Uno de los daños colaterales que tiene la causa de los cuadernos del chofer Oscar Centeno es que a algunos empresarios les suspendieron la visa para ingresar a Estados Unidos.
Paolo Rocca tampoco es ajeno a esta situación, aunque su caso es diferente. Al tener pasaporte europeo, el propietario de Techint solo tramita una solicitud especial llamada ESTA. Al estar procesado, por política migratoria, ese permiso también estaría en revisión.
Además, cabe recordar que Rocca fue denunciado en Estados Unidos por un estudio de abogados especialistas en mercados financieros.
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El avance judicial contra Rocca ha impactado en forma negativa en las acciones de las empresas Tenaris y Ternium, que cotizan en Nueva York. La primera de las compañías, la de tubos petroleros, perdió el 40% de su valor desde que en agosto pasado estalló el escándalo de los cuadernos K. La de Ternium, fabricante de aceros planos, derrapó un 24%.
La demanda que encabeza un inversor llamado Randall Ulbricht busca lograr un resarcimiento de Ternium porque aquellos que compraron acciones en la siderúrgica se vieron afectados por la caída de las acciones tras reconocerse los pagos a funcionarios argentinos. La demanda fue presentada el 29 de noviembre pasado.
Los inversores, que compraron acciones en Wall Street, sostienen que los “precios estaban artificialmente inflados” producto de malas prácticas, prohibidas por las reglas del mercado norteamericano. En la denuncia se argumenta que Rocca, presidente de Ternium, sabía que uno de los ejecutivos de su compañía había abonado en efectivo a funcionarios del gobierno argentino de 2009 a 2012 para acelerar los pagos por la estatización de la venezolana Sidor, que era una unidad de negocios de Ternium.
por Rodis Recalt, Alejandro Rebossio
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