Camila (18), la hija mayor de María Eugenia Vidal y su ex marido, Ramiro Tagliaferro, el fin de semana pasado fue blanco de la campaña sucia. Una fake news compartida via Telegram afirmaba que había sido internada por sobredosis. El texto de la nota apócrifa afirmaba: “la hija adolescente de María Eugenia Vidal y su ex marido, Ramiro Tagliaferro, se encuentra internada en un neuropsiquiátrico porteño aquejada por una profunda depresión” y que “habría llegado intoxicada, producto de la ingesta de drogas y alcohol”.
Chequeado.com se apuntó para desmentirlo, tras consultar al secretario de Medios bonaerense, Mariano Mohadeb, y a la Secretaría de Medios de Morón (Tagliaferro es allí intendente).
Pero la nota falsa tuvo más de 18.000 compartidos en Facebook y más de 12.000 interacciones, y motivó la indignación de la gobernadora. “Con los hijos no, es muy bajo”, se enojó. La nota daba a entender, además, que Vidal descuidaba la crianza de sus hijos. Pero suele vérsela en el partido llevando a sus hijos a almorzar (son fanáticos de McDonald's), al shopping y hasta al cine. “Intenta que sus hijos hagan una vida lo más normal posible”, remarcan.
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El golpe de la semana pasada puso en alerta a la gobernadora sobre cómo será la campaña sucia. Sabe que habrá otros varios golpes bajos. Pero esto sería –sabe– mucho peor si se da el escenario 2020 con ella gobernadora y el kirchnerismo en la presidencia.
“A 'Mariu' le pesa mucho la posibilidad de ser gobernadora con Cristina en la Nación”, desnuda un intendente de Cambiemos. “Me pondré el casco y a resistir”, se resigna la gobernadora en caso de una victoria K en octubre.
por Juan Luis González, Maximiliano Sardi
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