A pesar de su corta edad, parece un pequeño sabio, de esas personas que ya reflexionaron bastante sobre las circunstancias de su vida. Y las aceptaron. Pertenece a una familia de artistas, y muy famosos, que enfrentó fuertes peleas mediáticas. Sin embargo, él prefiere mantenerse siempre al margen. “Son problemas de matrimonios o ex matrimonios”, justifica Tomás Kirzner, quien logró armar un fuerte vínculo con su mamá, Araceli González, y con su papá, Adrián Suar, sin mezclar sentimientos ni enredar emociones. Mientras toma un té negro, en un barcito frente a la casa de su novia, la también actriz Minerva Casero, dice sin conflictos: “Sé que todos me conocen desde que nací, pero no es una mochila para mí”. Y confiesa: “Soy el tipo más ansioso del mundo y me gusta proyectar, aunque no está tan bueno”. Conversador, a veces verborrágico, “Toto”, como lo llaman todos, creció en un set y conoce, como pocos, el detrás de escena de la televisión y el teatro. “Creo que inconscientemente mi elección siempre fue la de ser actor”. Dice también que le gusta tener sus horas de ocio para hacer nada, o practicar boxeo, juntarse con sus amigos y hacer asados.
Hace unos días terminó de grabar “Chueco en línea”, un falso documental que conmemora los 25 años del Pol-ka, la productora de su papá. “Hago de mí, de hijo de Suar”, explica divertido. Además, es uno de los protagonistas de “La naranja mecánica”, que se presenta de viernes a domingos en El Método Kairos. Y es parte del elenco de la novela de El Trece, “Argentina, tierra de amor y venganza”, donde interpreta a Julián, un joven policía que es la esperanza de las chicas del burdel, obligadas a prostituirse. “Es un elenco coral y todos tienen que contar su historia. Lo bueno es que cada uno aporta un poco y eso llama la atención. Soy de los pocos de la policía que no está coimeado y siento que mi personaje tiene una responsabilidad muy grande. Lo que me atrae de Julián es que es un idealista y cree que puede cambiar el mundo, en base a la ley. Es un gran tipo”, dice Toto.
Noticias: ¿También usted es un idealista?
Tomás Kirzner: Todos los jóvenes queremos cambiar el mundo. Es complicado pero, al mismo tiempo, el mundo siempre cambia. Lo que no existe es el ideal. Cada uno tiene que encargarse de su vida y listo. Yo estoy súper contento con la novela porque, además, me gusta mucho la historia, me interesa, y había leído algo sobre lo que se cuenta. Y con “La naranja mecánica” también estoy muy entusiasmado. Vi la película tres veces: la primera era muy chico y no me gustó, y ya de más grande, me encantó. Para hacer mi personaje no volví a verla para no copiar nada y poder ponerle mi impronta. De todas maneras, mi personaje no trasciende tanto en la película pero sí en la obra.
Noticias: Con padres, abuelos, tíos y hermana en el mundo del espectáculo, no había manera de elegir otro oficio, ¿o sí?
Kirzner: De chico quería ser biólogo marino. De haberme decidido, tenía que irme al Sur porque en Buenos Aires no está la carrera. Y mi mamá se moría (sonríe). Además, al toque decidí ser actor. Tomo clases de teatro desde los trece años. Cuando egresé, fui a la FUC (Universidad del Cine) pero no pude seguir porque empecé a trabajar intensamente. Arranqué con “Fanny la fan”, seguí con “Simona”, un especial de Fundación Huésped y “Argentina, tierra de amor y venganza”. Y en teatro, el año pasado hice “Lo que nos une” y ahora, “La naranja mecánica”.
Noticias: Debutar con Sebastián Ortega en Underground, productora que es competencia de la de su papá, pareció una rebeldía. ¿Fue así?
Kirzner: ¡No! Me han preguntado si lo había hecho porque estaba peleado con mi papá y nada que ver. No tiene sentido. Se dio así: fui a un casting y quedé.
Noticias: Cualquiera podría pensar que el hijo de Suar y Araceli no necesita hacer casting. Su tía, Sabrina Kirzner, es directora de casting y su tío, Adrián González, productor ejecutivo, ambos en Pol-ka.
Kirzner: Sin embargo hice como mil castings y no quedé en la mayoría. De hecho, me preocupé porque no me seleccionaban nunca. Llegaba a última instancia y no me elegían. Me traumó un poco y me preguntaba por qué pasaba eso, si era mal actor, qué me faltaba o qué me sobraba. Después te vas curtiendo y ya está. Hoy me encanta ir a castings y antes me daban terror. Entendí que buscan un physique du rol y que a veces doy y otras no. Si llegás a la última instancia es porque de actuación andás bárbaro. Cuando entendés que es por eso, te relajás. No hay vueltas, no hay que ponerse mal. A esta novela entré por casting. Suena raro quizás, pero es así. Nunca le diría a mi papá que me dé un personaje.
Noticias: ¿Por qué?
Kirzner: Porque me incomoda. Mi papá sabía que iba a hacer el casting y fue a ver cómo daba en cámara. Sé quiénes son mis padres pero no puedo andar justificándome con la gente y decirles que no me acomodan. Ya está. Lo acepté, si no me vuelvo loco. Lo medité ya desde mi infancia. Cuando arranqué, supe que al principio me iba a pasar eso. De chico tuve oportunidades de hacer castings y los rechazaba porque no quería quemar etapas. Mi deseo era terminar el secundario y después empezar a trabajar. Tengo amigos que trabajan desde muy jóvenes y algunos están un poco arrepentidos y hubieran querido hacer las cosas más tranquilos. Mi elección fue esta porque quería formarme primero.
Noticias: Creció en una familia de actores. ¿Les teme a las comparaciones?
Kirzner: Las comparaciones van a estar siempre y también sé que muchos creen que estoy acomodado. Sé que toda la vida va a haber alguien que diga que estoy acá o allá porque soy “el hijo de”. Lo tengo asumido. No pasa nada y no me molesta, porque si me molestara, me cagaría la vida.
Noticias: Pero ser “el hijo de” le abre puertas.
Kirzner: Se abren puertas, claro, pero depende de uno hacerlo bien. Te dejan entrar, pero tenés que quedarte adentro. Hay más oportunidades también, aunque hay que mostrar que las merecés, que podés. No me dejo influir por esas cosas. No es un tema que me haga ruido. Nunca sentí una mochila ni mis padres me la clavaron. Y mi hermana Florencia (Torrente) se maneja igual. Y está buenísimo.
Noticias: La suya es una familia muy expuesta en los medios. Vimos a sus padres enamorarse, desenamorarse, pelearse, amigarse. ¿Cómo lo vive?
Kirzner: Para mí hoy es natural que la gente sepa tanto de nuestras vidas, pero antes de aceptarlo pasé por un proceso que me ayudó a entender que las cosas son así. Hoy lo tengo claro. Mi familia es muy querida en el medio y entre la gente y eso es un buen sostén.
Noticias: ¿Cómo les contó a sus padres que iba a ser actor?
Kirzner: Cuando empecé a estudiar teatro con Nora Moseinco, se los comenté. Después busqué representante porque te organiza, si no no te enterás de los castings. Nunca le diría a mi tía que quiero hacer un casting porque me incomoda la situación. Ya de chico me parecía medio raro y hoy me sigue incomodando.
Noticias: Si en la familia le hacen críticas sobre su trabajo, ¿los escucha?
Kirzner: Claro que ven mis programas, me hacen críticas constructivas, una devolución y los escucho porque saben. No hago oídos sordos porque no soy engreído. Agradezco los padres que tengo porque me criaron bien y soy un pibe sano. Los dos siempre estuvieron presentes. Y como se separaron cuando era chico, tampoco sufrí eso.
Noticias: ¿Y padeció las peleas?
Kirzner: No. El matrimonio es así y no todos terminan de la manera más feliz. Mi rol es el de hijo y siempre tuve buena relación con los dos. Es su vida, su historia de pareja que nada tiene que ver conmigo. Si tienen que solucionar algo, es cuestión de ellos y yo no tengo nada que ver.
Noticias: ¿Qué heredó de cada uno?
Kirzner: De mi papá heredé el humor y de mi mamá, todo lo demás. Me crié con mi vieja aunque veía siempre a mi papá, claro. Y con Fabián (Mazzei) me llevo excelentemente bien. Además está con mi mamá desde que tengo nueve años. Lo recuerdo en muchos momentos de mi vida. Es un gran amigo, un tipazo. No cumple el rol de padre pero siempre está para darme un consejo, es muy sabio, compañero. Tiene todo para que lo ames.
Noticias: ¿Y cómo se lleva con Griselda Siciliani y su hermanita Margarita?
Kirzner: Margarita es mi hermana. Tiene seis años y es todo un personaje. Tiene su banda con dos amigas, toca la batería y canta cuando tiene ganas. No le gusta exponerse pero sí cantar, bailar, actuar. La veo cuando está con mi papá y hacemos programas los tres. Y con Griselda no tengo relación. Cuando estaba con mi papá estaba todo bien, pero ya no la veo.
Noticias: ¿Cómo conoció a su novia, Minerva Casero?
Kirzner: Al principio fuimos amigos. Nos conocimos a los trece años, estudiando teatro con Nora Moseinco. Después dejamos de vernos y la vida nos reencontró en un capítulo de Fundación Huésped y volvimos a hablar. Hace un año que salimos, pero seis meses que estamos de novios. Tenemos muchas cosas en común, pensamos similar, somos compatibles en el modo de ver la vida. Voy seguido a la casa de los Casero y ella viene a casa aunque conoció a mi mamá antes de que seamos novios. Y entonces mi mamá me dijo: “Te vas a poner de novio con Minerva”. Las mamás son un poco brujas. Se llevan bárbaro. Lo que no hicimos todavía es juntar a las familias porque no se dio.
Noticias: ¿Ya prueban la convivencia?
Kirzner: No vivimos juntos. Soy medio nómade y a veces me quedo en la casa de Minerva, pero vivo con mi mamá. Solo, todavía no. Creo que un día me voy a levantar y voy a tener ganas de mudarme solo y ahí veré. Minerva vive sola y yo quisiera tener primero mi departamento y hacer esa experiencia. Nos llevamos muy bien y me cocina riquísimas tortas de manzana, que es lo único dulce que me gusta. No somos demandantes, nos entendemos y no hay celos porque los dos nos dedicamos a lo mismo.
Noticias: Rodeado de mujeres, ¿cómo vive el empoderamiento femenino?
Kirzner: Estoy de acuerdo con esta revolución pacífica. Es un tema que se charla en casa y con amigos. Creo que se modificaron cosas que estaban mal. Hablando se entiende la gente.
Comentarios