★★★★ Como en “Los exitosos Pells”, con “Fanny, la fan” Underground otra vez pone el foco en el otro lado de la televisión, el detrás de escena con estereotipos subrayados a grueso pero siempre identificables. Por eso el humor recorre toda esta comedia salpicada de guiños –otro de los gestos típicos de la productora de Sebastián Ortega y Pablo Culell– que remiten a una época “casi” actual, cercana pero con un pie en el mito. Porque Megacanal, la emisora montada por la nueva ficción, es reconocible aunque no igual a la actual, cada vez más desplazada por otros soportes y con dueños multinacionales.
Sin embargo, algunos rasgos se mantienen. Y vaya cómo. El rating, ese eufemismo de la decisión del canal, determinó que “Fanny, la fan” no saliera más los viernes (tal como había empezado) por no superar a su ñoña competidora en el Trece, “Las estrellas”. Ni más ni menos que lo que cuenta el programa de Telefe: los devenires de un melodramón de vampiros llamado “Cuando muerde el amor”, con cinco temporadas de éxito cuya audiencia empieza a decaer y corre riesgo de ser levantada. ¿Qué cambiar? ¿Protagonistas, guionista, producción? ¿Por dónde se corta la cadena?
En ese panorama resbaladizo aparece Fanny, una chica criada frente a la pantalla, fundadora del club de fans de la telenovela y enamorada del actor protagonista. Será ella quien, infiltrada como asistente de la actriz estrella, logre cambiar los libros y dar el volantazo para subir los números. Entonces, y sólo como pregunta circular, ¿el público siempre tiene razón?
No podemos responder eso. Pero sí decir que “Fanny la fan” es una gran comedia. El guión es divertido, va y viene del absurdo y los sueños a la realidad cotidiana sin problemas narrativos ni dejar cabos sueltos, con personajes bien definidos. Otra vez acertó Underground con el casting porque el elenco del primero al último está perfecto, desde los protagonistas (Agustina Cherri con el timing justo y excelente Luciano Cáceres como el galán vanidoso) hasta intérpretes de reparto como la maquilladora que hace Marina Castillo o el tipo de seguridad de Toti Ciliberto; la dupla Puma Goity y Dan Breitman (dueño del canal y su Smithers); Verónica Llinás como la guionista, Laura Cymer jamás con miedo al ridículo; y genial Julieta Díaz en el rol de actriz latina importada de Miami.
Todavía no se recortó del resto el personaje de Nicolás Furtado (un camarógrafo que defendía a Fanny cuando era víctima de bullying en la escuela), a la manera que nos acostumbró en “El marginal” y “Educando a Nina”, ni tampoco Tomás Fonzi ni Luis Ziembrowski, aunque los tres (más el sonidista de Mex Urtizberea) reflejan con fidelidad el mundo del bajo perfil de los técnicos y directores de cámaras. Decididamente, señor Telefe: no retoque ni manosee “Fanny, la fan”. No cumpla su profecía. Esta vez los guionistas, y no el rating, tienen razón.
por Leni González
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