Víctor Manzanares cobró notoriedad cuando el juez Claudio Bonadío lo puso en prisión por intentar desviar fondos embargados. El magistrado ya lo había procesado en la misma causa Los Sauces, a fines del año pasado, por el delito asociación ilícita y lavado de dinero, junto a la ex presidenta Cristina Fernández, sus hijos, Lázaro Báez y un grupo numeroso de personas.
Quienes lo conocen no dudan en afirmar que Manzanares es el cerebro financiero que armó toda la ingeniería societaria y la puso a funcionar. Él impartía las instrucciones acerca de los recaudos que se debían tomar para que el sistema creado tenga apariencia de verdad. Aunque claro está, no existe el crimen perfecto.
Manzanares tuvo un gran protagonismo durante los gobiernos de los Kirchner, por ser el articulador técnico del sobreseimiento de los presidentes, en la causa que dirigió el ex juez Norberto Oyarbide con total arbitrariedad.
El informe acomodado
En 2009, Oyarbide seleccionó las partes del expediente enviadas para la pericia. Allí se destacaba un informe previo que hizo el propio Manzanares con solo una parte de la documentación de respaldo. Este informe condicionó la pericia contable, limitó el campo de estudio y conocimiento de los peritos y e impidió encontrar las burdas irregularidades existentes.
El informe “acomodado” del contador Manzanares constituía un pronunciamiento técnico que condicionó y “guió” a los peritos. Fue la pieza principal que debieron tener en cuenta para el peritaje, pues el juez la envió al cuerpo de contadores para su especial consideración. Manzanares, además de haberse pronunciado en el informe privado, adelantando opinión sobre que cómo se encontraba justificado el enorme incremento patrimonial, confeccionó para los Kirchner todas sus declaraciones juradas patrimoniales e impositivas.
A pesar de la presión que significó para los peritos la orden del juez de tener en cuenta el informe de Manzanares y que el mismo contador formó parte de la comisión pericial, los peritos oficiales dejaron planteadas algunas salvedades y observaciones sobre las irregularidades y falencias advertidas.
Se agregó a las sospechas la entrevista a solas con Manzanares en el juzgado. Luego, para presionar a los peritos oficiales, dio instrucciones al decano del cuerpo pericial para que no falle ningún detalle del plan previamente trazado: llegar al sobreseimiento de Néstor y Cristina, lo que se logró en el tiempo récord de seis meses, sin siquiera haber designado abogado defensor.
Escándalo
Con el sobreseimiento se generó un enorme escándalo, que obligó a la Corte Suprema a dictar una acordada para “transparentar la actuación de los contadores”. Además, separó del cargo al decano del cuerpo Alfredo Peralta. La Corte ordenó que, en adelante, la distribución de las causas entre los peritos se realice, como único mecanismo, a través del sorteo automático.
Cuando se advirtieron las anomalías, la ONG Contadores Forenses -que integro-, presentó en la causa un informe técnico con un cuestionario pericial específico, preciso y determinado, ajustado a la declaración jurada patrimonial del año 2008, que Oyarbide ignoró. Mantuvo el único punto genérico a responder, previamente redactado por el cuestionado juez.
Además, se solicitó una audiencia con Oyarbide, con el objeto de exponerle las propuestas de investigación, pero nunca nos recibió. Luego de eso se conoció por los medios que el contador Manzanares, asesor personal de los Kirchner, no solo fue recibido por el juez en su despacho, sino que presentó un escrito en la causa explicando la evolución del patrimonio, informe que el juez remitió al Cuerpo de Peritos para su especial consideración. Además fue aceptado Manzanares como perito, cuando ello no correspondía porque ya había opinado sobre el tema técnico y además era asesor impositivo del matrimonio investigado y el autor de las declaraciones juradas, estando impedido a opinar sobre esas cuestiones.
Incompatibilidad
Pese a que el Dr. Oyarbide sabía que Manzanares era asesor, que había confeccionado las declaraciones juradas ante la Oficina Anticorrupción y también las presentadas a la AFIP, que en el ínterin se conoció por el libro de Luis Majul que Manzanares participó en encuentros con funcionarios de la AFIP para acomodar estas declaraciones juradas y las impositivas, para que coincidan con las de otras personas y sociedades allegadas... A pesar de todo ello, el Dr. Oyarbide permitió que siga actuando como perito.
En realidad, no pueden estar sentados en una misma mesa pericial y resolver una investigación contable dos personas de las cuales una puede mentir y la otra que no, una que deba ser objetiva y otra que pueda aplicar su carga de parcialidad, una que sea independiente con alguien que esté atado a un resultado concebido antes de empezar la investigación pericial. Esto es lo que ocurrió con Manzanares respecto de los peritos oficiales.
Si la mecánica procesal admitiera estas posibilidades, carecería de sentido que los peritos analicen y resuelvan en conjunto. Solo sería posible arribar a dictámenes separados en razón que los peritos de partes tendrían una opinión contaminada y condicionada desde el momento mismo en que comienzan a actuar.
por Alfredo Popritkin*
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