Acompañado por una ovación, Elton John se levantó de su butaca y, a paso rápido, con las manos en los bolsillos, se dirigió hacia el escenario. De traje y con sus clásicos anteojos oscuros, el cantante recibió una estatuilla como “Mejor escritor de canciones clásicas” en la gala de premios de la revista Q. Pero esta no fue la noticia principal al día siguiente, sin lo que aconteció minutos después, cuando en el momento de los agradecimientos Elton dijo: “¿Mejor actuación en vivo para Madonna? ¿Desde cuándo hacer playback es cantar en vivo?”. Nadie en la sala podía creer lo que estaba escuchando. “Lo siento, pero todo aquél que sólo mueve los labios delante de un micrófono y cobra una entrada de 75 libras debería ser fusilado”, continuó furioso el cantante mientras el público congelaba su aplauso en el aire. Se dice que esa noche Madonna puso en práctica todo lo que aprendió sobre la Cabalá, su terapia espiritual favorita. Disimuló bastante bien su enojo y esperó pacientemente a que el destino le diera una revancha. Y el momento llegó. Tan sólo un par de años después, la diva recibió el galardón a la “Mejor canción del año”, en una terna que casualmente disputaban juntos, en los Globos de Oro. “Celos” e “inseguridad” fueron en adelante algunos de los calificativos con que la prensa selló esta tensa relación, mientras que frases como “Madonna es una stripper de feria” y “John me tiene envidia”, formaron parte de los intensos cruces entre ambas estrellas.
En mundo de Hollywood, las historias de odios y rivalidades como la de Elton John y Madonna, abundan. La última que volvió a dar que hablar, fue la pésima relación entre las actrices Sarah Jessica Parker y Kim Cattrall, dos de las protagonistas de la serie de HBO “Sexo en Nueva York”.
Esa dupla cómplice que ambos personajes supieron construir en la pantalla, distaba mucho de ser real: las actrices ya no se hablaban en los sets de filmación y, en los últimos tiempos, hasta se habían retirado el saludo. Rumores sobre fastidiosas comparaciones y diferencias en el cachet, cuestionaban las frías apariencias que mantuvieron frente a los paparazzis durante años. "Déjame que te deje esto muy claro, si no lo he hecho ya, no eres mi familia. No eres mi amiga", le respondió hace unos días tajante Cattrall a Parker, luego de que ella le enviara, a través de Twitter, sus condolencias por el fallecimiento de su hermano. Antes de este hecho, la actriz que compone al personaje de Carrie Bradshaw en la popular serie, había dejado en claro que las exigencias laborales de su compañera, Samantha Jones en la ficción, habían provocado no sólo la discontinuidad de la tira televisiva sino también la del rodaje del tercer film de la saga.
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El ring local. En el ámbito nacional las peleas al estilo Parker y Cattrall se replican hasta el hartazgo. El histórico enfrentamiento entre Carolina “Pampita” Ardohain y Nicole Neumann demuestra que la tensión también se alimenta en las pasarelas. Enemigas acérrimas desde hace veinte años, cuando la actual pareja de “Pico” Mónaco fue apodada como “la Muqui” -en alusión a la palabra “mucama”- y los codazos formaban parte del código de convivencia en los desfiles, las chispas entre ellas nunca se extinguieron. Ni siquiera después de un forzado intento de reconciliación televisado, que no logró traspasar las cámaras. “La rivalidad entre ellas sigue latente”, aseguran los periodistas de espectáculos, principales testigos de los odios más viscerales y las susceptibilidades más banales que la industria del show genera entre sus protagonistas.
Pero hay guerras que no tienen explicación, como el feroz enfrentamiento twittero desatado entre Moría Casán y la actriz y cantante, Jimena Barón, en medio de un debate sobre feminismo. En ese caso, fiel a su estilo desenfadado, “La One” la acusó sin tapujos de “lesbiana tapada” y puso en duda el discurso feminista de sus canciones, mientras que la ex pareja de Del Potro respondió a las críticas con mucha gracia: "¡Como si yo pudiera ser 'tapada' en algo! Si fuera lesbiana sería la torta más grande, empalagosa y exhibicionista de la vidriera”. Aunque el humor no suele abundar en este tipo de conflictos y algunas relaciones quedan resentidas de por vida.
Mejor lejos. “¿Con quién no volverías a trabajar?”, le preguntaron a Griselda Siciliani. La actriz, en principio, no quiso dar nombres, pero con algunas vacilaciones deslizó por fin una respuesta: “Hay sólo una persona, con quien tuve un problema”. La referencia conduce al 2013, cuando Siciliani grababa la ficción “Farsantes”. En el set tuvo un entredicho con su compañero Facundo Arana, luego de que en una escena compleja él la dejara caer al suelo. Un brazo quebrado fue la consecuencia del descuido. Facundo renunció y Griselda siguió, pero el vínculo quedó roto y nunca más se subsanó.
Tal vez el célebre capocómico Antonio Gasalla y la emblemática imitadora Fátima Flórez, también hayan considerado no volver a compartir escena. Todos recuerdan sus eternas peleas, enfrentamientos que no supieron o no quisieron disimular cuando la luz roja del estudio de televisión titilaba para dar aire al programa de Susana Giménez. “El problema lo tienen que hablar con ella, porque es ella la que salió a hablar y lloró en cada programa", decía Gasalla a la prensa, cuando ya se presentía que sería imposible unirlos en un mismo sketch. “Hay que trabajar con quien se tiene piel”, repetían ambos, todo el tiempo, a quien quisiera escucharlos.
Si tener piel fuera la regla para decidir integrar un elenco, las actrices Gimena Accardi y Eugenia “la China” Suárez, que trabajaron juntas en “Casi Ángeles”, quizá no vuelvan a cruzarse nunca más es un estudio de televisión. Desde el año pasado, con reproches y enojos de por medio, tomaron distancia. “No estuvo en el momento en que más la necesitamos”, explicó Gimena a la prensa, reclamando a su por entonces amiga estar presente en uno de los trances más difíciles y dolorosos de su vida: el fallecimiento de Santiago Vázquez, hermano de su pareja, el actor Nicolás Vázquez.
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Del amor al odio. Amigas que crecen juntas y de repente se vuelven enemigas, pareciera ser un denominador común en muchas estrellas en guerra. Las cantantes Miley Cyrus y Selena Gómez, quienes se conocen desde sus comienzos en Disney, pueden dar cuenta de eso. Pese a las diferencias en estilos musicales, atuendos y looks, la verdadera distancia entre ambas artistas surgió tras disputarse el amor del músico Nick Jonas. Sin embargo, en este último tiempo, un acercamiento entre las estrellas teens, según precisó la prensa estadounidense, podría ponerle fin a una enemistad de larga data. No sucede así entre las bellas Scarlett Johansson y Blake Lively, dos actrices que también se enfrentaron por un hombre. Una fuente cercana a la protagonista de “Perdidos en Tokio” asegura que Scarlett “está convencida de que fue Blake Lively quien sedujo a estaba casado con ella”.
Al parecer, los motivos que generan enemistades en el mundo del espectáculo pueden ser variados. Los egos están a flor de piel, los ánimos se exasperan por cualquier pavada y una guerra, una vez que se inicia, no se acaba nunca jamás.
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