El viernes 8, día internacional de la mujer, el Gobierno reglamentó la ley de paridad de género en ámbitos de representación política sancionada en 2017. A partir de esta ley, los partidos políticos están obligados a incluir en sus listas mujeres y varones de manera intercalada. Argentina es una de las pioneras en la región sobre la participación femenina en el Congreso.
En 1983 las mujeres que ocupaban bancas eran apenas un 6% y hoy ese número asciende al 39% en la Cámara de Diputados y a casi un 42% en el Senado. En promedio en el Congreso se estima que es un 40%. En 1991 se implementó la Ley de Cupo.
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Desde la ley de cupo, sancionada en 1991 la representación de las mujeres en el Congreso creció ocho veces. Lo que significa que antes de la ley, en el Congreso había 2 mujeres cada 40 hombres y ahora son 2 mujeres cada 5 hombres. En las próximas elecciones este porcentaje debería llegar a cubrir el 50% por la implementación de la ley de paridad de género.
Según un estudio realizado por el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), “la mayor proporción de solteras y el menor porcentaje de casadas, junto a la menor cantidad de hijos/as entre ellas, indica que a mayor nivel de responsabilidades familiares las mujeres tienen menores probabilidades de aspirar a una carrera legislativa que sus pares varones”.
Hasta 1991 la representación de las mujeres en el Congreso era mínima y no estaba garantizada. A partir de la sanción de la ley de cupo la porción de mujeres en la Cámara de diputados fue cinco veces más grande que la ocupada hasta ese momento. Actualmente, en la Cámara de Diputados, de un total de 257 bancas, 100 son diputadas mujeres. Y en la Cámara de Senadores de un total de 72 miembros, 30 son mujeres.
Eugenia D’Angelo, consultora internacional defensora de DDHH, afirma que este tipo de medidas son “parches” y asume que por algo se empieza. Para D’Angelo “la paridad es una medida que reformula y redefine la concepción del poder político”. Y agrega “la ley de paridad debería contener a todas las mujeres, a nivel vertical y horizontal”.
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Brenda Austin, diputada nacional por la UCR, afirma que lo más importante es que la ley de paridad obliga a los partidos políticos a adecuar sus cartas orgánicas y asegura que esto irá forzando un cambio en las estructuras partidarias y su cultura institucional haciendo que cada vez más se incluyan mujeres en toda la trayectoria política.
Los bloques que mejor tienen representadas a las mujeres son: el Frente Cívico por Santiago, el peronismo para la Victoria, la izquierda y el bloque Evolución Radical de Martín Lousteau. El resto del oficialismo apenas cumple con el cupo. En el Pro son 17 mujeres y 38 hombres, mientras que en la UCR sólo 12 de sus 40 integrantes son mujeres.
En el partido de Massa, del bloque Federal UNA, 7 de sus 17 miembros (41%) son mujeres, cuya presidenta es mujer, Graciela Camaño. El FpV-PJ tiene 26 diputadas sobre un bloque de 65 miembros y el bloque Justicialista, solo 4 de 19 integrantes (21%).
La Cámara alta cuenta con un total de 72 miembros de los cuales 30 son mujeres, esto representa el 41,6% y el Frente Cívico por Santiago es el que tiene 100% damas. Los kirchneristas del FpV-PJ, que integra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, tiene 7 mujeres sobre un total de 8 miembros. El interbloque Cambiemos tiene una buena cantidad 9 de sus 25 miembros son senadoras, lo que representa un 36%.En cambio, el interbloque Argentina Federal está por debajo del cupo, con un 28%.
Las barreras formales e informales a las que se enfrentan las mujeres a la hora de ocupar lugares de decisión en la política se van derrumbando. En gran medida, la presión social que ejerce la manifestación pública por el reclamo de ampliación de derechos y el esfuerzo de las mujeres en achicar las brechas socioeconómicas que la separan de los varones, logra cambiar la cultura de las instituciones.
por Soledad Beato
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