Friday 13 de December, 2024

OPINIóN | 16-05-2019 11:30

Menem campeón o la resistencia en joggineta

El ex presidente se suma a los líderes políticos que, en la vejez, adoptan la ropa deportiva para todo uso. Resiliencia en zapatillas.

Hay algo conmovedor en el brindis con gaseosas para el que posaron Menem y Duhalde al celebrar sus treinta años de llegada al gobierno. Un impacto que no es del todo adjudicable a la ternura con que el compañero de fórmula mira al ex presidente, deponiendo viejas pendencias. Es ese Menem, sin melena ni patillas renegridas, encanecido y doblado sobre sí mismo pero vestido con un buzo del Manchester City, flamante campeón de la Premier League, el que se roba la emoción de la escena.

Su viejo coequiper da muestras de actualidad con una bufanda violeta. Anudada  al cuello con gracia, la prenda nos dice que el portador es un viejito canchero.  Paradójicamente, la ropa nos transparenta.  Y Menem, aquel fan  de los trajes de alpaca y las camisas versacescas, sorprende con una última transgresión, en la que no está solo: los líderes políticos envejecidos acuden a la indumentaria deportiva, tal vez como último gesto de resistencia.

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Esos outfits diseñados para vestir cuerpos ágiles y activos, con texturas óptimas para saltos y carreras, envuelven también las ansias de potencia resiliente . El análisis de la comunicación visual no pasa por alto la elección de un buzo que simboliza al fútbol ganador.  Carlitos campeón al filo de los 90 ya no es marketing personal sino autenticidad. Igual que las sandalias con medias blancas de Lavagna.

La ropa deportiva promete vitalidad como no lo hacen otras prendas cómodas a las que se puede echar mano. Fidel Castro anciano  colgó su uniforme verde y lo reemplazó por otro; una colección de  los conjuntos más coloridos de Adidas, Puma, Fila y Nike, en una doble desobediencia; a los años y al anticapitalismo. Y Hugo Chávez se dejó ver igual de ataviado en sus últimos meses de vida. Un estilo que Nicolás Maduro incorporó para sí y sus colaboradores, y que acaso Henrique Capriles se vio empujado a adoptar precozmente como contraseña de lucha: con gorra ensamblada y camperas deportivas, en sus conferencias de prensa parece más un técnico de club en campaña que un opositor acorralado por el régimen venezolano.

En un presente de consumos tan diversificados, las marcas que visten al deporte tienen un nuevo nicho que atender, además de los genuinos atletas y los fashionistas  cultores del " street workout" que mezclan prendas urbanas con las del gimnasio. La resistencia política en la vejez  viene aferrada a la carga simbólica de la lycra.

por Alejandra Daiha*

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