Tuesday 16 de April, 2024

SOCIEDAD | 17-05-2018 17:02

Esmeralda Mitre: historia secreta de un acoso

Lo que no se cuenta del escándalo que salpicó a la DAIA. La tensa reunión con Bartolomé. Renuncias e internas. Contradicciones de un ortodoxo.

Lo que no se cuenta del escándalo que salpicó a la DAIA. La tensa reunión con Bartolomé. Renuncias e internas. Contradicciones de un ortodoxo.

Yo pensé que en esta reunión iba a estar el Presidente de la DAIA para decirme que lo que dijo mi hija era falso, o que todo era una confusión, pero veo que no, así que esta reunión no tiene sentido. Mi hija ya no es una chica, es una mujer y deberían hablar con ella”. De esta manera, Bartolomé Mitre, director del diario La Nación, dio por terminada la súbita reunión a la que había accedido en su oficina. Las autoridades de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) habían solicitado un encuentro con el fin de frenar el escándalo que se terminó desatando un día después.

En las primeras horas del sábado 5 de mayo, Esmeralda Mitre hizo una denuncia pública y acusó al hasta entonces presidente de la entidad judía, Ariel Cohen Sabban, de haberla acosado y de haberle pedido 80 mil dólares. El estallido fue enorme. Las frases de la actriz calaron hondo en la colectividad y dejaron al desnudo tensiones y disputas al interior de sus instituciones. Más aún, le costó el puesto al propio Cohen Sabban que, en una situación inédita, acabó renunciando durante el Shabat, día sagrado de su religión. En su lugar asumió quien era su vicepresidente, Alberto Indij.

El episodio, sin embargo, fue mucho más allá de sus protagonistas y en las últimas horas se contemplaba la posibilidad de que renunciara la cúpula completa de la conducción. El miércoles 9, hubo una reunión de la que participaron ex presidentes y dirigentes de la entidad donde se evaluaron caminos a seguir para “preservar el buen nombre de la comunidad”.

“Son dos las alternativas. O renuncian todos y queda un solo directivo con el fin de adelantar las elecciones, que iban a ser en noviembre; o se conforma un comité de crisis con miembros de distintas corrientes para llevar adelante la situación”, comentó a NOTICIAS un miembro activo de la comunidad.

Para algunos, las autoridades de la DAIA se manejaron de forma incorrecta y cometieron errores que terminaron por manchar a toda la conducción. Para otros, la situación llegó a este nivel de gravedad porque fue aprovechada por los sectores de la oposición interna, que vieron la oportunidad para dar el batacazo.

De una cosa no quedan dudas: la acusación de Esmeralda desató una crisis institucional en la DAIA sin precedentes. La actriz, desde que se separó de Darío Lopérfido, no paró de generar escándalos mediáticos. El último, que comenzó cuando Esmeralda relativizó, en público, el número de víctimas del Holocausto (“No fueron tantas”, dijo), ya se llevó puesto a Cohen Sabban. Por estos días se encuentra recluida por propia voluntad. Dice que sólo quiere que le pidan perdón.

Crisis inesperada. La gestión de Ariel Cohen Sabban frente a la DAIA, que comenzó en noviembre del 2015, no había tenido mayores exabruptos. Sin embargo, en menos de un mes, su nombre, su imagen y su carrera política terminaron dinamitados.

La cronología de los hechos se inicia el 12 de abril, cuando Esmeralda Mitre fue entrevistada por Infobae y lanzó sus desafortunadas comparaciones entre el genocidio judío y los desaparecidos de la última dictadura militar de Argentina. Según la rubia, en ambos sucesos, el número de víctimas no era el que la historia indica: “Es como pasó con el Holocausto. Dijeron que eran 6 millones pero no eran tantos”, dijo en relación a la dictadura argentina. Al otro día pidió disculpas a través de Twitter y la volvió a embarrar: “Para mí la comunidad judía es una comunidad superior y ojalá fuese mi origen. Reitero, si alguien se sintió lastimado, pido disculpas una vez más”, escribió. Un rato más tarde, eliminó el mensaje.

El 16 de abril, Esmeralda fue llamada a una reunión en la DAIA. Cuando terminó, después de una hora y media, dio una entrevista para la televisión. Pidió disculpas, se mostró conmovida, se comprometió a instruirse y a visitar el Museo del Holocausto. Todo pareció que estaba cerrado. Sin embargo, la realidad era otra.

“En televisión dijo que pedía perdón pero, en la intimidad, dijo que se sintió molesta porque la habían maltratado. Por eso empezaron los chats con Cohen Sabban que buscaba resolver la situación”, contó a NOTICIAS alguien que siguió de cerca el devenir del escándalo.

Cohen Sabban, según explicó a sus allegados, quería desactivar el problema y por eso, la convocó a una segunda reunión, pero esta vez a solas y en el departamento de ella. Los detalles los contó Esmeralda: relató que él le ofreció ayuda, que se sentó a su lado, le pidió si podía abrazarla fuerte y que le dijo: “Yo te voy a convertir en una heroína”. Además, le pidió que fuera “un mes a un colegio alemán para hacer una especie de probation, para aprender de esta gran tragedia” y le ofreció viajar a Alemania con un grupo de alumnos a cambio de 80 mil dólares, que ella iba a poder pagar en cuotas.

“Después me toca un pecho y me quiere dar un beso en la boca. Ahí le dije que se tiene que ir y me contesta: ‘Por favor no’. Y entra en crisis”, afirmó Esmeralda. “Quedate tranquila que no te voy a garchar”, habría sido la frase de él, para tranquilizarla.

Toda esta historia se conoció dos semanas después de que ocurriera. Según un amigo cercano de Esmeralda, ella se dispuso a denunciarlo de inmediato pero “quería tener algo para demostrar lo que iba a contar”. “Por eso le volvió a escribir, para que mordiera el anzuelo. Y él lo hizo”, dijo y agregó que después decidió ir a ver al abogado de su familia, Ricardo Gil Lavedra. Esos chat comprometedores aún no trascendieron. La “trampita” de la rubia fue eficaz.

Los mensajes comenzaron a circular entre los miembros de la conducción de la DAIA varios días antes de que la denuncia se hiciera pública. “Todos entraron en crisis”, cuenta alguien cercano a la cúpula de la DAIA.

En ese ínterin, el mayor miedo de la conducción era que el escándalo saliera a la luz. Hubo varias reuniones y se decidió (no de manera unánime), que lo mejor era ir a hablar con Bartolomé Mitre. Al encuentro no acudió el protagonista del episodio, Cohen Sabban, y tampoco se la convocó a Esmeralda.

“Fue un error ir a hablar con él y no con ella. Entendimos que Esmeralda estaba dolida y creímos que el padre podía hacerla entrar en razón. Hubo directivos que no estuvieron de acuerdo, pero algo había que hacer”, se justificó un miembro de la conducción.

Aunque la reunión fue un fracaso, el grupo insistió y horas más tarde intentó concretar una reunión con autoridades del Grupo Clarín. Tampoco resultó. Esmeralda escribió su denuncia y se la envió a periodistas amigos por Whatsapp. En unas pocas horas, todos hablaban de Cohen Sabban y la DAIA.

Incertidumbre futura. “Si hubieran actuado bien, con la renuncia de Cohen Sabban y el repudio a sus acciones, hubiera bastado”, criticó un ex miembro de la entidad. Los errores de los dirigentes, que los expusieron, fueron aprovechados por los opositores.

Las peleas internas de la DAIA, desde hace años, son feroces. Con algunas sutilezas, en la comunidad diferencian a tres grandes grupos: los ortodoxos (el sector de pertenencia de Cohen Sabban), los conservadores y los laicos. Pero la trama de alianzas y enemistades es más compleja y hay que sumarle una división que apareció luego de la muerte del fiscal Alberto Nisman. “Ese fue el momento en que la DAIA se partidizó fuerte y ahora, además de las cuestiones dogmáticas y de religión, están las divisiones entre los filokirchneristas y los filomacristas”, asegura una ex directiva de la entidad.

Es que la DAIA, que se fundó en la década del ‘30 para combatir el antisemitismo, se terminó convirtiendo en una vidriera, en un espacio para estar cerca del poder. “Por eso las internas son tan fuertes. Para ser líder en la DAIA tenés que tenés tiempo y dinero, porque es un cargo ad honorem. Pero también te sirve si tenés más ganas de hacer dinero. Hay dirigentes textiles que consiguen facilidades para exportar containers, dirigentes de la construcción que de pronto tienen acuerdos con algunos municipios para hacer obra pública. No es todo fe lo que pasa ahí”, explicó un ex dirigente que se alejó de la entidad.

El escándalo de Mitre fue la excusa perfecta para varios. A pesar de que las elecciones estaban previstas para noviembre, todo parecía indicar que Cohen Sabban iba a ser reelecto. En la DAIA (que, a diferencia de la AMIA, elige sus dirigentes de forma indirecta), las agrupaciones de la ortodoxia judía son las más fuertes y las que le dan el respaldo al ahora ex presidente.

La presión para que renunciara toda la cúpula fue creciendo de forma vertiginosa desde que el escándalo se hizo público. Al cierre de esta edición, y como última estrategia para salvarse del escarnio, las actuales autoridades, encabezadas por Alberto Indij, se encontraban elaborando un texto con un pedido de disculpas personal hacia Esmeralda Mitre.

Perfiles. La denuncia contra Cohen Sabban tiene dos caras: la del acoso sexual y la del extraño pedido de dinero. Las dos, cuentan quienes lo conocen, son verosímiles. “Ariel tiene una inteligencia emocional de un chico de diez años. Es mirón y no me sorprende que se pase de la raya”, contó un ex compañero. En la intimidad, Sabban es un judío ortodoxo cuya esposa usa peluca y camina siempre unos pasos más atrás de él (ver recuadro).

En esa línea, ni bien se conocieron las declaraciones de Esmeralda, otras dos mujeres salieron a contar impresiones similares. La legisladora Victoria Donda dijo que compartió una jornada con el ahora ex presidente de DAIA: “El tipo es un baboso y me hizo sentir toda la incomodidad que se siente ante una persona con la impunidad de tener poder, en este caso por estar al frente de una institución y por ser varón”. La periodista Úrsula Vargues, desvinculada de la tevé luego de hacer declaraciones tildadas de antisemitas, coincidió: “Me sucedió un poco lo de Esmeralda. La DAIA me convocó a pedir disculpas. Antes de ir, a través de Whatsapp, Cohen me pidió de vernos en su domicilio. Me negué y cuando volvió a insistir le dejé de responder”, aseguró.

La otra parte de la denuncia de Esmeralda, la vinculada con el dinero, también se condice con el perfil de Cohen Sabban, que tiene fama de ser el recaudador de la DAIA. “Esa fama de comerciante le sirvió para traer plata a la entidad. Las cenas con políticos y famosos, los acuerdos con las provincias y las actividades rentables que hace la DAIA son por gestión de él”, reconoce un adversario.

Sin embargo, para un sector de la comunidad, eso mismo es lo que le generó tantos enemigos internos: “A los eventos invitaba a cualquiera que le diera plata o una donación. Incluso personas antipáticas para la colectividad judía”, aseguró un ex directivo. “Es verdad que sacó a la DAIA de los históricos problemas financieros que tuvo. Pero parece un bolichero de Once”, agregó.

Los 80 mil dólares que le habría pedido a Esmeralda habrían sido para financiar el viaje de otros estudiantes. “No da puntada sin hilo. Pide plata hasta para otorgarte el perdón”, insistió otro.

Lo que probablemente no se imaginó Cohen Sabban, fue que la rubia acongojada que lo recibió en su departamento iba a usar todo lo que tuviera al alcance de la mano para cobrarse el mal momento que le había hecho pasar. “Estaba muy afectada pero pensó mucho cómo actuar. No fue impulsiva. Buscó la manera de evitar que se hiciera un circo mediático”, contó una allegada a Mitre. La actriz, cuentan en su entorno, no está interesada en un resarcimiento económico: “No quiere ni plata ni prensa. Quería que le pidieran perdón y que se supiera quién es este tipo y lo que le había hecho”, agregó.

Galería de imágenes

Giselle Leclercq

Giselle Leclercq

Comentarios