“No me interesaba dañar al gobierno anterior”, se sincera Verbitsky. Lo hace cuando cuenta las intimidades de una de las grandes peleas que tuvo con Cristina Kirchner, cuando ella impulsó la candidatura de César Milani. “Me dijo que la izquierda no cambiaba más, que no entendíamos nada”, cuenta el periodista. Es una de varias: además de esa, tuvo duros cruces cuando fue el desalojo del Parque Indoamericano, sobre la política que tuvo el gobierno formoseño de Insfrán con los qom, por la candidatura de Daniel Scioli o cuando el kirchnerismo cambió de bando respecto a Francisco.
El periodista, que acaba de estrenar su último libro "Vida de Perro", una serie de conversaciones con el investigador Diego Sztulwark, tuvo una relación privilegiada con Néstor y Cristina. “Les interesaba mi experiencia”. Según cuenta, esa conexión se encaminó -hasta antes de llegar a poder en el 2003 Verbitsky lo criticaba por venir del riñón duhaldista- cuando, recién electo, Kirchner lo llamó para que lo ayudase a elegir un jefe del Ejército. “Mi hijo Máximo leyó todos tus libros”, cerró Néstor esa charla. Desde entonces se entabló una relación y, por influencia de Verbitsky, el kirchnerismo modificó la penalidad de calumnias e injurias -dejó de tener pena de prisión-, y “el Perro” pasó a ser fuente de consulta permanente.
Noticias: ¿Por qué no investigó la corrupción K como investigó la del menemismo o la actual?
Verbitsky: Publiqué cosas fuertes sobre el tema. Además, no me parece que ese haya sido un rasgo central del gobierno de Néstor o el de Cristina. Había una gran cantidad de medios, con más poder que yo, que lo estaban investigando.
Noticias: La posibilidad de que la jefa del Estado haya montado una estructura de corrupción parece un tema central.
Verbitsky: Nunca vi un algo real.
Noticias: Dice que le costó, en el caso de Milani, seguir con el tema para “no dañar al Gobierno con el cual sentía simpatía”. ¿Eso no lo frenaba como investigador?
Verbitsky: Si hubiera tenido algún dato serio, lo hubiera investigado y lo hubiera publicado. Fue el caso de Milani. Y era algo delicado.
Noticias: Pero antes le ofrece a Cristina hacer la denuncia desde el CELS para que parezca que ella aceptaba al pedido de las ONG y así salvar su capital político.
Verbitsky: Sí, porque no me interesaba dañar al Gobierno, pero no iba a permitir calladamente que se promoviera a este tipo.
Noticias: ¿Su lado político le ganó al costado periodístico?
Verbitsky: Nunca sentí eso. Cuando han habido temas de fondo... el caso de Papel Prensa: para el gobierno era importantísimo ese tema. La acusación de crimen de lesa humanidad no me convenció, lo publiqué. Al día de hoy Moreno me odia.
Noticias: Usted se baja el precio pero esa relación que tenía con los K no la tenía casi nadie.
Verbitsky: En Olivos sólo estuve una vez, en una cena, el día que mataron a Mariano Ferreyra. Una semana después Néstor murió. Fue la última vez que lo vi. Estaba cansado, se levantó temprano de la mesa y se fue a dormir. Me quedé con Cristina y con los chicos, esa fue la única vez que vi a la piba. No tengo una relación familiar con ellos.
Noticias: ¿Con Máximo?
Verbitsky: Sí, sobre todo en los últimos tiempos. Tengo muy buena opinión de Máximo. Está muy bien y además adelgazó veinte kilos, está a dieta. Es un tipo estudioso y serio.
Noticias: ¿Cuál era tu relación con ellos?
Verbitsky: Siempre fueron conversaciones de análisis político. Nunca me equivoqué sobre mi lugar.
Noticias: ¿Cuál era?
Verbitsky: Fui un observador que simpatizaba con el Gobierno pero sin tener ninguna incidencia en las decisiones.
Noticias: ¿De qué hablan con Cristina? ¿Es en persona?
Verbitsky: A veces por teléfono, otras personalmente. Seguramente lo que charlo yo con ella otros lo hacen a través de los encargados de prensa, pero como yo tengo una relación personal lo hago cara a cara. Nuestra relación ahora es más fluida, ella tiene más tiempo y menos presiones.
Noticias: ¿Tenía más afinidad con Néstor?
Verbitsky: No, al revés. Valoro más el gobierno de Cristina que el de Néstor. Ojo, él era más fácil, más jodón, hacía chistes.
por Alejandro Rebossio, Juan Luis González
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