escondidos en el despacho de uno de los jefes de la Departamental de La Plata. En total había más de 150 mil pesos. Nueve comisarios fueron procesados por “asociación ilícita”. Uno de ellos apareció sin vida en una celda. “La de los sobres es una causa que, a pesar de que creen que difícilmente llegue a Bressi, preocupaba mucho”, afirmó una fuente del Gobierno bonaerense.
Dos meses después, Elisa Carrió criticó públicamente a Bressi. No sólo lo acusó de tener vínculos con el narcotráfico sino que además le envió a Vidal las supuestas pruebas de sus acusaciones.
Este sistema se lo confirmó a NOTICIAS Gabriel “El Enano” Cabral, un ex oficial principal de narcotráfico de San Isidro hoy detenido. En ese momento llevaba un año prófugo de la Justicia, acusado de haber sido el nexo entre el narco Miguel Ángel “Mameluco” Villalba y los directores de la Delegación de Narcotráfico de San Martín. El hombre que integró el área en la que mejor se desenvolvió Bressi confesó, entonces, cómo se maneja y reparte la recaudación de la plata negra de la fuerza y señaló a Bressi como parte de ese esquema. Pero no fue el único. También lo señalaron el subcomisario Pablo Sosa, detenido por cobrar coimas a delincuentes; el teniente de la policía local de Almirante Brown, Esteban Osorio; el comisario Gustavo Melis y dos oficiales de narcotráfico más que pidieron reserva de su identidad.
Pero lo que más molestó a Vidal no fueron esas denuncias, sino los relatos de violencia de género de las parejas de Bressi que publicó NOTICIAS en ese mismo número. “Me reventó los tímpanos a golpes”, afirmó entonces la ex de Bressi, Figueroa. “La agarró, la zamarreó, la tiró a la cama y le pegó un cachetazo”, recordó ese mismo ataque el hijo de la mujer, Federico. “Me puso la pistola en la cabeza”, denunció su ex mujer, Monastysky, quien también contó que le había fracturado una pierna. Inmediatamente, Vidal ordenó a la oficina de Violencia de Género que investigaran el caso. Desde el gobierno bonaerense afirman que las mujeres “se negaron a ratificar las denuncias”.
Caída final. El 3 de mayo, el Ministerio de Seguridad oficializó el pase a retiro de siete comisarios generales. Seis días después, fue detenido el comisario mayor Alberto Miranda, jefe de las Plantas Verificadoras de Automotores, con 200.000 pesos encima. Ese mismo día, mientras Bressi y Ritondo se encontraban en un acto, NOTICIAS revelaba la decisión de Vidal: “Echan a Bressi como jefe de la Bonaerense”. Tarde, pero al fin, se puso el foco sobre los altos mandos de la Bonaerense. El desafío de Vidal es no encarar esta renovación con más de lo mismo.
Pablo Berisso: @totoberisso| Nicolás Lucca: @NicolasLucca
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