El mes pasado se presentó en el Salón del Automóvil de Nueva York una versión deportiva del Dodge Challenger, sin lugar a dudas un digno contrincante del Ford Mustang y del Chevrolet Camaro, por el título del “muscule cars” del mercado norteamericano.
La silueta del Challenger no cambió en los últimos cinco años debido al éxito que provoca su diseño entre los fanáticos de Dodge. Y volvió a adoptar la histórica denominación de “Challenger SRT Demon”, la misma que se usó por primera vez en 1971.
Bajo el capot, está el corazón del SRT Demon 2018, se trata de un propulsor naftero Hemi V8 de 6.2 litros y 840 caballos de potencia máxima asociado a una caja automática de 8 marchas. Esta se logra gracias al sobrealimentador de 2.7 litros y un nuevo conjunto de pistones, varillas, tren de válvulas y bombas de combustible, con lo que eleva el máximo de vueltas de 6.200 a 6.500.
Este poderoso motor alcanza rendimientos increíbles, ya que acelera de 0 a 100 km/h en apenas 2,3 segundos y supera ampliamente los 320 km/h. Un dato que llamó la atención es que al lograr un nivel de 1,8 G de fuerza generada en la aceleración, el SRT Damon puede despegar sus ruedas delanteras del piso con sólo acelerarlo a fondo.
Entre los datos de su ficha técnica se destaca que es el primer auto de calle que incluye un sistema de refrigeración de competición y, además, una función denominada “Line Lock” que frena las ruedas delanteras para poder “quemar” los neumáticos traseros y levantar una humareda que puede llegar a tapar el horizonte de cualquier circuito donde se pruebe este Challenger “infernal”.
por Alberto Musella
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