Aunque la reducción de tasas de interés de la Fed “sonó a poco” (con decisión dividida) y es probable que genere reacomodamientos y volatilidad en los mercados, lo cierto es que una política monetaria más laxa en Estados Unidos ayuda al país. En particular, ayuda a la política de estabilización del gobierno.
En la actualidad, el gran interrogante del escenario local es cómo la economía transitará el escenario pre y pos electoral. Y aquí no es indiferente quién gane o vaya ganando las elecciones.
En el escenario en el cual gana el oficialismo, con el Gobierno jugando a “todo o nada” por la reelección de Macri apoyado en el préstamo del FMI y en la política monetaria de carry-trade oficial, la mejora del escenario mundial se torna como condición necesaria para converger hacia un escenario de mayor estabilidad evitando episodios de alta volatilidad.
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El resto dependerá la capacidad y voluntad del gobierno de implementar un programa económico sólido y ambicioso liderado por un economista de prestigio que permita regenerar credibilidad y recuperar el acceso al mercado de deuda.
La frase “hemos generado las condiciones para crecer” da cuenta hoy que esta segunda condición no está plenamente asegurada.
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por Hernán Hirsch
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