Cuando el presidente Mauricio Macri va a visitar a Nicolás Caputo al Country club Newman, no entra por el ingreso principal, ni se anuncia con los guardias de seguridad. El primer mandatario llega en helicóptero. Por lo general aterriza muy cerca del hoyo 9 de la cancha del golf, porque es una de las zonas descampadas más cercanas a la casas de su amigo del alma “Nicky”. Los chicos del club, cuando ven llegar el helicóptero presidencial, suelen ir corriendo para recibir al presidente. Se acercan, lo saludan y lo acompañan hasta la casa de Nicolás. Allí se juntan y hablan sobre política, economía y fútbol. A esas reuniones también suele sumarse el ministro de Finanzas Luis “Toto” Caputo, otro vecino ilustre del barrio.
La familia Caputo se codea con el poder desde antes de llegar al Estado. El más famoso de los Caputo es Nicolás, empresario amigo íntimo del presidente, a quien conoce desde la infancia, y actual consul honorario de Singapur en Argentina. Pero desde que el macrismo llegó al Gobierno, otro Caputo comenzó a ocupar las primeras planas de los medios: Luis “Toto” Caputo, el ministro de Finanzas. Este funcionario es uno de los cientos de mencionados en los Paradise Papers, la filtración de documentos sobre paraísos fiscales que llevó adelante el consorcio internacional de periodistas de Investigación (ICIJ, por su sigla en inglés). Según esta revelación, antes de asumir como funcionario, el ministro administró inversiones en las islas Caimán y Delaware.
En la tapa de esta edición, se puede ver en un tercer plano, a otro Caputo, menos conocido, pero no menos influyente. Se trata de Claudio Caputo, actual presidente del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires. Íntimo amigo de José María Fernández Ferrari, el administrador del fideicomiso que gestiona los bienes de Mauricio Macri. Claudio Caputo es además el escribano que rubricó las sociedad Axis, la inversora fundada por el actual ministro de Finanzas.
Caputo llegó al Gobierno como secretario de Finanzas, cuando Alfonso Prat Gay era ministro de Hacienda y Finanzas, pero al renunciar éste, esa cartera se desdobló y “Toto” recibió un espaldarazo de confianza. Hoy es conocido, en el mundo de los economistas, como el ministro de la deuda.
Tanto “Toto” como Nicky son un respaldo importante para el presidente Mauricio Macri. Nicolás es su amigo del alma. Macri a “Nicky” le dice “Caputín”. Hablan seguido por teléfono y hacen viajes juntos, en especial a Villa La Angostura, donde Caputo compró hace poco la casa Kitty Mapu, que pertenecía a Juan Badessich, el fallecido suegro de Gianfranco Macri. En esas charlas, intercambian miradas sobre el rumbo del país. Caputo es un defensor de la inversión extranjera. En una entrevista publicada el miércoles 8 de noviembre en el diario Zona Norte, Caputo afirmó: “Lo que nos va a hacer salir adelante son las inversiones”. Mientras “Caputín” decía esto, el presidente Macri estaba regresando de Nueva York, a donde había ido en busca de inversiones. En esa gira, tuvo un rol muy importante el otro Caputo, “Toto”, quien aportaba el respaldo técnico.
“Toto” Caputo es un engranaje vital dentro del modelo económico de Mauricio Macri, el cual se financia en gran parte con deuda. Es el ejecutor de la política de endeudamiento externo, con el que el Gobierno busca financiar la transición sin tener que ajustar demasiado. El nuevo modelo económico invirtió la forma de endeudarse. Antes se hacía con organismos estatales como la Anses o el Banco Central. Ahora se hace con el sector privado. A favor: no es inflacionario. En contra: aumenta el riesgo de default. Esta semana la agencia de calificación crediticia Standard & Poor's ubicó a la Argentina en la nueva lista de “países frágiles” por el alto nivel de endeudamiento. Según ese reporte, Argentina está entre las “economías de mercados emergentes que sufrirán más” con la nueva política de las naciones desarrolladas de subir las tasas de interés.
Este contexto de tasas altas “a la argentina”, podría repercutir en que los inversores, en vez de venir a Argentina, elijan economías más fuertes donde la tasa les dé un mejor rendimiento en dólares. Según la agencia Bloomberg, Argentina es el país emergente que más deuda externa emitió en 2016. ¿Cuáles fueron los bancos que más deuda colocaron? En primer lugar está el Citi Group, lo sigue el HSBC, el tercer y cuarto lugar lo comparten el BBVA y el Banco Santander y el quinto y sexto puesto lo comparten el Deutsche Bank y el JP Morgan. En estos dos bancos trabajó Caputo entre 1998 y 2008 hasta que fundó su propio fondo.
Especialista. El ministro Caputo adquirió el know how sobre inversiones durante sus años en la actividad privada. Es un experto en el manejo de fondos que quedó evidenciado en la última investigación periodística conocida como Paradise Papers. En ese trabajo se descubrió que Caputo administró Noctua Partners LLC, una gerenciadora de fondos de inversión con lazos en Delaware y las Islas Caimán, dos jurisdicciones atractivas para los inversores porque allí rigen el secreto y las ventajas fiscales. Uno de los fondos que administró Caputo se llamaba “Alto Global Fund”, el cual para ingresar exige 1 millón de dólares como suscripción inicial mínima, según medios especializados en temas financieros. “Era un fondo de inversión para ‘friends and family’ (familia y amigos). Muy chiquito, para tener un vehículo institucional más redituable que si va un particular a una banca, donde la tasa es menos atractiva", dijo Caputo al diario Perfil.
El titular del Ministerio de Finanzas fundó la inversora Noctua en 2009 junto con el financista argentino radicado en Miami Martín Guyot y trabajaron juntos hasta diciembre de 2015, cuando Caputo renunció para asumir como funcionario. Según explicó Caputo a los periodistas con Consorcio ICIJ, los documentos sobre su renuncia debería tenerlos Guyot.
Operar con sociedades offshore no implica un delito en sí mismo, el ilícito sería que el origen del dinero que se transfiere a esas sociedades sea de origen oscuro o se use esas estructuras financieras para evadir impuestos.
Justicia. El ministro Caputo tiene en la actualidad cuatro denuncias donde se investiga su accionar. Por un lado, la Unidad Fiscal de Investigaciones de Delitos de la Seguridad Social (UFISES) realizó una investigación para que se determine si Caputo favoreció con su firma para que el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES (FGS) invirtiera en Axis, una sociedad inversora donde él había trabajado hasta el 4 de diciembre de 2015, seis días antes de asumir como secretario de Finanzas. Esta investigación fue una revelación de NOTICIAS, en la que se contabilizó que Axis había recibido, durante 2016, alrededor de 500 millones de pesos. Según el artículo 15, inciso B de la ley de ética pública, todo funcionario deberá “abstenerse de tomar intervención, durante su gestión, en cuestiones particularmente relacionadas con las personas o asuntos a los cuales estuvo vinculado en los últimos tres (3) años o tenga participación societaria”. Caputo, en julio de 2016, como secretario de Finanzas, integraba el comité ejecutivo del Fondo de Garantía de Sustentabilidad que aprobó la inversión en su antiguo fondo. Desde el Gobierno afirmaron que Caputo ya no tenía relación con el fondo, porque había renunciado antes de asumir, pero la ley de ética pública es clara sobre la abstención de los funcionarios respecto de las decisiones que involucren ex empresas donde hayan trabajado.
En su defensa sobre los Paradise Papers, Caputo afirmó que un fondo de inversión no vale nada en sí mismo, sino que “vale en la medida de la cartera que maneja”. Si se traslada esa definición al caso Axis, la aprobación de Caputo podría haber beneficiado a su empresa, ya que con los 500 millones del Estado Argentino, la cartera de Axis “vale” un poco más.
La otra causa judicial es sobre el célebre bono a 100 años. Un grupo de diputados K denunció que esa medida es una ruinosa operación para los intereses del Estado, del Fisco y del Pueblo Argentino de hoy, y de las futuras generaciones.
La tercera causa es por una compra que hizo el FGS de un bono en dólares emitido por la provincia de Córdoba y por la venta de títulos públicos de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba. La denuncia fue hecha por el también diputado K y ex espía Rodolfo Tailhade, quien aseguró que el bono comprado tenía menos rendimiento que el vendido, por lo tanto el Estado habría perdido unos 75 millones de dólares. Por esta causa, el juez Claudio Bonadio allanó el Ministerio de Finanzas.
La cuarta denuncia que registra también la hizo Tailhade y es por la venta de dólar futuro. Según el denunciante “Luis Caputo compró US$ 700 millones en dólar futuro cuando supo que él iba a decidir la devaluación”. El caso sigue en la Justicia.
Hermandad. “Toto” Caputo no egresó del Cardenal Newman como Nicolás o el presidente Macri, pero vive en ese barrio privado donde pudo acceder luego de ser recomendado por otros integrantes. Sus hijos sí van al Colegio del que egresó el Presidente. Los vecinos del barrio dicen que Nicolás y Luis tienen las casas más grandes del Country. “También vive Flavio, el que maneja la constructora Caputo SA”, relatan y agregan con ironía: “Los Caputo son los dueños”.
Además de tener una de las casas más grandes del country, “Toto” Caputo tiene un departamento en capital, terrenos en el exclusivo country patagónico Cumelén, cuatro autos, dos barcos, acciones en YPF, Edenor, Petrobras, Garovaglio y Zorraquín, ahorros en cuatro fondos de su ex sociedad Axis, en el fondo de Gainvest. Además tiene acciones en las firmas Rasing, Sacha Rupaska, Palmeral Chico, AM Finance, LC Advisors y APL Economía (la consultora de Alfonso Prat-Gay y Pedro Lacoste). En el exterior sólo declaró a diciembre del 2016 una cuenta corriente en USA, que tiene el equivalente a 8,9 millones de pesos. Un año antes tenía allí el equivalente a sólo 722.000 pesos.
Es uno de los funcionarios más ricos del Gabinete con un patrimonio total declarado de 124 millones de pesos. Cabe aclarar que los montos informados por los funcionarios públicos son a valor fiscal, por lo que su fortuna real es mucho mayor.
Amigazo. Nicolás es cónsul honorario de Singapur en Argentina. Puso la sede del consulado en su oficina personal en Belgrano, donde ahora le agregó los banderines de Singapur. “Nicky” se jacta ante sus amigos de este nombramiento. “En Singapur te castigan con el látigo si no honrás su confianza. ¿Quién pasa el filtro de Singapur? Yo lo pasé”, afirma mientras saca pecho. La agenda diplomática de esta última parte del año también encontró a los Caputo alineados.
Mientras el Canciller Jorge Faurie reinauguraba la embajada Argentina en Singapur, “Toto” Caputo recibía en Buenos Aires a autoridades singapurenses para plantear una agenda bilateral. “Nicky” celebraba. Un dato a tener en cuenta: la consultora Boston Consulting Group pronostica que para 2028 Singapur se convertirá en el mayor centro financiero transfronterizo del mundo. Avanza a pasos agigantados, incluso más rápido que Suiza.
En Argentina las noticias no son del todo buenas para Nicolás, quien se vería perjudicado por la rebaja de impuestos internos a celulares, televisores y otros productos de electrónica que fabrica en Tierra del Fuego. Mirgor, la empresa autopartista que fundó con Macri en los 80, comenzó a fabricar productos de electrónica masiva aprovechando el impuesto tecnológico de 2010. ¿En qué consistía el impuestazo? En aplicar un 6% a la electrónica de TDF y un 17% a la que venía del extranjero o del resto del país. Esto hizo viable la fabricación fueguina y así se desarrolló el ensamblado en los últimos años. Mirgor ensambla para Samsung, LG, Microsoft Mobile y Whirlpool. Luego de la reforma tributaria que eliminará el impuesto interno, fabricantes como Mirgor deberán reconvertirse en importadores. Por lo tanto, las empresas seguirían funcionando, pero con muchos menos empleados. En teoría, Caputo no pierde.
Pierden sus obreros, y por eso la gobernadora Bertone pidió una urgente reunión con Macri. Caputo además fabrica autorradios y otras autopartes electrónicas para Toyota, Mercedes-Benz, General Motors, Volkswagen y Renault. Este negocio autopartista no se ve afectado con el cambio impositivo.
Los Caputo están acostumbrados a lidiar con el poder. Nicolás funciona como un ministro en las sombras que aconseja al Presidente cuando están mano a mano en la quinta de Olivos, la quinta Los Abrojos, donde suele pasar los fines de semana el presidente o en el Country Cumelen, en Villa La Angostura. Allí hablan de la balanza Comercial y la inversión extranjera. También debaten sobre la necesidad de fortalecer la infraestructura del puerto, las rutas y el sistema ferroviario para aumentar el caudal de la exportación de materia prima e industria. “Toto” es el encargado de conseguir el financiamiento para un país que había perdido la confianza del mundo. Su gestión llevó a la Argentina a los primeros puestos entre los países con más deuda del mundo. Claudio, el primo escribano, puede dar fe.
por Rodis Recalt, Alejandro Rebossio
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