El Banco Central consiguió ayer que el FMI le permita intervenir en la Zona de No Intervención (ZNI). No queda claro cuál es el arreglo (poder de fuego), pero ya no tiene que esperar hasta los 51,5 pesos por dólar para marcarle la cancha al mercado. Además, reforzó la intervención en el techo (de US$ 150 millones a 250 Millones) y dejó en claro que en caso de excesiva volatilidad podrá ampliar la venta de divisas.
No creemos que el FMI le haya otorgado al Central un cheque en blanco para vender reservas (dentro o fuera de la ZNI), pero aún no conocemos lo acordado. Esto puede deberse a dos causas: las partes aún están negociando la letra chica; o las autoridades no quieran mostrar las cartas (la regla) para asustar (¿con poco?) al mercado cambiario.
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Por último, ¿cuál es el verdadero poder de intervención del Central? Las reservas netas son escasas (no superan US$ 20.000 millones), por lo que incluso en el improbable caso de que el FMI permita venderlas libremente, el Central deberá dosificarlas. Sería un error malvenderlas para intentar ganar las elecciones, pero hacia allí nos lleva la dinámica política.
por Lorenzo Sigaut Gravina*
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